Fragilidad y amenazas vanas
0Editorialasta la noche del lunes había unos 25 mil clientes sin electricidad producto de los temporales ocurridos en el centro sur del país durante las pasadas semanas.
Ciertamente, cada caso es un drama, pero también es obligatorio dar una mirada algo más macro de lo ocurrido en estas jornadas, para salir de la estridencia y la respuesta de aplauso fácil que suele campear en demasiadas autoridades.
El gran problema es la manifiesta fragilidad que se genera en la institucionalidad del país, cada vez que se enfrenta este tipo de conflictos o dificultades en los servicios privados y públicos. ¿Es razonable que ante una crisis de inmediato aparezcan los llamados a quitar las concesiones o nacionalizar las empresas? La pregunta tiene distintas derivadas, pero una elemental es ¿ sies conveniente que el Estado se haga cargo de cuestiones que los privados desarrollan objetivamente mejor? No, por supuesto queno, mucho más con-Es costumbre dejar e Lanálisi ema TEpOSa si para corregir, es mejor sumarse al coro escandaloso. Y así pierde el país completo y susiderando el nivel deinconfianza pública, versionesejecutadas yla experticia conseguida. De modo que tales amenazas pasan a ser bravatas, sin sustento. Meras frases para la galería.
Deberá recordarse que hace algunos meses Aguas Antofagasta -a propósito de los problemas en la desaladora y el correspondiente suministro a clientesse generó la misma discusión y amenazas. ¿Por qué la discusión se instala en la sanción extrema y no en la corrección de lo que debemos mejorar? Es efectivo que las compañías tienen mucho por superarse, pero revisemos qué es exactamente aquello, es decir, aprendamos de los errores y sancionemos cuando corresponda.
Pero lo que es insostenible es andar amenazando y destruyendo gratis la confianza.. El sector privado, a cargo de la distribución eléctrica, debe mejorar mucho, pero no parece razonable que cada vez que enfrenta un problema sea amenazado con su final.