Autor: FABIÁN LLANCA
“La masa dio rienda suelta a su naturaleza depredadora y destructiva”
Ella prefiere hablar de asonada, y asume que lo delincuencial no perjudicó las demandas sociales porque perdieron valor debido a una "epidemia psíquica”. On el reposo de cinco años, desde el viernes 18 de octubre de 2019, surgen lecturas diversas y corales respecto de esos acontecimientos que sacudieron por varios meses la normalidad nacional. Lucy Oporto Valencia -ensayista, filósofa y columnista en Ex-Antees una de las voces que interpreta lo sucedido. “Es difícil proponer un término capaz de describir lo ocurrido, ya que aún no se conocen las causas mediatas, ni la naturaleza profunda de los eventos. Dada la complejidad de estos fenómenos críticos, necesariamente habrá distintas respuestas a las preguntas humanas.
Lo importante es la documentación y el rigor en la elaboración de tales respuestas, en busca de la verdad, frente a todo intento de falsificar la realidad en función de cualesquiera intereses, cálculos y manipulaciones”, dice. ¿Ni estallido ni revuelta? es un término menos impreciso; esto es, una reunión tumultuaria y violenta para conseguir algún fin, por lo común político, según la RAE. Arturo Fontaine lo usó al poco tiempo para describir la situación. Yo también he recurrido a ese término para poner de relieve su carácter planificado, aunque tampoco alcancé a dar cuenta cabal de su naturaleza”. Hay quienes diferencian entre violencia y demandas sociales. “Han existido y continúan existiendo grandes necesidades en la población. Pero, a medida que pasan los años, me resulta cada vez más dudoso que el fondo del llamado "estallido social” haya sido ese, como continúan insistiendo tantos mecánicamente. Más bien, tales necesidades parecen haber sido una excusa: insumos para una instrumentalización y explotación oportunista, con vistas al despliegue de un proceso de disolución institucional a gran escala.
En los hechos, ha coincidido con el avance del crimen organizado, que ofrece todo a la juventud: dar cumplimiento a todas las promesas de la sociedad de consumo y del capitalismo”. La filósofa recalca que “lo delincuencial no opacó ni perjudicó las llamadas reivindicaciones sociales, sino que, dado el carácter de "epidemia psíquica? (en referencia al siquiatra Carl Jung) de lo ocurrido; esto es, una posesión a gran escala por contenidos del inconsciente colectivo (imágenes e instintos), la masa dio rienda suelta a su naturaleza depredadora y destructiva. Y ante la voluntad niveladora de las hordas, tales reivindicaciones perdieron todo valor, incluso para quienes las defendían. Era más rentable unirse a los saqueos. Según Jung, la masa no sirve para nada. Sólo la mueve la avidez y el pánico”. El desmarque del octubrismo se vislumbra como un sello del gobierno.
“El ascenso al poder de Boric y los suyos se debe a la asonada de octubre de 2019, ampliamente apoyada por ellos, y al acuerdo del 15 de noviembre de 2019, en respuesta a la violencia extorsiva y expoliadora que amenazaba con terminar de hundir el país. Ese 'desmarque”, con pretensiones de moderación, maduración, adultez y responsabilidad es un relato impostado: los hechos de la realidad, las evidencias, las pruebas, las responsabilidades, y los esfuerzos por encontrar la verdad, no importan. La ficción comunicacional, sí. Para el gobierno no es más que una forma de cálculo, en función de la continuidad de su proyecto político personal”. ¿La refundación pasó de ser un sueño a una pesadilla? “Siempre fue una pesadilla. Cualquier refundación implica el despliegue de terribles formas de violencia, por lo que cabría preguntarse si realmente tiene algún sentido vivir y ser parte de una naturaleza humana que, periódicamente, se hunde en la barbarie. Peor aún: algunos incluso la consideran conveniente cuando es funcional a sus propios intereses. Lucy Oporto piensa que única refundación que ha existido en la historia reciente de Chile es la iniciada con el golpe de Estado de 1973 y la dictadura militar civil.
Efectivamente, destruyó el orden existente para fundar otro, altamente destructivo en términos antropológicos, ya que fue configurando el tipo humano depredador, oportunista y codicioso propio de la sociedad de consumo y la postdictadura: el mismo que consideró la asonada de octubre de 2019 como un carnaval liberador.
Uno de mis profesores afirma que quienes condenaron el bombardeo al palacio de La Moneda, hecho barbárico de suyo, debieran condenar ¡ igualmente la barbarie desplegada a partir de 2019”. La filósofa tiene la impresión “de que existe un intento de dejar atrás lo ocurrido, como si efectivamente hubiese terminado, sin profundizar mucho en la naturaleza de los hechos. Tal vez, esa impronta algo superficial y frívola esté en función de las próximas elecciones y sus intereses involucrados.
Por mi parte, considero necesario permanecer alerta al acontecer y a los hechos de la realidad: no renunciar a pensar, ni resignarse; sí enfrentar el peso de la realidad, por muy terrible que sea, con apertura al conocimiento y a lo inesperado”. “Cualquier “efundación mplica el Jespliegue Je terribles tormas de violencia” dice a escritora. Filósofa Lucy Oporto aborda los cinco años transcurridos del estallido social