Marco Antonio Avila ES UNA CARICATURA QUE LOS JOVENES NO SABEN GOBERNAR”
El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, dice que no se sorprendió, que se lo esperaba, que al interior del gobierno tenían antecedentes a través de analistas y encuestas de que los consejeros constitucionales republicanos iban a sacar una alta votación.
No sabía que serían 23 a lo largo de todo Chile, pero sí, que iban a tener que enfrentar "un resultado altamente complejo donde un sector de la derecha no tradicional se podría imponer". También dice que el desafío ahora está en la otra vereda, porque hay que ver cómo se comporta ese sector "con el desafío de escribir una Constitución para todas y todos los chilenos y no para un sector específico" y que no está preocupado, pero sí atento. --Después de estos resultados, ¿cree, como dijo la ministra Vallejo, que no se debe desacelerar en nada el programa de Gobierno ? --Creo, al igual que la ministra, que nuestro programa fue ratificado en una elección presidencial y la ciudadanía espera mejores condiciones para su vida.
Por lo tanto, hay que avanzar con el programa de gobierno sin desconocer las coyunturas que como país enfrentamos. --¿ Cuál de las dos almas que habitan el Gobierno es la que cree que va a ser más preponderante ahora: la del Frente Amplio, o la de los exConcertación? --Esa premisa está equivocada. La historia de la política chilena está marcada por colectividades que avanzan justamente desde sus diferencias. Hay cierto ánimo de analizar de manera simplista el escenario político. Cuñas fáciles como ésta de las "dos almas" no nos permiten leer con seriedad los distintos ciclos políticos, e ir más allá de las coyunturas. El que piense que post elecciones de lo que se trata es de reforzar esta falsa dicotomía, busca pasar de manera velada una intencionalidad manifiesta: seguir instalando que el gobierno es inestable. Y eso no sólo es totalmente falso sino que es deshonesto intelectualmente hablando.
Hijo de un padre profesor y una madre dueña de casa, Marco Antonio Ávila nació en San Miguel dos años después de que su hermana mayor muriera de muerte súbita. --Imagínate lo que significó para ese matrimonio, debe haber sido bien jodido. Ellos después quisieron tener un hijo para recuperarse un poquito también. Siempre cuento esto: fui una guagua súper esperada por todos.
Fui amado y sobreprotegido permanentemente por todo el mundo. --¿ Y qué malo y bueno tuvo todo eso? --Lo bueno es que uno recibe cariño y afecto en abundancia y eso se acumula para el resto de la vida.
Parte de mi disposición hacia la vida hoy, de ser un gallo seguro, tranquilo, muy claro sobre cuáles son mis capacidades, mis competencias, el ser bien plantado en la vida y echado pa' delante, como digo yo siempre, es por todo el cariño que me dieron. Lo malo es que eres un poquitito centrado en ti mismo. Dice que creció como hijo único, aunque también cuenta que es súper cercano con sus cinco hermanos, que nacieron en los segundos matrimonios de sus padres.
Gran parte de su acercamiento político cuando era joven, Marco Antonio Ávila dice que se lo debe a su padre, aunque nunca compartieron ni de cerca la militancia política. --Él siempre fue socialista y yo siempre tuve ideales más de izquierda, fui muy crítico de la Concertación desde siempre.
Me costaba entender la renuncia (... ) Por ejemplo, voté por Gladys Marín y no por Ricardo Lagos y mi padre me pidió el voto para la segunda vuelta para Lagos. --¿ Y se lo dio? --Se lo di.
