Autor: Vuraseckkicbs Sl. CapellánGeneral del Hogar de Cristo
¿Qué regalo necesitamos esta Navidad?
¿ Qué regalo necesitamos esta Navidad? Las fiestas y ritos que se repiten cada año ofrecen la posibilidad de saber más o menos qué eslo quevaa pasar: alfin yal cabolos seres humanos somos animales de costumbres.
Pero, al mismo tiempo -eso es quizás lo particular de la fiesta de la Navidad y la de todo nacimiento-, nos abren a una novedad siempre inédita, Lairrupción de Jesús de Nazareth en la historia es un acontela vez repetitivo, cocimiento a mún y corriente, nada de exlo traordinario: un niño nació y envolvieron en pañales, y su mamá y su papá lo recibieron con alegría. Pero, al mismo tiempo, es un hecho totalmente asombroso y desbordante de gracia, índice de pobreza superaban por mucho a la mitad de la población, hoy bordea el 8 por ciento. Silas mujeres tenían muchos hijos, y un buen número de ellos no llegaban a la edad adulta, hoy la tasa de natalidad no garantiza nuestra supervivencia, estamos envejeciendo sostenidamente. Si entonces los migrantes que atestaban las ciudades venían del campo o las salitreras, hoy vienen desde otros países de América Latina. Si apenas había inselanalfabetituciones públicas y tismo campeaba, hoy tenemos una orgánica robusta y nunca tantos jóvenes tienen acceso a la educación superior, aunque muchos aún no entiendan lo queleen. Entonces no había cober-fánica, cautivó y convocó amuchísimas personas para consfruirle un Hogar al mismo Cristo. El pesebre en la historia va tomando distintas formas: alero, ruco, albergue, hospedería, casa. Lo que no debiera cambiar es el modo cariñoso y acogedor de acompañar, abrazar y contener. Estos 80 años de historia, desde1944, nos han levado alevantar la mirada al modo como en Chile hemosido progresando en materia de reducción de la pobreza Si en esos años campeabala desnutrición, hoy predominala obesidad. Sientonces la esperanza de vida era en promedio 50 años, hoy supera los 80.
Siantaño quienes vivían bajo eltura escolar ni establecimientos educacionales para todos, hoy hay cientos de miles expulsados del sistema escolar, pero no por falta de colegios, sino de motivación para asistir o de rezago en sus conocimientos. Es bien claro que no bastan las respuestas del ayer parallos problemas y desafíos de hoy. Pidamos en esta Navidad, para todos quienes vivimos en Chile, senos regalen dos actitudes: en primer lugar, la de la empatía.
Que nos pongamos en los zapatos de los demás, particularmente los más pobres entre nosotros, y podamos preguntarnos cómo nos gustaría ser tratados si estuviéramos en su lugar, y actuemos en conse-tanto como para marcar una nueva era: en Jesús, Dios camina con nosotros y nos muestra tun camino para alcanzar la plenitud de lo que significa ser humanos, Esta fiesta que nos disponemos celebrar es ocasión dehacer balances mirando el pasado y alumbrar nuevas esperanzas, explicitando los buenos deseos que tenemos para el futuro. En el Hogar de Cristo hemosestado haciendo este ejerciciotodo este 2024 con motivo de nuestros 80 años de historia. Todo comenzó en un encuentro quetransformó la vida y la mirada del padre Hurtado: desde entonces ya nada fue como antes. Conel fuego de una experiencia epi-cuencia. Y, en segundo lugar, la dela esperanza.
En tiempos violentos, confusos, llenos de miedo y desconfianza por todas partes, mantengamos viva la esperanza en el ser humano, en que seremos capaces de organizaros y ponernos de acuerdo para atender colectivamentelas necesidades que solo pueden ser aliviadas en conjunto. Basta de indiferencia. Basta de pesimismo. Esas actitudes no conducen a ninguna parte Enesta Navidad, ¿qué otroregalo necesitamos pedir?José Francisco.