Autor: IVÁN MARTINIC
Una mancha en la cima, clave para rescatar a los rugbistas uruguayos
En diciembre de 1972, los 14 sobrevivientes del avión que se estrelló en la cordillera durante un e vuelo a Santiago fueron socorridos por helicópteros que volaron al límite de sus capacidades. Días de desesperado descenso por la cordillera de los Andes, Roberto Canessa y Fernando Parrado se miraron sin saber quéresponder.
Apenas habían sobrevivido a una travesía infernal —sin equipo, experiencia ni alimentos — en busca de ayuda parasus compañeros del club de rugby Old Christians, perdidos en la montaña al caer el avión que los transportaba desde Uruguay, el 12 de octubre de 1972, y ahora les pedían guiar a los helicópteros que irían a rescatarlos.
Su interlocutor era el comandante Carlos García, de la Fuerza Aérea de mando de viados a San Fernando luego de que el arriero Sergio Catalán se encontrara con los dos sobrevivientes y diera aviso a Carabineros. Era el viernes 22 de diciembre de 1972, La extrema debilidad de Canessa llevó a que el elegido fuese Parrado. “Pusimos en marcha el motor y como estábamos en el borde de la montaña, apenas despegó, el helicóptero empezó a vibrar por la turbulencia. Parrado se descontroló, algo totalmente entendible”, recuerda Ramón Canales, tripulante del H-89.
Cuarenta y ocho años después, Canales se reencuentra con el ahora retirado general Mario Ávila, piloto del H-90, y Julio Sarmiento, tripulante deste último, en un hangar del Grupo 10 de la FACH, junto al H-95, un UHAIH similar a los que usaron en la Iguno de ustedes nos puede acompañar? Agotados luego de 10 Aunque iban con Parrado a bordo, encontrar el avión de los uruguayos sería difícil. Durante los dos meses previos hubo más de cien infructuosos vuelos de búsqueda. Después saEl general (r) Mario Ávila, rodeado de los también retirados suboficiales mayores Ramón Canales y Julio Sarmiento, en el UH-95, similar a los helicópteros usados hace 48 años.
Von transportados a Los Maite de San Fernando, y luego a hospitales por su débil condición de salud TRIPULANTES CHILENOS QUE PARTICIPARON EN LA COMPLEJA MISION LA RECUERDAN 48 ANOS DESPUES: El segundo día del rescate, y con un clima que los protagonistas describen como "una taza de leche" comparado con el previo, Ávila tomó esta foto. A la derecha, los restos del avión. Brían por qué: de la aeronave solo quedó el fuselaje, de color blanco, igual que el glaciar que lo rodeaba. “Era como buscar una pelota de tenis blanca en el Estadio Nacional nevado. No lo ibas a encontrar porque no había contraste. Y además, estaba en el lado argentino”, explica Ávila, La presencia de Parrado fue clave para dar con los 14 sobrevivientes de untotal de 49 ocupantes. Lesexplicóa García y a Canales que junto a os restos del avión había una cumbre con un manchón café, producto del choque del avión con la montaña. Luego de un vuelo de 25 minutos, con pésimas condiciones de visibilidad y viento, Canales divisó el manchón. “El avión estaba al otro lado, en Argentina, y solo estaba el fuselaje, no había alas. Siguiendo la bajada de coLor café, logramos visualizar los restos”, relata. Ahí comenzó otra odisea. Los uruguayos estaban a unos 3.600 metros sobre el nivel del mar. A esa altura el aire es menos denso, lo que reduce la sustentación y la potencia del helicóptero. “La disponibilidad de energía cinética y potencial para sostener el vuelo, subir carga, sacar gente, controlar el viento y anular la pendiente estaba en el borde de todos los límites. Para vo Jar en ese ambiente se requiere ser sumamente suave en los controles y tener claras todas las variables (temperatura, viento, densidad del aire y tipo de nieve)”, dice Ávila. Canales recuerda que al descender, “el helicóptero perdió sustentación, caímos desde unos ocho meElfescate se logró las tripulastabanmuy bien entrenadas.
Volábamos permanentemente en montaña y ya habíamos desafado los límites del fabricante en la década de 1960, cuando Chile y Argentina marcaron los límites de la frontera en la cordillera”, MARIO ÁVILA General en retiro de la FACh Tros y nos enterramos en la nieve, queentróal piso.
Ahífue cuando los uruguayos se acercaron y querían subirse todos, pero los helicópteros tienen sus limitaciones, en altura principalmente, y no podíamos sacarlos a todos de inmediato”. El grupo fue dividido en dos, y el resto fue rescatado al día siguiente, esta vez con buen tiempo. Sarmiento destaca como un factor clave la experiencia de los comandantes García y Jorge Massa, pues previeron que, arriba, las condiciones serían muy adversas. Dice que ofrecieron a sus tripulantes quedarse entierra por si alguno no se sentía capaz. “Eso, para mí, le da una magnitud increíble a la decisión, porque fue cerebral, no visceral. Asumicron el riesgo”, concluye.