Fue una concesión que hice. --¿ No era una opción para usted militar, por ejemplo, en el Partido Comunista? --No tengo una opinión negativa del Partido Comunista, pero todo lo que se tejía, por ejemplo, en torno a la guerrilla literaria con Pablo Neruda, yo lo conocía, lo sabía y toda esa cosa del control de cuadro, no me acomodaba. Yo creo en una izquierda mucho menos restrictiva respecto de las situaciones personales. Además, en la educación media, empiezo a asumir también mi homosexualidad y conozco todo el relato de cómo había sido el Partido Comunista, con las disidencias y no me parece. Y ya en la universidad conocí la historia de Reinaldo Arenas en Cuba, así es que menos. --¿ Fue militante de la causa gay también? --No, nunca fui un activo militante de esto, para nada. Sí valoro harto a mucha gente. Yo sé que es bien crítica la visión que hay hoy día sobre Rolando Jiménez, por ejemplo, pero yo encuentro que para su época fue finalmente una persona importante que abrió puertas. Marco Antonio Ávila dice que eso ayudó a muchas personas, aunque no a él porque "yo nunca he sentido ni una responsabilidad adicional por ser gay, ni culpa, ni miedo. Yo tomé conciencia y se lo dije a mi familia de inmediato, con la consiguiente crisis que quedó con todo el mundo. Sabía que podía ser muy complejo. Pero no reparé en eso. Fui súper claro desde el minuto uno y asumí mi identidad y le eché pa' delante con lo que significara. Yo nunca sentí ningún tipo de rechazo ni nada. Yo nunca he tenido experiencias explícitas de discriminación". Estuvo emparejado, "casado", dice él, por 18 años. Se separó en enero de 2020 poco antes de que le ofrecieran ser ministro. Marco Antonio Ávila estudió para ser profesor de castellano.
Dice que siempre pensó en serlo y que también fue influencia de su padre, que era profesor de enseñanza básica. --Siempre viví metido en ese mundo, yo pasaba la tarde en la escuela, con mi papá trabajando. Me acuerdo de haber ayudando con el mimeógrafo para sacar materiales o haber acompañado a mi papá a un curso y ver cómo estaban los niños.
Te hablo de los 80, cuando mi papá todavía era director de colegio, jefe de UTP, en esa línea, no era todavía directivo comunal, entonces me tocaba vivir toda la experiencia del colegio, del día a día. Mi vida ha estado cruzada por los colegios: primero fue con mi papá, después la pedagogía. Hoy, cuando llego a una escuela, cruzo la puerta y vuelvo a una experiencia que me marcó toda la vida. Su primer trabajo tras salir de la universidad fue en un colegio de la Fundación Belén Educa. Era comienzo de los 2000. Ahí, dice, se encontró con unos "jóvenes muy bien portados, podías trabajar muy bien con ellos". Tras eso se fue a trabajar a Fundación Chile. Siete años después volvió como director a un colegio. Los estudiantes habían cambiado. --El 2006, con la marcha de los pingüinos hubo un quiebre (... ) Los cabros ya eran mucho más duros en su discurso. Tenían mayor nivel de conciencia, mayor formación ideológica.
Pasó por el deterioro de la educación pública. --¿ Y ahora por qué se rebelan los jóvenes? --No necesariamente hay un proceso muy puntual de rebeldía, sino más bien hay una necesidad imperiosa de ser acompañados, queridos. Los chiquillos actuales tienen mucha sintonía con las emociones, pero eso tiene que darse en un marco de lineamientos claros, límites claros, porque hoy está mediado por la tecnología y eso hace un cambio también. Son jóvenes que pueden estar sufriendo procesos e de aislamiento, o de una interacción que puede ser inadecuada en las redes, el grooming, o que te estén molestando, haciendo bullying. En 2015 Marco Antonio Ávila comenzó a militar en Revolución Democrática. Cuando Gabriel Boric fue nominado como candidato presidencial, se transformó en el encargado del proyecto de educación de la campaña. Por lo mismo cuando ganó las elecciones sabía que algún cargo iba a tener, podía ser jefe de gabinete, subsecretario, dice. Lo que no se imaginó jamás es que le iban a ofrecer ser Ministro de Educación. --Iba en el auto cuando me llamó el Presidente. Me quedé para adentro. Fue muy emocionante, sentí de todo, alegría, preocupación. Cuando corté me fui pensando en el auto lo que era la vida, justo en ese momento me estaba separando, y llegaba esto. Me acordé de mi madre fallecida, de cómo le iba a contar a mi papá que había jubilado recién. Y de toda mi carrera para atrás, de dónde venía. Nunca fui pobre, pobre, siempre fuimos gente sencilla, humilde, pero igual vengo de San Miguel, un barrio normal. Había hecho mi carrera responsablemente con cada una de mis pegas, entonces llegar a esto era increíble.
