Autor: ANDRÉ JARLAN
Los diarios de André Jarlan en Chile: *Hemos vencido el miedo... Es fruto de las protestas”
Los diarios de André Jarlan en Chile: *Hemos vencido el miedo... Es fruto de las protestas” 14 de septiembre de 1984 y mientras leía la Biblia, el sacerdote francés murió por una bala de Carabineros en la población La Victoria, Su muerte causó conmoción nacional. Jarlan dejóun diario sobre su vida en Chile, que se mantuvo inédito 40 años. Ahora acaba de ser editado y se lee como un documento de gran valor testimonial sobre una época de cesantía, pobreza, represión y protestas contra la dictadura. Por Andrés Gómez BravoFotos Archivo Histórico Cedoc CopesaDiario. 1982-1984. Dela Oración a la Acción André Jarlan Editorial Cunetaridad no acabó ahí. En la madrugada del sábado 14, La Victoria fue cercada por un cordón militar. Alas 4de la madrugada comenzaron los allanamientos. Los hombres mayores de 14 años fueron llevadosa la cancha. En la casa parroquial, los sacerdotes franceses Pierre Dubois y André Jarlan despertaron y fueron testigos de la escena. “En lacancha, maltratos, golpes, por un carabinero sobre todo. Muchos golpes en los codos, en los tobillos, en las partes íntimas, en la nuca”, anotó Jarlan en su diario. “Estamos en guerra”, gritan los policías.
“Griten ahora, hagan cacerolazos, ¡basura!”. El sacerdote tomó notas del aparato policial: “En ese momento están alrededor de la cancha: 19 camiones del Ejército, ocho buses de Carabineros, 20 autos de la CNI, dos furgones de Investigaciones”. Teóricamente, el procedimiento buscaba armas y explosivos. “Entre 100 y 130 detenidos. No encontraron ningún arma, ningún explosivo”. Nacido en Rignac, Francia, el 25 de mayo de 1941, André Jarlan llegó a Chile en febrero de 1983. Exvicario de la parroquia de Aubin, Jarlan fue asignado a la iglesia de La Victoria junto al párroco Pierre Dubois, que ya tenía dos décadas en Chile. Unos 18 meseserre Dubois y André Jarlan encabezaban el cortejo que avanzó a pie al Cementerio Metropolitano.
Miles de pobladores de La Victoria despedían al taxista Andrés Fuentes, de 22años, fulminado en la puerta de su casa por un bala de Carabineros, durante la primera jornada de protesta nacional, el 11 de mayo de 1983. Los amigos y vecinos portaban el ataúd sobre sus hombros. A menudo los cantos religiosos eran interrumpidos por gritos y consignas políticas. “Yo, todo el tiempo del cortejo, calladito o únicamente cantos de la hojita, como un eslabón desenchufado de la cadena, como un freno a la violencia”, anotó André Jarlan en su diario. “Pierretrata de hacer orar. Unos tratan de perturbar. Rechazo unánime. Momentos de recogimiento”. Una vez en el cementerio, Pierre Dubois dirigió una oración. La gente entonóla Canción Nacional y el Himno a da comenzaron los cánticos políticos. Al salir, la marcha se encontró con fuerzas de Carabineros. El funeral terminó con dos buses con personas detenidas. Pero el despliegue de las fuerzas de segula Alegría. Y ensegui-después, el 4 de septiembre de 1984, en otro día de protesta, Jarlan cayó muerto mientras leía la Biblia en su escritorio.
Una bala disparada por Carabineros atravesó las paredes de la modesta vivienda parroquial y le dio en el cuello, mientras leía el Salmo 129: “Desde el abismo clamo a ti, Señor. / ¡Señor, escucha mi voz! / que tus oídos pongan atención/ al clamor de mis súplicas. / Señor, si no te olvidas de las faltas, / ¿quién podrá subsistir?/ Pero de ti procede el perdón, / y así se te venera”. A sumuerte, Jarlan dejó un diario, un cuaderno de observaciones y reflexiones que se mantuvo inédito durante 40 años.
Recién publicado por editorial Cuneta, eltexto selee hoy como un documento de valor testimonial e histórico: es el relato de su vida en la población, en una época de pobreza, cesantía, protestas y represión, así como una aproximación a la intimidad de un sacerdote que dejó huella en la comunidad, cuya muerte causó conmoción nacional y que ha inspirado libros y documentales, entre ellos Andrés de La Victoria. La historia del diairo tiene contornos de leyenda: Pierre Dubois lo rescató desu velador la noche de su muerte. En 1986, tras el aten-tado al general Pinochet, Dubois fue expulsado de Chile. No logró recuperar el cuaderno, perole avisó auna vecina, la hermana María Inés Urrutia. Ella lo escondió en el techo desu casa, hasta que en 1988 allanaron su vivienda. Junto al párroco de San Martín de Porres, Gerardo Ouisse. lo llevaron a la embajada de Francia. El cuaderno volóa París en valija diplomática y se mantuvo en el Centro Nacional de Archivos de la Iglesia de Francia por 26 años. En 2016 regresó al Arzobispado de Santiago, y llegóa manos del periodista Cristián Amaya, jefe de comunicaciones. “Recuerdo haberme maravillado al revisar el cuaderno por primera vez. Las entradas comenzaban en marzo de 1982 y culminaban en julio de 1984.
Tenía 138 página s manuscritas con tinta azul y roja; las primeras 58 en francés, las 80 finales en castellano y se extendía hasta poco antes de su muerte”, escribe ahora en el prólogo Cristián Amaya. Pasaron más desiete años antes de queeltexto vierala luz.
Henriette Jarlan, hermana de André, cedió los derechos del libro a los pobladores de La Victoria. -El lenguaje de Jarlan como testigo direc-to de la represión y de la resistencia no tiene ningún símil en documentales o libros previos; ofrece una perspectiva nueva y profunda, llena de detalles cotidianos cargados de significado. Esun documento histórico, porque no solo habla él, sino también las voces de cientos de victorianos que resistieron aquella oscura época del país -dice Amaya. La paz en cada casa En Aubin, una región minera, Jarlan se vinculó con las organizaciones obreras. En 1982 decidió serviren América Latina.
La primera parte del diario da testimonio de ese momento: “Señor Jesús, tu acción en la clase obrera ¿ es un asunto que me involucra por completo? ¿ Hablas de eso? ¿ Por qué me cuesta tanto redactar 10 líneas dando cuenta de mis motivaciones para partir a Amériescribe el 19 de julio.
En la siguiente entrada, anota: “Sí, puede que estés ausente para el entierro de tu padre y seguramente estarás ausente para elentierro de otros miembros de tufamilia”. Y prefigurando su misión en Chile, subraya: “Sí, es la pazlo quequiero en cada casa de tu barrio de Santiago”. Jarlan se preparó estudiando español en la Universidad de Lovaina, en Bélgica. Su vocación era estar cerca de los pobres, especialmente de los jóvenes. Creía más en la acción y los gestos que en los sermones. ““Más que nunca es la experiencia de vida la que debe hablar”, reflexionaba. Su última anotación antes de aterrizar en Santiago: “NO JUZGAR”. “¿Hasta cuándo?” Desembarcó en Pudahuel a fines de febrero de 1983. En el aeropuerto esperaba Pierre Dubois, quien había sido párroco en Lota.
