Autor: Marcel Thezá Manríquez, académico Ceder Ulagos
Informe de Desarrollo Humano
Informe de Desarrollo Humano Columnaace algunos días ha sido presentado el nuevo informe de desarrollo humano elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), bajo la pregunta: ¿ por qué nos cuesta cambiar?. Este texto retoma una importante tradición de onceinformesanterioressobreel comportamiento de lasociedad chilena y desus constantes evoluciones a partir dela dé'90', experiencia de investigación quelamentablemencada delos tehabíasido interrumpida el año 2015.
Los efectos mediáticos deeste informe, hasta el momento, han sido positivos encuanto ala cantidad de reacciones y comentarios, y cabría esperar que actores privados, esfera pública y mundo estatal y político, lolean con! la calma y profundidad suficientes, interesándose en resolver lo que el informe denomina “las débiles capacidades” de Chile para conducir cambios en una lógica de desarrollohumano sostenible. Enrigor, el informe provee de muchos e interesantes elementos que nos conviene discutir y relevar entodo el abanico de agendas que hay en nuestro país. Yo quisiera, en esta columna, simplemente distinguir unaspecto en particular. Merefieroaldebatesobre la originalidadde Chileen torno alos cambios quese describen. En este aspecto escierto quenuestro paísse acerca, en materia de comportamiento cultural, a muchas delasnaciones de occidente. Sin embargo, creo importante distinguir el rol delos actores en países como el nuestro y en países ya desarrollados.
Enamboscasos, laidea de “relaciones disfincionalesentre actores” esparecida, perolo queno eslo mismo es “actuar” para conservar derechos adquiridos (que es el caso en los países desarrollados y con apropiaciones de esta lucha en todo el espectro político) que para establecer derechos aún ausentes que el propio informe destaca quesonla base de cualquier idea desociedad ode un debate sobre un nosotros, idea que, apartir de loscomentarios derivados del informe, parece quenosinteresa menos que enañosanteriores. La frustración en nuestros paíseses, por lotanto, mayor porque se instala la idea de que el cambio, siendo necesario, es imposible oimprobable.
Hay un fuerte pesimismo queel propio texto trasuntay aceptaremos que ningún proyecto de desarrollo puede fundarse enunsentimiento del fracaso de no poder ponernos de acuerdo enla vida que queremos llevar, queno esla adición de expectativas individuales, sino de untodo que nosrepresente material ysimbólicamente. Este informe llega semanas antes de nuestras festividades nacionales; quizá, un buen momento para volvera pensar en perspectiva de “proyectos país”..