¿Por qué nos cuesta cambiar?
¿ Por qué nos cuesta cambiar? ¿ Por qué nos cuesta cambiar? Gonzalo Cowley P. Gonzalo Cowley P. 'o es un misterio para nadie la gregación y distancia que existe en grupos sociales. Estas, que tienen una clara expresión física en lo urbano, también tienen una dimensión simbólica en nuestras relaciones culturales, económicas y ciudadanas.
Quizás esa sea la razón del título del Informe de Desarrollo Humano "¿ Por qué nos cuesta cambiar?: conducir los cambios hacia un desarrollo humano sostenible", entregado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el cual, además, recupera con esta publicación una exitosa tradición suspendida hace diez años.
Una de las habituales características de este informe es ofrecer un diagnóstico bastante preciso de la realidad y enfrentar las subjetividades del país frente a los desafíos de época, generando debate, conversación y análisis de sus principales conclusiones, con una mirada larga y reposada.
No es una encuesta, lógicamente, y en 300 páginas, como esta vez, desmey en 300 páginas, como esta vez, desmelao p. p. nuza la realidad a partir de hipótesis plausibles que muestran cómo un país con muy buenos índices de desarrollo humano tiene tantas dificultades para lograr los cambios que requiere y desea. Hay más que un guiño al quiebre entre ciudadanía y élites, y a un déficit de nuestras capacidades para enfrentar los cambios sustantivos con relatos comunes.
La combinación de individualismo, desconfianza y voluntarisconfianza y voluntaris"No es mala idea en momentos de cambio una visión de esperanza que puede dar frutos hacia el futuro, en lógicas de colaboración para fortalecer la cohesión social.
Esa demanda, que no parece ser una reflexión académicay que está ahí, circulando, requiere fortalecimiento de la confianza, superación del individualismo y estrechamiento de las relaciones vinculares, en tiempos que aparecen nuevas formas de tranuevas formas de tranuevas formas de tramo parece chocar desde UC MOS s bajar, de conocerse, de todos los lados del mos Mezclemos más: establecer relaciones trador a la hora de conCiudades más económicas y de ocucretar cambios significainclusivas, par el espacio público. tivos como una constitu relaciones más Nuevas generacioción o el sistema de pensiones.
También se puede ensayar que esto es un fenómeno no sólo chileno, y que es la tónica de época, traducida en el enfrentamiento del deseo de relaciones horizontales y en igualdad, versus relaciones verticales o liderazgos autocráticos potencialmente expansivos.
La crítica alcanza a todo el espectro del poder, ya sea público o privado, y de algún modo comienza a asentarse y de algún modo comienza a asentarse horizontales y mejores espacios de colaboración". nes que se mueven en lógicas distintas en medio de la centrífuga pueden producir el quiebre de tendencia.
No es mala idea esforzar la creatividad en promover que nos mezclemos más: ciudades más inclusivas, relaciones más horizontales y mejores espacios de colaboración para vencer los flagelos que producen la desconfianza, el abuso de poder y la exclusión como forma cultural..