LOS DESASTRES POR EL AGUA EN EL MUNDO CAUSARON LA MUERTE DE MÁS DE 8.700 PERSONAS EN 2024
LOS DESASTRES POR EL AGUA EN EL MUNDO CAUSARON LA MUERTE DE MÁS DE 8.700 PERSONAS EN 2024 E cicloglobaldeagua vivió elaño pasado nuevos extremos climáticos y los desastresrelacionados conelagua causaron la muerte de más de 8:700 personas, desplazaron a 40 millones y supusieron pérdidas económicas superiores a550.000 millones de dólares.
El informe Monitor Mundial del Agua, enel que participa un equipo internacional de investigadores, señala queen 2004 sevivieron “feroces inundaciones y sequías paralizantes”. El año pasado fue el más caluroso hasta ahora registrado y el aumento de las tempe-raturas que está cambiando la formaen que el agua se mueve alrededor del planeta, “causando estragos” enel ciclo del agua, indica el informe, dirigidoporla Universidad Nacional de Australia (ANU). Las catástrofes relacionadas con el agua más dañinas de 2024 fueron las inundaciones repentinas, lascrecidas deríos, lassequías, losciclones tropicalesy loscorrimientos detierras. El calentamiento global contribuyó a que “los aguacerossean más intensos y las tormentas se desplacen más lentamente, como demuestran lasmortales inundaciones repentinasen Europa, Asia y Brasil”, señaló el director del informe Albertvan Dijk, dela ANU. Elexpertocitó, entreotras, las inundaciones repentinas en Afganistán y Pakistán, con más de mil muertos, o la dana de octubre pasado en España, que dejó 232 fallecidos y más de SOOlitros por metro cuadro enocho horas.
Además delas inundaciones de Brasil, que causaron más de 80 muertos, y las lluvias monzónicas en Bangladesh, con el desembalse de presas en agosto, que afecta-rona5,8 millones de personas y destruyeron al menos un millón de toneladas de arroz.
Cada vez se baten más récords de precipitaciones y en 2024 se alcanzaron máximos históricos mensuales con un 27% más de frecuencia quea principios de este siglo, mientras quelos de precipitaciones diarias se alcanzaron con un 52% más frecuencia. Los mínimos históricos deprecipitaciones fueron 38% más frecuentes, “porlo que estamos asistiendoa extremos peores en ambos lados”, indicó Van Dijk. Además, elaumento delas temperaturas de la superficie del mar intensificó los ciclones tropicales y las sequías en la el sur cuenca del Amazonas yde África. El descenso del nivel delos ríos fue récord en la cuenca del Amazonas, uno delos ecosistemas más importantes de la Tierra, lo que cortó lasrutas detransporte e interrumpió la generación de energía hidroe-léctrica. Los incendios forestales provocados por el clima cálido y seco quemaron más de52.000 kilómetros cuadradossólo en septiembre, liberando grandes cantidades de gases de efecto invernadero.
Enelsur de África, unagrave sequía redujo la producción de maíz en más del 50% y dejó a30 millones de personas con escasez de alimento, los agricultores se vieron obligados asacrificar el ganado al secarse los pastos y se redujo la producción hidroeléctrica, con apagones generalizados.
Elexperto puso el énfasis en que es necesario prepararse y adaptarse a unos fenómenosextremos “inevitablemente más graves”. Como medidas, citó reforzar las defensas contra inundaciones, desarrollar una producción de alimentos y un suministro de agua más resistentes alas sequías y mejorar los sistemas dealerta temprana. El agua -recordó-“es nuestrorecurso más importante, y sus extremos «inundaciones y sequías-son una de las mayores amenazas a las que nos en-asfrentamos”..