En todos estos meses se ha tenido que enfrentar a promesas de campaña que no se han podido cumplir, a la política, un mundo que le era extraño y a la realidad de la educación en Chile. --En el mundo de la educación todavía hay cambios que son de carácter estructural y que no se han hecho. Este es un sistema que hemos ido parchando en términos económicos, pero la realidad es que el modelo de subvención, el modelo de financiamiento escolar en Chile fracasó.
El sistema de voucher, de pagar por niño que asiste a clases, no sirve para dar sustentabilidad a los proyectos educativos. --¿ Y cuál es el cambio estructural que hay que hacer ahí, según usted? -Modificar el sistema de financiamiento por uno que combine, por ejemplo, aspectos basales (matrícula) con tamaño de los establecimientos. Esta no es una discusión nueva, hay bastante investigación acumulada.
En los últimos meses Marco Antonio Ávila tuvo dos episodios complejos: La "acalorada discusión" con la diputada Viviana Delgado del Partido Ecologista Verde, quien lo acusó de haberle gritado y, según ella, por esa situación tuvo una descompensación médica. Él se disculpó. Tras eso salieron varias versiones de prensa diciendo que su comportamiento había sido mal evaluado en La Moneda y que era posible que saliera del ministerio en el pronto cambio de gabinete.
Diez días después vino el otro episodio: al ser consultado por la suspensión de clases de varios colegios en Valparaíso por un funeral narco el ministro destacó la decisión de los sostenedores, mientras que la ministra Carolina Toha, dijo lo contrario. --Han aparecido columnas y cartas al director preguntándose por qué, con todos los problemas que hay en la educación pública, que son muy graves, dicen, se enfocan en los planes sobre sexualidad en los colegios. --Todos los problemas son urgentes. Hoy día tú tiene una especial dedicación por la reactivación educativa, esa es mi prioridad, pero eso no significa que no estemos trabajando en otras cosas.
En temas de afectividad y sexualidad integral está quedando la escoba, mira, no le dimos más boleto a lo que pasó en el San Ignacio, pero esa es una expresión muy clara de que tienes situaciones importantes de violencia de género, de temas de estereotipos, de prejuicios, de bullying.
O sea, imagínate cuánto llevamos dos meses de clase y hemos tenido tres intentos conocidos de suicidios de estudiantes trans donde las escuelas no han sido espacios de acogida. --¿ Tiene usted alguna autocrítica? --La crítica siempre reporta algo, pero tengo tan firme mi posición: hoy día no tengo una crítica del sistema. Las críticas que me ha hecho el Colegio de Profesores son cuestiones puntuales, se restaron del sistema de las tutorías por A, B o C. Está bien, yo puedo valorar su opinión, pero lo cierto es que hoy día los profesores no están marchando en la calle porque hemos hecho acciones muy concretas. El sistema está funcionando: hay 16 mil centros educativos de cero a 18 años funcionando y la noticia es que hay cinco pinches liceos tomados. Son 15,20, 30 cabros que paran un colegio entero. --¿ Y cuál es la solución para esos colegios tomados? --La aplicación tajante del manual de convivencia cuando lo hechos ocurren adentro del establecimiento. Y si son delitos que están en el espacio de lo público, tiene que ser la fuerza pública que tome la causa.
Pero hemos trabajado para buscar soluciones, por ejemplo, el Instituto Nacional, el Barros Arana, todos estos liceos más emblemáticos, han llegado el Ministerio de Educación a conversar conmigo y plantearme todos sus temas, temas que han sido resueltos.
Yo reconozco las demandas. --Una de las demandas de los alumnos del Instituto Nacional era que querían comida vegana. --Sí, y hay una mesa técnica para iniciar un piloto que vea, además de esta petición, la posibilidad de entregar más de un tipo de menú. --¿ Pero qué piensa al mirar a ese liceo: ya no está dentro del ranking de los con mejores puntajes.