Juntos tomaron posesión de la parroquia La Victoria y se instalaron a una cuadra de ella, enuna sencilla casa de dos pisos, en calle Ranquil: en el primero funcionaba la capilla yen el segundo estaban las habitaciones de los sacerdotes. La silueta alta de Jarlan en su bicicleta, conjeans o buzo azul y jockey escocés, se hizo conocida en La Victoria. Aunque provenía de un medio obrero, la pobreza que vio lo impresionó. La crisis económica que había estallado el añoanterior elevó los índices de cesantía al 31%, con un 20% de inflación. “Mendigos y vendedores”, observa en las calles de Santiago. Muchos padres de familia cesantes. Un poblador le dice: “Según algunos, tendríamos que hacer un campeonato de quién es más pobre”. “Pan, trabajo, justicia y libertad” son las consignas en la calle. En ese contexto, Jarlan y Dubois organizan Comprando juntos, un sistema de compra colectivo para conseguir alimentos más baratos. Apoyan las ollas comunes, reparten leche y Jarlan se preocupa de tener sopa caliente por la noche. De personalidad alegre y sensible, “era como un niño grande”, según la hermana María Inés Urrutia. Jarlan quería recuperar a los jóvenes del neoprén o la marihuana. Sesentaba con ellos en las esquinas. “EM. me dice: ¿ Por qué tejuntas con esas personas marihuaneras?, pero yo estoy muy de acuerdo con la acción del ambiente. Sí, Jesús, tú eres el que encuentra al pueblo (... ) Sí, EM., tienes razón, tu vida y mi vida es paratodos los habitantes de La Victoria”, escribe. La Confederación Nacional de Trabajadores convocó la primera jornada de protestanacional el 11 de mayo, que terminó con dos muertos y más de mil detenidos. Las movilizaciones crecieron en junio, julio y agosto. La respuesta represiva también. Pierre Dubois sale a la calle, abre los brazos y se interpone entre los policías armados y los manifestanlos lesionados en la tes. André Jarlan recibeapequeña capilla y les presta primeros auxilios. Partidario de la resistencia pacífica, Jarlan promueve la no violencia activa. Habla del modelo de Jesús. Aun así, se siente agobiado por la violencia policial. “¿Hasta cuándo voy a tener que ver tantas injusticias?”, se pregunta. “Yo sé que va a terminar algún día, pero ¿ cuándo? Mefalta valentía. Me falta ánimo. Por carácter soy tímido”, confiesa. “Más sacrificios que nunca... Estoy unido con gente que está sufriendo las injusticias, y contigo Jesús”. Con septiembre llegan nuevas movilizaciones. Miguel Zavala, chofer de micro de 23 años, muere de un balazo en el tórax.
En su cuaderno, Jarlan deja constancia de “nueve heridos a bala, siete heridos a perdigones, ocho desnudados, 16 con heridas cortantes y contusas, dos quemados, siete fracturados, seis con TEC, 18 agresiones a niños (de 11 días de vida a 12 años)”. Hasta las 4 de la madrugada, recibe 90 heridos en la capilla. Los golpes resienten a la comunidad. Aun así, en octubre celebran el aniversario de la población. “Hemos vencido el miedo. Nos hemos juntado. Hemos compartido. Han participado hasta los patos malos (... ). Participaron más personas que antes.
Es fruto de las protestas (... ) Veo unidad, hermandad, alegría de los niños, colorido en las calles”. La última nota, el 25 julio de 1984, dice: “Cada uno de los volados es una persona”. El4 de septiembre, 40 días después, en una nueva protesta, un vecino es herido de bala. Pierre Dubois lo llevó en su renoleta al Hospital Barros Luco, donde murió. En la casa de Rangquil, Jarlan y un grupo de catequistas recibían heridos y lesionados. A las18.00 el sacerdote subió a su habitación. Deregreso en La Victoria, Dubois preguntó ¿ dónde está André? Entró a la casa alas 19 horas y lo encontró sobre la Biblia, sin vida. En un costado había escrito: “Me van a matar, Dios mío”. Esa noche no huboluzen la población. Los vecinos encendieron velas en las casas y en las calles, como en una gran velatón.
El funeral de André Jarlan se volvió una gran manifestación popular, que culminó enla Catedral de Santiago, donde el arzobispoJuan Francisco Fresno pidió poner fina las muertes: “¡ Ya es demasiado! ”. En 2016 falleció Pierre Dubois en Santiago. La casa que habitaron fue declarada monumento histórico. Hace unos días, en el 40 aniversario de la muerte de Jarlan, las velas volvieron a encenderse en la población La Victoria. O. » El sacerdote francés André Jarlan. » El escritorio del sacerdote donde murió mientras leía la Biblia.
