Editorial: La preocupante señal del INBA
Editorial: La preocupante señal del INBA 0Editorialstriste plantearlo en estos términos, pero la tragedia vivida en el Internado Nacional Barros Arana (INBA), uno de los liceos emblemáticos de la comuna de Santiago, donde una explosión dejó al menos a 35 personas heridas, 11 de ellas en estado crítico y cuatro en extrema gravedad, es un indicador del deterioro que ha sufrido la educación pública en los últimos años, a vista y paciencia de todos.
Nosetrata solamente de un declive en la infraestructura de las instituciones educativas públicas, sino en algunos de los fundamentos más importantes que rigen su trabajo: ascendencia docente sobre los alumnos, respecto a reglas básicas de convivencia, alianza estrecha entre profesores y apoderados sobre las exigencias y objetivos comunes de la enseñanza y respaldo financiero adecuado para que las necesidades materiales del sistema no sean un obstáculo al momento de impartir o recibir una educación esencial y de excelencia.
Varios de estos problemas no son exclusivos del ámbito público, sino que se han incrustado entodo el sistema educativo como dilemas transvesales, que reflejan el estado actual de una sociedad que dice valorar la Educación por sobre otros bienes, pero hace poco o nada para demostrarlo.
Sería un error que las autoridades pensaran que el caso del INBA es aislado -como lo planteó su rectora, María Alejandra Benavides-, o que se remite únicamente a una realidad enclaustrada en Santiago, la capital, porque los problemas descritos que incuban estas tragedias están presentes en muchos más lugares.
Más aún, porque a esas causas basales se unen los problemas contingentes que viven los colegios en muchas partes de la Región, especialmente Valparaíso, donde la administración del Servicio Local de Educación Pública se ha mostrado incapaz de abordar con rapidez y eficacia deficiencias de infraestructura presentes desde hace demasiados años.
La desgracia ocurrida en el Barros Arana debe poner a todos en alerta y movilizar los cambios necesarios para que los establecimientos vuelvan a ser espacios de exigencia educativa, donde todos los esfuerzos están puestos en un desarrollo integral de los niños y adolescentes y en nada más.. La explosión que dejó 35 personas heridas, cuatro de ellas en riesgo vital, es unindicio del deterioro que vive la educación pública. Editorial