Autor: IVÁN MARTINIC.
Escuelas matrices de FF.AA. también migraron a las clases remotas
Cadetes de primer año alcanzaron a completar sus períodos de reclutas antes de la pandemia. Mantener el entrenamiento físico es uno de los mayores desafíos.
“(Tengan) una toalla, porque la van a necesitar”, advierte Soledad Schwemmer, profesora de Educación Física en la Escuela de Aviación, en un desafío que lanzó a sus alumnos en Instagram: una sesión de tres rondas de seis ejercicios diferentes, con la mayor cantidad de repeticiones posible, de ocho minutos de duración, que, de seguro, haría palidecer a cualquiera que haya confundido cuarentena con ocio. Mantener el estado físico de los cadetes es uno de los mayores retos que enfrentan las escuelas matrices de las Fuerzas Armadas en medio de la pandemia.
Con unos 1.400 alumnos “guardados” en sus casas desde Arica Punta Arenas, la Escuela Militar (655 jóvenes), la Escuela Naval (460) y la Escuela de Aviación (300) no solo tuvieron que migrar a las clases remotas, sino que también crear fórmulas para mantener el entrenamiento físico-militar, Las clases teóricas, coinciden en los planteles, marchan bien, gracias a distintas plataformas en línea que permiten la interacción entre alumnos y profesores. Aunque nada es igual a una lección presencial, reconocen, los contenidos se están entregando según lo planeado.
Lo físico es lo más complejo, reconoce el coronel Francisco Arellano, director de la Escuela Militar: “Nuestros profesores se conectan con la plataforma Teams de acuerdo a horario, les dan las indicaciones (a los cadetes) de precalentamiento, desarrollo y vuelta a la calma, El alumno lo va siguiendo de manera individual —obviamente, los que viven en departamentos tienen más dificultades que los que viven en casas—, pero en general esto permite mantener un estado físico, sobre todo en lo anaeróbico. A través de la cámara, el profesor ve lo que está haciendo el alumno”. Otro desafío es la formación del espíritu militar, sobre todo en primer año.
Si bien estos alumnos alcanzaron a terminar sus campañas de reclutas antes de que se declarara la pandemia, “naturalmente el primer año es el que forja y templa el espíritu para aquellos que vienen entrando al rigor militar”, dice el comandante Raúl Silva, director de la Escuela Naval, para quien será clave el contacto que estos cadetes mantienen con sus brigadieres, algo que también impulsan en el Ejército y la Fuerza Aérea. En lo práctico, mientras las escuelas Militar y Naval reprogramaron actividades para el segundo semestre, la de Aviación sigue adelante con las clases de vuelo.
El coronel Andrés Leiva, director del plantel, explica que el avión-entrenador, el T-35 Pillán, tiene una cabina en tándem (el alumno va adelante y el instructor, detrás) con metro y medio de distancia entre ellos, lo que cumple con los estándares sanitarios. “Los cadetes están volando, y gracias a Dios no hemos tenido. Ningún inconveniente, Hemos. Tomado muchas medidas para protegerlos”, destaca Leiva. En cuanto al regreso a las clases presenciales, los tres planteles están a la espera de cómo.
Evolucione la pandemia y delas decisiones de las autoridades, La distancia que existe entre alumno e instructor dentro de la cabina de los T-35 Pillán ha sido clave para que la Escuela de Aviación mantenga las clases de vuelo, 8 Planteles del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea suman más de 1.400 alumnos: La entrega de espadines fue la última actividad de los cadetes de primer año de la Escuela Militar en la sede del plantel, el 8 de abril. La Escuela Naval enseña a distancia desde el 23 de marzo. El plantel contaba desde hace una década con la plataforma Moodle.