Los diarios de André Jarlan en Chile: *Hemos vencido el miedo... Es fruto de las protestas” 14 de septiembre de 1984 y mientras leía la Biblia, el sacerdote francés murió por una bala de Carabineros en la población La Victoria, Su muerte causó conmoción nacional. Jarlan dejóun diario sobre su vida en Chile, que se mantuvo inédito 40 años. Ahora acaba de ser editado y se lee como un documento de gran valor testimonial sobre una época de cesantía, pobreza, represión y protestas contra la dictadura. Por Andrés Gómez BravoFotos Archivo Histórico Cedoc CopesaDiario. 1982-1984. Dela Oración a la Acción André Jarlan Editorial Cunetaridad no acabó ahí. En la madrugada del sábado 14, La Victoria fue cercada por un cordón militar. Alas 4de la madrugada comenzaron los allanamientos. Los hombres mayores de 14 años fueron llevadosa la cancha. En la casa parroquial, los sacerdotes franceses Pierre Dubois y André Jarlan despertaron y fueron testigos de la escena. “En lacancha, maltratos, golpes, por un carabinero sobre todo. Muchos golpes en los codos, en los tobillos, en las partes íntimas, en la nuca”, anotó Jarlan en su diario. “Estamos en guerra”, gritan los policías.
“Griten ahora, hagan cacerolazos, ¡basura!”. El sacerdote tomó notas del aparato policial: “En ese momento están alrededor de la cancha: 19 camiones del Ejército, ocho buses de Carabineros, 20 autos de la CNI, dos furgones de Investigaciones”. Teóricamente, el procedimiento buscaba armas y explosivos. “Entre 100 y 130 detenidos. No encontraron ningún arma, ningún explosivo”. Nacido en Rignac, Francia, el 25 de mayo de 1941, André Jarlan llegó a Chile en febrero de 1983. Exvicario de la parroquia de Aubin, Jarlan fue asignado a la iglesia de La Victoria junto al párroco Pierre Dubois, que ya tenía dos décadas en Chile. Unos 18 meseserre Dubois y André Jarlan encabezaban el cortejo que avanzó a pie al Cementerio Metropolitano.
Miles de pobladores de La Victoria despedían al taxista Andrés Fuentes, de 22años, fulminado en la puerta de su casa por un bala de Carabineros, durante la primera jornada de protesta nacional, el 11 de mayo de 1983. Los amigos y vecinos portaban el ataúd sobre sus hombros. A menudo los cantos religiosos eran interrumpidos por gritos y consignas políticas. “Yo, todo el tiempo del cortejo, calladito o únicamente cantos de la hojita, como un eslabón desenchufado de la cadena, como un freno a la violencia”, anotó André Jarlan en su diario. “Pierretrata de hacer orar. Unos tratan de perturbar. Rechazo unánime. Momentos de recogimiento”. Una vez en el cementerio, Pierre Dubois dirigió una oración. La gente entonóla Canción Nacional y el Himno a da comenzaron los cánticos políticos. Al salir, la marcha se encontró con fuerzas de Carabineros. El funeral terminó con dos buses con personas detenidas. Pero el despliegue de las fuerzas de segula Alegría. Y ensegui-después, el 4 de septiembre de 1984, en otro día de protesta, Jarlan cayó muerto mientras leía la Biblia en su escritorio.
Una bala disparada por Carabineros atravesó las paredes de la modesta vivienda parroquial y le dio en el cuello, mientras leía el Salmo 129: “Desde el abismo clamo a ti, Señor. / ¡Señor, escucha mi voz! / que tus oídos pongan atención/ al clamor de mis súplicas. / Señor, si no te olvidas de las faltas, / ¿quién podrá subsistir?/ Pero de ti procede el perdón, / y así se te venera”. A sumuerte, Jarlan dejó un diario, un cuaderno de observaciones y reflexiones que se mantuvo inédito durante 40 años.
