Editorial: El 16 de agosto: la gratitud de Magallanes hacia Don Bosco y su obra
Editorial: El 16 de agosto: la gratitud de Magallanes hacia Don Bosco y su obra Cada 16 de agosto, un espíritu particular se siente en el aire de Magallanes. Las banderas y los pañuelos azules y blancos se hacen más visibles, las miradas se llenan de un brillo especial y las voces se elevan en cánticos de gratitud. Es el día en que la familia salesiana en todo el mundo, y de manera muy especial en nuestra región, rinde homenaje a su fundador, san Juan Bosco. Y es un tributo que va mucho más allá de la mera tradición. Don Bosco, un hombre de inquebrantable fe y profunda humanidad, dedicó su vida a los jóvenes, especialmente a los más vulnerables.
Su visión no era sólo la de educar, sino la de formar a personas integras, "buenos cristianos y honestos ciudadanos". A lo largo de sus casi 140 años de presencia en Magallanes, su legado ha echado raíces profundas. Desde la llegada de los primeros misioneros a estas tierras australes, su obra se ha convertido en un pilar de la educación y el desarrollo social. Los salesianos, con su característico carisma, han acompañado a generaciones de magallánicos, transmitiendo no solo conocimientos, sino también valores, esperanza y un sentido de pertenencia. Hoy, cuando miramos a nuestro alrededor, el impacto de su trabajo es tangible.
Es visible en los pasillos de los colegios, en las canchas de deporte, en los talleres de oficios y en las vidas de innumerables personas que, gracias a su guía, han encontrado un camino y han dejado su propia huella en la sociedad. El homenaje que se le rinde cada 16 de agosto no es sólo un recuerdo de su figura; es una reafirmación del compromiso con sus ideales. Es la promesa de seguir construyendo un futuro donde los jóvenes, sin importar su origen, encuentren las herramientas para soñar, crecer y convertirse en los protagonistas de su propia historia. Y es por eso que este día es tan significativo en Magallanes. No es sólo una conmemoración; es una celebración de una herencia que sigue viva y vibrante. Es un recordatorio de que la verdadera grandeza se encuentra en el servicio desinteresado, en la educación con corazón y en la convicción de que cada joven merece una oportunidad. En este 16 de agosto, más que aplaudir a un santo, celebramos un legado que nos sigue inspirando a ser una comunidad más justa, más solidaria y con más esperanza. “Hoy Magallanes rinde homenaje a San Juan Bosco, celebrando el legado salesiano de educar y formar a los jóvenes". EDITORIAL.