Autor: MÓNICA SILVA ANDRADE Periodista
COLUMNAS DE OPINIÓN: La amiga insustituible
COLUMNAS DE OPINIÓN: La amiga insustituible Opinión La amiga insustituible Las buenas amigas son irremplazables. Anita de Aguirre Hoffa era unadeellas. Poreso, surecuerdo perdurará entre quienesla quisimos, admiramossu personalidad, su trayectoria profesional, su sensibilidad y preocupación social y la valentía para enfrentar su enfermedad. Un ejemplo y una herencia. Con ella compartimos innumerables viven: cias desde aquellos tiempos en que quisimos cambiar el mundo. En que creíamos en la fuerza de la unión, que entre muchos las cosas podrían cambiar para el bien de todos. Entrelos recuerdos indelebles es tá el haber pasado, junto a otras, la aciaga fecha del 11 de septiembre de 1973. Anita nacióen Concepción, era una penquista avecindada en Santiago. Siempre dejó un lazo con el lugar don: de estudió, el Colegio Inglés, la Inma culada Concepción y la Universidad de Concepción. Se tituló de profesora de Francés y su primer trabajo. recor daría fue en el Liceo de Yumbel. No sentía el cansancio de viajar diaria mente alaciudad del santuario. Era jo ven y entusiasta. Integró el Coro de la Universidad, otra experiencia que resultó inolvidable porque coronaba su amor y amplio conoci miento de la música, que le permitía reconocer una pieza docta con solo los primeros acordes. Debió dejar Chile y vivió décadas en Milán donde siguió estudian do y se perfeccionó en psicología. Aunque abandonósu país, parte de su corazónsiguió aqui junto alossuyos, pero también gente que ne: cesitaba ayuda, especialmente en temas tan sensibles como el acceso ala salud. Pensaba que allí estaba la esencia de una buena acción política. Por cierto, priorizó a Concepción.
Con el aporte de la coopera: ción italiana, canadiense y sueca en aquellos años duros consiguie: ron financiamiento para crear el Centro de Salud del Valle Nonguén, que hoy es un servicio de referencia para la Región del Biobío y que atiende a 17.000 personas.
Otra de las gestoras del proyecto la doctoTras una cierta edad, vemos cómo parten quienes conformaron nuestro mundo Es cierto, todos estamos invitados a ese viaje, nos indica la razón, aceptarlo. ra Cecilia Villavicencio lo recordó en su funeral.
De regreso en Chile, se desempeñó en el naciente Ministerio de la Mujer, la Municipalidad de Santiago y en la Dirección de la Comuni: dad de Chilenos en el Exterior, del Ministerio de Relaciones Exterio res, que dirigió. Desde la Dicoex visitó diversas comunidades en dis; tintas partes del mundo, muchas de las cuales la recordaron con afec: to y agradecimiento en el momento de su muerte. No abandonó la política. Nunca perdió la esperanza. Desde el partido en que militabase desempeñó en el área de la Mujer y desarrolló impor: tantes proyectos para incorporar y destacara mujeres quese lo merecían, en Chi le y en América Latina. Su último gesto fueconcuntira votarl 29 de junio. Trasunacierta edad, vemoscómo par: ten quienes conformaron nuestro mun: do Es cierto, todos estamos invitados a ese viaje, nos indica la razón; aun así cuesta aceptarlo. Se van los que fueron jóvenes, junto a nosotros, con quienes compartimos momentos Íelices en ese tiempo donde "nuestra alma estabasin mediasuela", comocantaSerrat. Quiero pensar que entró en la muerte, en ese espacio desconocido, con losojos abiertos, como Marguerite Yourcenar hace hablar al em perador Adriano y que solíamos comentar. Que en el momento final el 11 dejulio volvió recorreresos parajesque ya no volvería a ver.
Su infancia, sus padres, su gran y generosa fami lia, la Universidad, el coro e ltalia, ese bello pa ís que tanto amó. pero aun así cuesta pero aun así cuesta MÓNICA SILVA ANDRADE e, Periodista.