Recién publicado por editorial Cuneta, eltexto selee hoy como un documento de valor testimonial e histórico: es el relato de su vida en la población, en una época de pobreza, cesantía, protestas y represión, así como una aproximación a la intimidad de un sacerdote que dejó huella en la comunidad, cuya muerte causó conmoción nacional y que ha inspirado libros y documentales, entre ellos Andrés de La Victoria. La historia del diairo tiene contornos de leyenda: Pierre Dubois lo rescató desu velador la noche de su muerte. En 1986, tras el aten-tado al general Pinochet, Dubois fue expulsado de Chile. No logró recuperar el cuaderno, perole avisó auna vecina, la hermana María Inés Urrutia. Ella lo escondió en el techo desu casa, hasta que en 1988 allanaron su vivienda. Junto al párroco de San Martín de Porres, Gerardo Ouisse. lo llevaron a la embajada de Francia. El cuaderno volóa París en valija diplomática y se mantuvo en el Centro Nacional de Archivos de la Iglesia de Francia por 26 años. En 2016 regresó al Arzobispado de Santiago, y llegóa manos del periodista Cristián Amaya, jefe de comunicaciones. “Recuerdo haberme maravillado al revisar el cuaderno por primera vez. Las entradas comenzaban en marzo de 1982 y culminaban en julio de 1984.
Tenía 138 página s manuscritas con tinta azul y roja; las primeras 58 en francés, las 80 finales en castellano y se extendía hasta poco antes de su muerte”, escribe ahora en el prólogo Cristián Amaya. Pasaron más desiete años antes de queeltexto vierala luz.
Henriette Jarlan, hermana de André, cedió los derechos del libro a los pobladores de La Victoria. -El lenguaje de Jarlan como testigo direc-to de la represión y de la resistencia no tiene ningún símil en documentales o libros previos; ofrece una perspectiva nueva y profunda, llena de detalles cotidianos cargados de significado. Esun documento histórico, porque no solo habla él, sino también las voces de cientos de victorianos que resistieron aquella oscura época del país -dice Amaya. La paz en cada casa En Aubin, una región minera, Jarlan se vinculó con las organizaciones obreras. En 1982 decidió serviren América Latina.
La primera parte del diario da testimonio de ese momento: “Señor Jesús, tu acción en la clase obrera ¿ es un asunto que me involucra por completo? ¿ Hablas de eso? ¿ Por qué me cuesta tanto redactar 10 líneas dando cuenta de mis motivaciones para partir a Amériescribe el 19 de julio.
En la siguiente entrada, anota: “Sí, puede que estés ausente para el entierro de tu padre y seguramente estarás ausente para elentierro de otros miembros de tufamilia”. Y prefigurando su misión en Chile, subraya: “Sí, es la pazlo quequiero en cada casa de tu barrio de Santiago”. Jarlan se preparó estudiando español en la Universidad de Lovaina, en Bélgica. Su vocación era estar cerca de los pobres, especialmente de los jóvenes. Creía más en la acción y los gestos que en los sermones. ““Más que nunca es la experiencia de vida la que debe hablar”, reflexionaba. Su última anotación antes de aterrizar en Santiago: “NO JUZGAR”. “¿Hasta cuándo?” Desembarcó en Pudahuel a fines de febrero de 1983. En el aeropuerto esperaba Pierre Dubois, quien había sido párroco en Lota.
