Autor: IVÁN MARTINIC
El panificador, el virus, el Black Hawk y el auto que no anduvo
Ya recuperado, dice que no fue él quien venció al covid-19, sino e “el de arriba”. —Don José, ¿sabe dónde está? —No, poh. ¿Dónde? —En el hospital de Talca. —Y mi auto, ¿dónde est Un día de junio, José Caniuqueo Huiliman (68), panificador de Cerrillos, Santiago, despertó en el Maule sin entender qué le había sucedido. Recordaba que se había contagiado de covid-19, al igual que su esposa, Albina Rupayán. Que al comienzo era un resfrío fuerte. Que el 17 de mayo lo internaron en el Hospital El Carmen de Maipú. Que más tarde empeoró. Pero nada más. En lo que después comprendió que era un sueño, se veía manejando su vehículo hacia Chillán, hasta que fue controlado por carabineros. “¡Tiene el covid! ”, le dijeron, antes de conducirlo al hospital. José Caniuqueo nunca condujo hacia el sur. En rigor, voló. Pero no lo supo. “Llegó con un deterioro ventilatorio importante”, recuerda el doctor Marcos Enríquez, jefe del Servicio de Urgencia del Hospital El Carmen. Lo apoyaron con oxigenoterapia, pero no respondió. Luego, con una cánula nasal de alto flujo, sin resultados.
El 21 de mayo fue sedado e intubado para suministrarle ventilación mecánica invasiva, Dos días después, a metros de allí, en contigua, Albina Rupayán, también internada, vio que personal médico se lo llevaba: “Levanté la mano y le hice señas, pero él ya iba inconsciente”. Al rato, mientras miraba televisión, las noticias mostraban que un enfermo de coronavirus era subido a un helicóptero Black Hawk de la FACh que lo trasladaría a Talca. En eso, su hija la llamó por teléfono. Sabe quién va ahí? —Ño, no sé. —Es mi papito.
Caniuqueo fue el primer paciente de covid-19 trasladado de hospital en un Black Hawk, una opción que permitió ampliar esa práctica —que libera camas críticas en centros asistenciales sobredemandados— a ciudades que no tienen pistas aptas para los más pesados aviones Hércules. El panificador finalmente comprendió que su auto seguía en Santiago y que a Talca llegó en helicóptero. Despertó, convaleció y mejoró hasta regresar a su casa luego de 23 días. “Al virus le ganó el de arriba. El Señor Jesucristo hizo todo”, afirma. Esta semana se reencontró con el personal médico y la tripulación que lo ayudó. “Estoy totalmente agradecido”, comenta. “Sin ellos no estaría contando el cuento”, agrega. “Es muy reconfortante ver que el paciente esté muy bien”, dice el comandante Rodrigo Fernández, a cargo del Black Hawk ese día. “Lo más riesgoso (en el vuelo) es que la cápsula (de aislamiento) pierda su capacidad de presión negativa, porque puede contaminar el ambiente”, agrega la capitán y enfermera Viviana Leiva.
Fl general Raúl Jorquera, comandante de la 11 Brigada Aérea, destaca que durante la pandemia la FACh ha trasladado exitosamente a 102 pacientes críticos, lo que es una “esperanza de vida” para ellos y sus El vuelo se hizo a una altitud de 1,5 km, para evitar turbulencias, y a una velocidad de 200 km/h para cubrir en 75 minutos los 256 km que separan a Talca de Santiago. JOSÉ CANIUQUEO, EL PRIMER PACIENTE CON COVID-19 EVACUADO EN HELICÓPTERO: