Historiador: "Mirada católica y conservadora"
“Luis Cordero fue uno de los pri cipales dirigentes de la red política gremialista que coordinaba Guzmán durante los primeros años de la dictadura y que antecedió por muchos años a la formación de la UDI”. Así describe el historiador Víctor Muñoz Tamayo, académico de la Universidad Católica Silva Henríquez (UCSH) -y autor de "Historia de la UDI"-, al fallecido fundador de la UDI y de la Universidad San Sebastián, cuyo nombre aparece como el gestor del sueldo de $17 millones de Marcela Cubillos.
Explica que Cordero fue dirigente gremialista de la escuela de Derecho de la PUC durante la UP y más tarde, durante Ke la dictadura, se convirtió en dirigente de la Secretaría Nacional de la Juventud, llegando a ser su secretario nacional por varios años”, explica, recordando que este era un ente de gobierno que coordinaba las organizaciones estudiantiles y territoriales cuyos liderazgos eran designados -no elegidosy que recaían en la red gremialista: ahí se preparaban y adquirían protagonismo cuadros que ingresaban al Gobierno o a instancias de poder local, como alcaldías.
Cuando se funda la UDI en septiembre de 1983, el primer comité directivo lo componen Cordero, Jaime Guzmán, Sergio Fernández, Javier Leturia y Pablo Longueira. — ¿ Cómo describiría su modo de aproximación a la política? — Cordero había sido seminarista católico, era extremadamente religioso y en su discurso validaba al régimen como una lucha contra el mal y con un sentido de misión que contaba con el favor de Dios. Su mirada católica, dogmática y conservadora marcó su afinidad doctrinaria-espiritual con Jaime Guzmán. Se recuerda que cuando Guzmán enfermaba, Cordero le llevaba un sacerdote a su domicilio para que le diera la comunión diaria.
En los 80, cuando Guzmán decide armar el Departamento Poblacional y extender la militancia UDI alos sectores populares, encarga esta tarea en primer lugar a Luis Cordero y al dirigente de Conchalí, Alfredo Galdames, sumándose luego Pablo Longueira. Se entendía que Cordero tenía una vocación cristiana de tipo misionera que lo volvía particularmente competente para dicha tarea.