COLUMNAS DE OPINIÓN: El rubor y la desvergúenza
COLUMNAS DE OPINIÓN: El rubor y la desvergúenza Daniel Loewe Facultad de Artes Liberales, Universidad Adolfo Ibáñez a desvergiienza, esa capacidad tan humana para ostentar vicios y faltas impúdicamente, es desconcertante y atractiva.
Al ser descubiertos en falta, más si es intencionada, la reacción natural es vergilenza (después siguen, lo sabemos, las negaciones, explicaciones y justificaciones ad infinitum). Y nuestra fisiología la expone y nos expone: las mejillas se sonrojan. A pesar de todas las similitudes entre los animales, a Darwin le sorprendía que sólo había visto la capacidad de ruborizarse en nuestra especie. Por supuesto, no parece igualmente distribuida entre sus miembros, o quizás algunos son maestros para reprimirla.
El fraude electoral en Venezuela es una clara demostración de aquello: el único rubor en los rostros de Maduro y su séquito autocrático es el que les correspondería por el papel de payasos que al parecer les gusta desempeñar, Nuestra inteligencia, extraordinaria en el reino animal, se remonta evolutivamente a nuestro ser social y la capacidad así desaa nuestro ser social y la capacidad así desaa nuestro ser social y la capacidad así desarrollada para, como videntes naturales, leer las mentes de los otros. En términos técnicos, tenemos una teoría de la mente, Es decir, hacemos apuestas bastante efectivas sobre qué ocurre en la mente de los otros. Por supuesto no somos los únicos, ya que al menos todos los mamíferos sociales la tienen.
Pero solo en los primates, y entre estos en su rey, el Homo estos en su rey, el Homo Ello torna difícil explicar la función evolutiva del rubor, ya que nos delata poniéndonos en desventaja en la competencia del engaño y la intriga (no tiene que tenerla: no toda característica tiene una función evolutiva, aunque algunos se esfuercen por proponer siempre una, como que la calvicie es una ventaja evolutiva massapiens, se encuentra tan "El único rubor en culina porque indicaría desarrollada.
Así, no sólo los rostros de madurez, atractiva para sabemos lo que los otros las mujeres en su bússaben, sino que sabemos Maduro y su queda de padres confiaque los otros saben que Séquito es el que bles). Como especula el nosotros sabemos, y que les correspondería gran primatólogo Franz los otros saben que nosopor el papel de De Waal, recientemente tros sabemos que ellos sa payasos". fallecido, quizás su úniben, etcétera. Esta capaci: ca función es mostrar dad permite cooperar. Pero su base evolutiva es poco halagijeña.
Siguiendo la hipótesis de la inteligencia maquiavélica, es el intento de engañar e intrigar contra los otros, más de lo que ellos lo hagan contra uno, lo que produciría una virtuosa escalada evolutiva de inteligencia pudiendo así llegar a desentrañar las leyes que gobiernan el cielo estrellado y descubrir los deberes morales que tanto asombraban a Kant. que nos embarga el sentimiento moral de la vergilenza, pudiendo ser considerados todavía como socios potencialmente confiables, lo que favorece la cohesión social.
Una pretensión que claramente los autócratas venezolanos no comparten, cuando sostienen lo que saben falso, sabiendo que todos saben que es falso, y que todos saben que ellos saben que es falso, sin rubor u otro signo de vergúlenza. sin rubor u otro signo de vergúlenza..