Se acabó la selección, se le aplicó la inclusión, todas las políticas que ha instalado el Ministerio de Educación y lo que ha pasado es que hoy está peor que antes. --Ahí hay un desafío súper grande, sobre todo con aquellos liceos que fueron llamados como emblemáticos, y que han tenido que ir enfrentando cosas como el desafío de una educación más masiva, por lo tanto el interés por postular a estos establecimientos, cuando tienes un muy buen liceo en Talagante o tienes un muy buen liceo en distintos lugares y que te van a asegurar el ingreso a la educación superior, la demanda también disminuye. Pero el no discriminar es la verdadera educación. En cualquier parte del mundo no tienes bajo ningún tipo de pretexto la posibilidad de no entregar una educación de calidad, independiente de los estudiantes que lleguen. Si la educación no es habilitante de manera transversal, democrático para todos, terminas teniendo espacios súper protegidos donde trabajas solo con el descreme. --Claro, es una discusión ideológica. --Por supuesto. Ahora, no voy a volver sobre ese debate porque ese debate se dio con la Ley de Inclusión el año 2017. Lo que me toca es asegurar la buena implementación de la Ley de Inclusión. --¿ Pero te duelen los liceos emblemáticos? --Sí.
Me gustaría que los liceos emblemáticos hubiesen sido la primera manifestación de que la calidad puede estar asociada también a la inclusión. --Lo que hay ahora es una idea de que la calidad tiene que estar asociada a un proceso de inclusión, pero no hay un espacio en donde eso suceda. --Sí, hay. El Liceo Bicentenario San Nicolás de San Nicolás, Región de Ñuble, por ejemplo o el Liceo Bicentenario de Talagante. Ahí no hay selección. --¿ Usted no cree en la meritocracia? --Para nada, no creo que eso exista necesariamente, en educación no, al menos. Todos tienen méritos, son las condiciones sociales, familiares, estructurales las que muchas veces definen. O tienes capacidades distintas, las inteligencias son múltiples. --El CAE fue un tema de campaña.
Esta generación que está gobernando peleó eso en la calle y llegaron al gobierno y se dan cuenta que no hay dinero para costearlo. --La condonación del CAE es un compromiso, estamos desde el año pasado trabajando en distintas fórmulas. --Pero hace unos días dijo que no están los recursos para eso y Mario Marcel ha sido súper claro. --Yo dije que no tenemos los recursos, pero no que no se fuera a pagar, eso es distinto. --¿ Hasta que no se tengan el dinero no se va a pagar? --Esto es economía pura: el Estado gasta una importante cantidad de recursos en pagar los intereses de esto, porque es un crédito en donde el Estado es un aval.
Por lo tanto, todo lo que no se paga de intereses, ¿quién tiene que pagarlo? el Estado. --¿ Y cuánto dinero está pagando el Estado por eso? --Casi el 50% de.. . --Entonces una razón para condonar la deuda es que de aquí a cinco años lo que se pagaría en intereses es lo mismo que se condona? --Bueno, le diste en el clavo. --El Presidente Boric y la ministra Vallejo y todo el grupo de gente que llegó al poder pertenecen a una generación en que su lucha y su batalla fue la educación ¿ Cree que en ellos hubo una mirada un poco ingenua de lo que era estar en el poder? --No.
Puede ser que tengas dificultad en coordinación, no sé, cuestiones que siempre estás aprendiendo, pero me leí "La década socialista", y tenías gente con muchos más años con una cantidad infinita de errores. -Y por qué crees que hay esa mirada. --Solo es una caricatura de que los jóvenes no saben gobernar.
Profesor por herencia y vocación, ha enfrentado los cuestionamientos a su gestión sin amilanarse, lo que explica por su historia de vida, en la que aprendió siempre a ser "echado pa adelante". Acá, cuenta su historia, dice que, al menos en educación, no cree en la meritocracia y que "el modelo de subvención, de financiamiento escolar en Chile, fracasó". POR ESTELA CABEZAS Marco Antonio Ávila "ES UNA CARICATURA QUE LOS JÓVENES NO SABEN GOBERNAR" "El no discriminar es la verdadera educación.
En cualquier parte del mundo no tienes bajo ningún tipo de pretexto la posibilidad de no entregar una educación de calidad, independiente de los estudiantes que lleguen". H ÉCT O R ARA VEN A "Nunca he sentido ni una responsabilidad adicional por ser gay, ni culpa, ni miedo. Fui súper claro desde el minuto uno y asumí mi identidad y le eché pa' delante con lo que significara". Marco Antonio Avila ES UNA CARICATURA QUE LOS JOVENES NO SABEN GOBERNAR”.