Naturaleza serena
14 T odo partió como una inquietud. ¿Por qué existen los jardines japoneses en Chile? Acostumbradas a trabajar con paisajes occidentales, Romy Hecht y Claudia Larraín, arquitectas y académicas de la UC, quisieron ampliar el espectro y abordar estos jardines no desde la teoría, sino a través de cápsulas de difusión, cortas y didácticas que estarán disponibles en YouTube (jardinesjaponesesenchile. cl). El proyecto fue realizado gracias al Fondart Nacional de 2022: "Un ensayo suele ser relegado al ámbito académico, y con esta idea buscamos que la gente en general entienda cómo son estos jardines, y por qué existen cinco de carácter público en Chile", explica Hecht.
La investigación comienza con la apertura de Japón al mundo a mediados del siglo XIX, durante el llamado período Meiji, siendo la cultura del jardín uno de los elementos más reconocibles en este proceso de transferencia cultural. "Hay investigaciones que plantean que los jardines japoneses median el significado de ese país para Occidente, porque revelan de manera sintética y tangible la relación de la cultura nipona con la naturaleza", agrega Larraín.
Según se detalla en las cápsulas, se trata de una relación que se da de dos formas: por una composición que transmite la búsqueda del equilibrio humano, a partir de la promoción de un estado contemplativo, y también sobre la base del uso y disposición de elementos naturales que demuestran la capacidad del ser humano de conectarse con las fuerzas de la naturaleza para entenderlas. Algo que para los japoneses es clave, dado que en su historia han debido enfrentar innumerables catástrofes naturales.
El momento en que estos jardines alcanzaron su esplendor en todo el mundo fue después de la II Guerra Mundial, cuando se transformaron en una carta de presentación para reconstruir relaciones con esta parte del mundo. Coincidió también con el desarrollo del Movimiento Moderno en la arquitectura, "donde la lógica abstracta y purista de un jardín japonés calzaba perfectamente", dice Hecht.
El primero que se hizo en Chile fue en la zona oriente del cerro Santa Lucía, un gesto del gobierno de ese país en 1958, diseñado por Takao Kusakabe, como agradecimiento por acoger a la comunidad nipona en la posNaturaleza serena Los jardines japoneses son el objeto de la investigación de las arquitectas Romy Hecht y Claudia Larraín. El proyecto, Fondart 2022, se compone de seis cápsulas audiovisuales que explican por qué existen en Chile, y dan cuenta de 5 ejemplos públicos. Además, abordan la figura del paisajista Luis Nakagawa, quien estampó su firma en proyectos como el Museo de la Moda (ex Casa Yarur) y el colegio San Ignacio. Texto, Soledad Salgado S. PABLO RODRÍGUEZ /FLICKR. COM En el jardín del Museo de la Moda destacan helechos, bambúes y ginkgos. EL MERCURIO PAISAJISMO PHILIPPE BOISIER PHILIPPE BOISIER Naturaleza serena. El Jardín de la Amistad en Parquemet fue proyectado proyectado por el arquitecto arquitecto Tadashi Asani. Tiene más de 30 cerezos. Pequeñas lámparas de piedra aparecen en distintos puntos del Jardín de la Amistad. T El parque de La Serena se despliega en un terreno de 26 mil m. El más nuevo y menos conocido conocido es el jardín japonés de Constitución. guerra.
Luego vendrían el de Antofagasta en 1963; el Jardín de la Amistad en el Parquemet, Parquemet, de 1978 renovado en 1997 y también regalado por Japón; el jardín Kokoro No Niwa Niwa en La Serena, de 1994, y el jardín japonés de Constitución, de 2006, que tiene zonas híbridas híbridas donde la palma chilena y las tinajas hablan hablan de las relaciones y diálogo entre ambas naciones. Estos dos últimos y el de Antofagasta, Antofagasta, proyectado en medio de una autopista urbana, fueron donados por empresas que operan en cada zona.
“En el caso de La Serena, Serena, fue un trabajo paisajístico realizado por japoneses, japoneses, quienes, incluso, capacitaron a los jardineros para su mantención”. Parte de la investigación también trata la figura figura de Luis Nakagawa, hijo de japoneses nacido nacido en Chile, autodidacta se formó viendo a su padre viverista, quien realizó a mediados del siglo XX varios encargos de este tipo en nuestro país, en especial en casas particulares del sector oriente. Entre ellos destaca el diseño diseño de los exteriores de la Casa Yarur Bascuñán, Bascuñán, hoy Museo de la Moda. “Fue profesor del Incacea y le hizo clases a varias paisajistas que en los 8o tomaron las ideas de equilibrio, armonía armonía y topografía del jardín”, cuenta Larraín.
El cambio en el estilo de arquitectura, la temprana muerte de Nakagawa con solo 42 años, en 1977, y el hecho de que siempre heEl estilo moderno moderno predomina predomina en la composición composición de Nakagawa Nakagawa para ese colegio. mos tenido como referente a la cultura anglosajona, anglosajona, probablemente contribuyó a que estas composiciones fueran casos excepcionales en el desarrollo paisajístico nacional.
Las profesionales además llegaron a la conclusión conclusión de que no existe un jardín japonés esencial, sino muchas versiones e interpretaciones, interpretaciones, ya que los lugares investigados no son iguales, y lo mismo ocurre en el resto del mundo, mundo, donde no hay una opinión unánime.
Para algunos es la atmósfera plácida que transmiten; transmiten; para otros, los elementos que lo componen componen y que asociamos a nuestra idea de Japón, como la linterna, pagoda, rocas, arena, estanque, estanque, bancas de piedra; o la presencia de cerezos, cerezos, bambúes, ácer, etc.
Lo cierto es que, si bien algunos han sido intervenidos intervenidos o no se han conservado muy bien, como el del Santa Lucía, todos se pensaron para para entregar la serena y profunda relación de los japoneses con la naturaleza y sus ritmos. \D Naturaleza serena.