Autor: Comentario de Francisco Véjar
RAÚL RUIZ, EL ESCRITOR DETRÁS DE LA CÁMARA
RAÚL RUIZ, EL ESCRITOR DETRÁS DE LA CÁMARA ESCRITOS REPARTIDOSRaúl RuizSelección, edición y notas de Bruno Cuneo, Ediciones Universidad Diego Portales, 2024,290 páginas. Valor $25.000 Raúl Ruiz (Puerto Montt, 1941París, 2011) sigue siendo el más prolífero de los cineastas chilenos. Sus principales obras las filmó en Europa, pero en casi todas ellas siempre habló enmascaradamente de Chile. Cabe decir, además, que Ruiz trabajó varios de sus guiones con uno de los más importantes novelistas contemporáneos: Pierre Klossowski. Su poética, por supuesto, la tradujo en imágenes y en palabras. Ejemplo de ello es el libro Escritos Repartidos, publicado recientemente por las Ediciones Universidad Diego Portales. La selección, edición y notas, estuvieron a cargo del poeta y académico Bruno Cuneo.
La obra abarca un periplo de escritos que van desde fines de los años sesenta, hasta el discurso que pronunció el 15 de marzo de 2011, a raíz de la recepción del grado de Doctor Honoris Causa, otorgado por la Universidad de Valparaíso. El abanico es bastante amplio. El primer artículo de Ruiz consignado en este volumen tiene como título “El cine chileno, etcétera” y fue publicado por la revista Ecran, en Santiago de Chile, el 10 de diciembre de 1968.
Allí desarrolla las bases de lo que será su cine y destaca entre sus congéneres lo filmado por Miguel Littin en El Chacal de Nahueltoro y por Aldo Francia en Valparaíso, mi amor, ambas películas estrenadas a fines de la década del sesenta. Luego comienza la etapa de la Unidad Popular.
En un escrito aparecido en La Opinión de Buenos Aires, el 24 de octubre de 1973, titulado “La experiencia cinematográfica bajo el gobierno de Salvador Allende”, apuntó: “Ahora nos estamos dedicando a reconstruir frente a nuestros amigos argentinos lo que hicimos y no hicimos () ¿ En qué fallamos nosotros? (... ) Cual más, cual menos, todos los que trabajábamos en cine sentimos que había que posponer los proyectos personales y aceptar una especie de “tarea de militancia”. () Nos caímos varias veces. Yo hice una película para aclarar los fines que perseguía la política de abastecimientos”. El resultado fue un cortometraje que lleva por nombre Abastecimiento (1973), extraviado hasta el día de hoy. Más adelante, comienza la enjundiosa fase europea.
Uno de sus filmes icónicos de aquel tiempo es Las tres coronas del marinero (1982). Allí es donde mejor se puede percibir al escritor detrás de la cámara, pues el guion fue escrito por Ruiz y es notable.
En “Revelaciones y paradojas”, apunta: “Me gustan los collages, las citas, como a toda la gente que pertenece a países que no tienen tradición cultural (). Las tres coronas del marinero fue un poco diferente a las otras películas. Partí realmente de una situación de base, de lo que se llama una historia, del mismo modo queHawthorne toma una situación de base que desarrolla.
Alguien, un marinero, toma un barco, no tiene familia, y en su viaje encuentra a su mujer, su hijo, su mejor amigo, su hermano, su madre, todo lo que debería rodear a un ser humano normal, pero dispersos en diversos países del mundo. Trata de reunirlos, no funciona. Era un viaje, era la obsesión de la familia, una metáfora sobre el exilio. El punto de partida era una frase de Dylan Thomas, al comienzo de una novela: “¿ Quién te gustaría que estuviera con nosotros ahora?”. (Cahiers du Cinéma, París, N 371,1985.
El texto lleva un subtítulo puesto por la redacción de la revista, “El guión según Raúl Ruiz”). En otros artículos habla de la génesis de películas como Mammame (1986), basada en el ballet homónimo del coreógrafo Jean Claude Gallota o notas esclarecedoras sobre La vocación suspendida (1978), filme realizado a partir de una historia de Pierre Klossowski. Lo que se lee en estas páginas son conferencias, artículos y prólogos escritos por Ruiz que hablan sobre cine y sobre la labor artística de otros. Este libro viene a ser el ABC de su quehacer e inquietudes cinematográficas. Comente en: blogs. elmercurio. com/cultura. La obra abarca un periplo de escritos que van desde fines de los años sesenta, hasta el discurso que pronunció en 2011 en la Universidad de Valparaíso. El abanico es bastante amplio.