Autor: ErWIN DoMíNgUEz, DIrECTor DE INIA KAMPENAIKE
El papel de las especies nativas en la restauración de ecosistemas
El papel de las especies nativas en la restauración de ecosistemas El declive global de la biodiversidad, ampliamente documentado por el WWF (2022), ha impulsado un debate continuo en la comunidad científica sobre las consecuencias de la pérdida de biodiversidad para el funcionamiento de los ecosistemas (Adler et al., 2011; Dee et al., 2022; van der Plas, 2019). Un aspecto que merece especial atención en este contexto es la toma de decisiones respecto a las intervenciones en la vegetación, especialmente en lo que concierne a la restauración ecológica.
En este sentido, una pregunta crucial es: ¿ deberíamos restaurar la cubierta vegetal con especies nativas del lugar intervenido, o favorecer el cultivo de especies exóticas con valor agronómico? A lo largo de las últimas décadas, diversos estudios experimentales han concluido que la pérdida aleatoria de biodiversidad reduce significativamente la productividad de los ecosistemas (Cardinale et al., 2012; Tilman et al., 2001). Sin embargo, esta evidencia no siempre se considera al momento de decidir qué especies emplear en la restauración. Es fundamental llegar a un consenso sobre el enfoque que adoptaremos en la recuperación de áreas intervenidas: optar por especies nativas o favorecer especies introducidas con un enfoque productivo. La respuesta a esta cuestión tiene profundas implicaciones para la conservación de la biodiversidad y el equilibrio de los ecosistemas afectados. Antes de tomar cualquier decisión, es crucial entender el concepto de biodiversidad y su relevancia en los procesos de restauración. La biodiversidad no solo garantiza la estabilidad de los ecosistemas, sino que también es clave para mantener los servicios ecosistémicos esenciales para el bienestar humano.
Las especies nativas, en particular, juegan un papel central en la resiliencia de los ecosistemas, ya que están adaptadas a las condiciones ambientales locales (clima). Estas especies, al estar en equilibrio con otros organismos y con el entorno, contribuyen a la estabilidad del ecosistema, minimizando la propagación de especies invasoras que pueden alterar la estructura y funcionalidad del hábitat. La introducción de especies exóticas con valor agronómico, aunque a corto plazo pueda ofrecer beneficios económicos o productivos, conlleva riesgos significativos a largo plazo. Las especies no nativas, al no estar naturalmente adaptadas al ecosistema local, pueden desplazar a las especies autóctonas, disminuyendo la diversidad biológica y alterando los procesos ecológicos esenciales. En contraposición, la restauración con especies nativas no solo conserva la biodiversidad, sino que también promueve la integridad de los ecosistemas, facilitando la regeneración natural y asegurando la sostenibilidad de los servicios ecosistémicos. La evidencia científica destaca la importancia de restaurar los ecosistemas intervenidos utilizando especies nativas. Al hacerlo, se garantiza que el ecosistema pueda recuperar sus funciones naturales, tales como la regulación del ciclo del agua, la retención de nutrientes y la mitigación de los efectos del cambio climático. Además, esta estrategia favorece la recuperación de la estructura original de la vegetación, contribuyendo a la estabilización del suelo y la prevención de la erosión, factores clave en cualquier proyecto de intervención. En conclusión, restaurar los ecosistemas con especies nativas debería ser un enfoque prioritario y obligatorio en cualquier intervención que afecte la vegetación y el suelo. La pérdida de biodiversidad y los efectos adversos de la introducción de especies exóticas son desafíos urgentes que requieren una respuesta basada en la evidencia científica. Al optar por la revegetación con especies nativas, no solo preservamos la biodiversidad, sino que también aseguramos la restauración integral de los ecosistemas intervenidos, garantizando su funcionalidad y sostenibilidad a largo plazo..