Juntos tomaron posesión de la parroquia La Victoria y se instalaron a una cuadra de ella, enuna sencilla casa de dos pisos, en calle Ranquil: en el primero funcionaba la capilla yen el segundo estaban las habitaciones de los sacerdotes. La silueta alta de Jarlan en su bicicleta, conjeans o buzo azul y jockey escocés, se hizo conocida en La Victoria. Aunque provenía de un medio obrero, la pobreza que vio lo impresionó. La crisis económica que había estallado el añoanterior elevó los índices de cesantía al 31%, con un 20% de inflación. “Mendigos y vendedores”, observa en las calles de Santiago. Muchos padres de familia cesantes. Un poblador le dice: “Según algunos, tendríamos que hacer un campeonato de quién es más pobre”. “Pan, trabajo, justicia y libertad” son las consignas en la calle. En ese contexto, Jarlan y Dubois organizan Comprando juntos, un sistema de compra colectivo para conseguir alimentos más baratos. Apoyan las ollas comunes, reparten leche y Jarlan se preocupa de tener sopa caliente por la noche. De personalidad alegre y sensible, “era como un niño grande”, según la hermana María Inés Urrutia. Jarlan quería recuperar a los jóvenes del neoprén o la marihuana. Sesentaba con ellos en las esquinas. “EM. me dice: ¿ Por qué tejuntas con esas personas marihuaneras?, pero yo estoy muy de acuerdo con la acción del ambiente. Sí, Jesús, tú eres el que encuentra al pueblo (... ) Sí, EM., tienes razón, tu vida y mi vida es paratodos los habitantes de La Victoria”, escribe. La Confederación Nacional de Trabajadores convocó la primera jornada de protestanacional el 11 de mayo, que terminó con dos muertos y más de mil detenidos. Las movilizaciones crecieron en junio, julio y agosto. La respuesta represiva también. Pierre Dubois sale a la calle, abre los brazos y se interpone entre los policías armados y los manifestanlos lesionados en la tes. André Jarlan recibeapequeña capilla y les presta primeros auxilios. Partidario de la resistencia pacífica, Jarlan promueve la no violencia activa. Habla del modelo de Jesús. Aun así, se siente agobiado por la violencia policial. “¿Hasta cuándo voy a tener que ver tantas injusticias?”, se pregunta. “Yo sé que va a terminar algún día, pero ¿ cuándo? Mefalta valentía. Me falta ánimo. Por carácter soy tímido”, confiesa. “Más sacrificios que nunca... Estoy unido con gente que está sufriendo las injusticias, y contigo Jesús”. Con septiembre llegan nuevas movilizaciones. Miguel Zavala, chofer de micro de 23 años, muere de un balazo en el tórax.
En su cuaderno, Jarlan deja constancia de “nueve heridos a bala, siete heridos a perdigones, ocho desnudados, 16 con heridas cortantes y contusas, dos quemados, siete fracturados, seis con TEC, 18 agresiones a niños (de 11 días de vida a 12 años)”. Hasta las 4 de la madrugada, recibe 90 heridos en la capilla. Los golpes resienten a la comunidad. Aun así, en octubre celebran el aniversario de la población. “Hemos vencido el miedo. Nos hemos juntado. Hemos compartido. Han participado hasta los patos malos (... ). Participaron más personas que antes.
Es fruto de las protestas (... ) Veo unidad, hermandad, alegría de los niños, colorido en las calles”. La última nota, el 25 julio de 1984, dice: “Cada uno de los volados es una persona”. El4 de septiembre, 40 días después, en una nueva protesta, un vecino es herido de bala. Pierre Dubois lo llevó en su renoleta al Hospital Barros Luco, donde murió. En la casa de Rangquil, Jarlan y un grupo de catequistas recibían heridos y lesionados. A las18.00 el sacerdote subió a su habitación. Deregreso en La Victoria, Dubois preguntó ¿ dónde está André? Entró a la casa alas 19 horas y lo encontró sobre la Biblia, sin vida. En un costado había escrito: “Me van a matar, Dios mío”. Esa noche no huboluzen la población. Los vecinos encendieron velas en las casas y en las calles, como en una gran velatón.
El funeral de André Jarlan se volvió una gran manifestación popular, que culminó enla Catedral de Santiago, donde el arzobispoJuan Francisco Fresno pidió poner fina las muertes: “¡ Ya es demasiado! ”. En 2016 falleció Pierre Dubois en Santiago. La casa que habitaron fue declarada monumento histórico. Hace unos días, en el 40 aniversario de la muerte de Jarlan, las velas volvieron a encenderse en la población La Victoria. O. » El sacerdote francés André Jarlan. » El escritorio del sacerdote donde murió mientras leía la Biblia.