Autor: DANIELA SILVA ASTORGA
Otras miradas y complicidades, la incansable búsqueda de Paz Errázuriz
Otras miradas y complicidades, la incansable búsqueda de Paz Errázuriz gran intensidad para Errázuriz. Tiempos zigzagueantes, entre reconocimientos de peso como el Premio Nacional y participar en la Bienal de Venecia con Lotty Rosenfeld, y pérdidas trascendentales. En 2017, cuando ella había superado un cáncer, murió su pareja, el pintor Thomas Daskam. Poco antes falleció su amigo Pedro Lemebel, y en los últimos años, las poetas Malú Urriola y Carmen Berenguer: “Ha sido impresionantemente triste, impactante. Los tres son jóvenes, hanmuerto muy jóvenes. Es más doloroso todavía. Creo que a lo mejor estas amistades estaban predeterminadas, porque había tanto amor, uno se quería tanto. Para mí, están vivos aún”. Su núcleo de afinidades ha sido crucial desde los tiempos de dictadura. Allí encuentra contención, complicidad, valentía. “Los admiro; todos ellos han dado una fuerza tremenda”, apunta Errázuriz.
Por estos días, ha tenido incluso más presente a Lemebel desde InglaterraRecoleta, mientras avanza en proyectos de libros, se atreve a disparar la cámara de su celular y se emociona sobremanera al repasar cómo han sido para ella los últimos nueve años. nes Mustakis y Antenna, es bastante desafiante. En las sesiones van apareciendo múltiples capas para atender: no solo creativas, también biográficas. “Y pasa todo al mismo tiempo”, agrega la fotógrafa, quien allí trabaja con Diego Argote, su asistente.
Instalada en la oficina que tiene en su añosa casa en el límite de Providencia y Ñuñoa, confiesa que anhelaba este nivel de interacción: “Echaba mucho de menos trabajar con personas, es que de la pandemia salimos todos atemorizados. Estuve mucho sin ese vínculo, así que tenerlo constituía buena parte del atractivo de este taller para mí. Quería entrar a una comunidad desconocida”. A pesar de esa soledad o sobre todo por ella, Errázuriz se ha mantenido trabajando sin descanso. Sumamente reservada frente a su obra y proyectos, entrega solo pistas. Está encaminada en un par de libros, colabora en un proyecto de video y hace un tiempo empezó a tomar imágenes con celular.
Mientras el tiempo avanza, flexibiliza sus estructuras: antes, cuando irrumpió lo digital, estuvo más de dos años sin hacer fotos no le cuadraba nada, en especial que todo fuese a color, y si antes no transaba el cuarto oscuro, hace rato lo dejó debido a su conciencia medioambiental. ¿Qué toma con el celular?ZEÁBEPILEFTodos los viernes y sábados, a partir de septiembre, conduce un taller comunitario en la Villa San Cristóbal de Recoleta.
A la Galería #420, donde hace las clases y exhibe obras suyas en grandísimo formato, llegan chilenos, pero sobre todo inmigrantes, desde adolescentes a adultos mayores, e incluso quienes jamás han tomado una imagen, ni siquiera con celular. Distintas biografías, interrogantes, heridas y miradas confluyen en jornadas que apuntan a establecer un nexo con la fotografía a través de la exploración del cuerpo y el contexto.
Paz Errázuriz (1940), parte de la vanguardia artística de los 80, cofundadora de la Asociación de Fotógrafos Independientes (AFI) y Premio Nacional de Arte 2017, aporta también lo suyo Más de cinco décadas de oficio y de un férreo interés o conexión por lo que ocurre en la calle y por retratar a quienes sobrellevan sus existencias en los márgenes. Travestis, prostitutas, adultos mayores, los kawésqar, pacientes psiquiátricos, disidencias sexuales. Detrás de esas credenciales, que componen el capítulo archiconocido de su historia, se vislumbra la búsqueda profunda y permanente de la autora: hacer, a través de este encuentro con los otros, su autorretrato. Buscarse en esas miradas. “Creo que nunca lo he analizado desde motivos personales. Pero, desde luego, uno trabaja con lo propio”, dice. El taller, que organizan las fundacio-“Uso un celular que no es muy nuevo, así que no es que esté apostando por la tecnología. Es un trabajo experimental, de calle. Es todo lo que puedo decir”. Los últimos nueve años han sido defotógrafa expondrá seis imágenes impresas sobre tela, en gran formato. La próxima artista que trabajará en el espacio es Mónica Bengoa. “Me siento cómoda en la soledad. Loque hago me gusta tanto y me exige mucho tiempo”, comenta Paz Errázuriz.
Aquí, en Galería #420. le pidieron fotografías suyas para las portadas de las próximas traducciones del autor chileno, e históricos son los libros que hizo con Claudia Donoso (“La manzana de Adán”), Diamela Eltit (“El infarto del alma”) y Malú Urriola (“La luz que me ciega”). Pero existe otra colaboración reciente, “Archivo imperfecto” (2023). Lo publicó con Ángeles Donoso, y solo fue posible por un proyecto titánico: la digitalización de su archivo de imágenes análogas, gracias a la invitación y el trabajo de Andrea Aguad, del Cenfoto-UDP. Hoy, se cuentan unos 200.000 negativos. Fue larga la revisión. ¿Cómo la vivió emocionalmente?“Fue tremendo en ese sentido, porque cuando estaba lista la revisión murió mi pareja. Y todo ese material análogo Eran años en que era muy caro hacer fotos, era realmente muy reducido el material. Entonces, en un mismo rollo tenía imágenes de las protestas y del cumpleaños de la abuelita. Muy impresionante mirar para atrás toda una vida y ver a cada rato fotos de quienes no están. Te vas acordando de todo y da una nostalgia enorme. Pero también puede ser maravilloso, genial, encontrar algo que no recuerdas haber hecho. Es como toda la vida, es un diario de vida para mí”.. En estos días, la fotógrafa chilena hace talleres en Durante el taller,