Autor: NIU QINGBAO Embajador de China en Chile
CARTAS: Hegemonía e intimidación
Señor Director: En la entrevista de "El Mercurio” con el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, James E.
Risch, publicada el 15 de junio, el senador estadounidense describió al Partido Comunista de China como una influencia "maligna", y amenazó abiertamente con cancelar la participación de Chile en Visa Waiver o imponer sanciones económicas, intimidando a Chile para "no despilfarrar su reputación” en "perseguir fantasías antiamericanas”. Sobre esto, quiero decir que precisamente bajo el liderazgo del Partido Comunista de China el país ha logrado éxitos notables a nivel mundial en el desarrollo socioeconómico, compartiendo oportunidades de crecimiento con todos los países, incluido Chile. China ha sido el mayor socio comercial de Chile durante años consecutivos, y los intercambios y la cooperación amistosos en diversos campos han traído beneficios tangibles a los pueblos de ambos países. China no impone condiciones políticas en la cooperación, ni busca beneficios políticos egoístas, ni ideologiza la cooperación económica, razón fundamental por la cual Chile y otros países latinoamericanos optan por cooperar con China.
En cuanto a los conflictos en el Medio Oriente, China siempre se ha puesto del lado de la paz y la justicia, abogando por resolver las disputas mediante negociaciones pacíficas y diálogo, y haciendo esfuerzos incansables para promover el alto el fuego y aliviar la crisis humanitaria. ¿Quién está avivando las llamas de la guerra? ¿ Quién es realmente la fuerza La comunidad internacional tiene vista aguda para dar la respuesta, y al señor Risch le basta con que se mire al espejo para entenderlo.
La Doctrina Monroe ya pasó hace doscientos años, pero Estados Unidos aún permanece atrapado en su sueño ilusorio, tratando a América Latina como su "patio trasero", y pretendiendo decirle a Chile, un país soberano, cómo debe actuar.
Que un congresista intervenga abiertamente en las relaciones exteriores de Chile y en su derecho soberano a elegir de forma independiente a sus socios es un acto de gran arrogancia y un típico ejemplo de hegemonía e intimidación. Por supuesto, dado que se trata de Estados Unidos, esto no sorprende a nadie.