Autor: Nelson Cárcamo Barrera
Columnas de Opinión: Pobreza en Chile: un desafío para nuestra sociedad
Columnas de Opinión: Pobreza en Chile: un desafío para nuestra sociedad Si no consideramos el debate, no menor, en torno a la actual metodología de medición destacada por expertos, la pobreza en Chile es de un 6,5 por ciento, esto, de acuerdo con la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen), 2022. Esta cifra corresponde a más de un millón de personas que se encuentran en esta situación. En términos muy simples, se trata de que, estas personas, no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas como, salud, vivienda o educación; como sabemos, aspectos indispensables para el bienestar de las familias.
El pasado 17 de octubre se conmemoró el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, el primero en la lista de los Objetivos de Desarrollo Sostenible propuesto por la Organización de las Naciones Unidas en la Agenda 2030, y entre las explicaciones y declaraciones que ha propuesto el organismo para poner el acento en este punto, señala que, si bien existen muchas razones para preocuparnos por la pobreza, indica que, en definitiva, como seres humanos, nuestro bienestar está ligado al de los demás.
Si bien los números nos posicionan como un país con una economía bastante más estable que otros de la región, la pobreza sigue afectando de manera directa a miles de familias que tienen serias dificultades para enfrentar la vida a diario. La lucha contra la pobreza en Chile y en el mundo, es compleja y tiene múltiples causas y es nuestra obligación enfrentarla con seriedad y determinación.
La desigualdad asoma como uno de los principales obstáculos para la superación de la pobreza, porque, a pesar del crecimiento económico y el mayor acceso a bienes y servicios, sabemos que la distancia que separa a los ingresos más altos y los más bajos, es francamente gigante y una de las más amplias en Latinoamérica. Cuesta hablar de la pobreza porque da miedo, asusta y muestra un costado del país que muchas veces se oculta o se intenta no mostrar demasiado y es que eso también es parte del problema. Si no reconocemos que más de un millón de personas no tienen para vivir, jamás podremos avanzar en un proceso sostenido de erradicación de la pobreza. La pobreza es una injusticia y es violenta porque ataca la dignidad de las personas de la peor forma. En todo el mundo, más de mil millones de personas viven en situación de pobreza. Como para preocuparse. Y una vez más, la educación aparece como protagonista. El Banco Mundial ha destacado que una de las formas más efectivas de reducir la pobreza es mediante una educación inclusiva y de calidad, que permita a los jóvenes acceder a mejores oportunidades laborales. Sin embargo, en muchas zonas rurales y urbanas de Chile, el acceso a una educación de calidad sigue siendo un desafío, lo que contribuye a perpetuar la pobreza intergeneracional. La falta de capacitación y oportunidades para los sectores más vulnerables limita su posibilidad de mejorar su situación económica, creando un círculo vicioso del cual es difícil salir.
Es necesario reconocer que en Chile, hemos tenido un Estado presente desde hace mucho tiempo poniendo a disposición programas focalizados en familias de menores ingresos, facilitando acceso a la vivienda y discutiendo un salario mínimo, sin embargo, es necesario un enfoque que avance más allá, pensando en la estabilidad sostenible en el tiempo. Por temas de espacio, solo hemos enfatizado en aspectos generales de la pobreza, pero es claro que, el problema es más complejo. De todas maneras, junto al compromiso del Estado, no debemos olvidar nuestro propio rol como miembros de una comunidad que nos necesita más solidarios y comprensivos..