Autor: Bélgica Arizmendy Carilao
Columnas de Opinión: Alfabetización Digital en Adultos Mayores
Columnas de Opinión: Alfabetización Digital en Adultos Mayores En la era digital, donde la tecnología facilita desde la comunicación hasta la gestión de servicios esenciales, la alfabetización digital se ha convertido en una necesidad básica. Sin embargo, miles de adultos mayores en nuestro país siguen enfrentando barreras que los excluye de estos avances, afectando su autonomía y calidad de vida. La brecha digital no solo es un problema de acceso, sino también de equidad e inclusión social.
Para muchos adultos mayores, el uso de internet, redes sociales o aplicaciones bancarias representa un desafío que va más allá de la falta de conocimiento, el miedo a cometer errores, la ausencia de acompañamiento y la rápida evolución tecnológica generan resistencia y desaliento. En un mundo donde cada vez más trámites y servicios se gestionan en línea, esta desconexión los deja en desventajas y, en muchos casos, dependientes de terceros para realizar actividades cotidianas. De acuerdo a esto, deberían existir más iniciativas públicas y privadas que busquen cerrar esta brecha, impulsando capacitaciones en tecnologías, promoviendoel acceso a la información y la inclusión social. Es fundamental que como sociedad fomentemos espacios de aprendizaje adaptados a las necesidades de los adultos mayores, con metodologías inclusivas y apoyo personalizado. La alfabetización digital no debe ser vista como un privilegio, sino como un derecho que permite mejorar la autonomía, fortalecer los lazos sociales y reducir la brecha generacional.
La alfabetización en adultos mayores es de gran importancia hoy en día, porque son muy pocos los trámites que no se requiere del uso de las tecnologías, es por esto, que las instituciones deben tener en consideración que al implementar nuevas herramientas tecnológicas estás deberían venir acompañadas de capacitación, más aun con el porcentaje de adultos mayores que componen nuestra sociedad.
Que no solo quede en palabras bonitas o en el discurso, sino que se convierta en una realidad constante, más allá de un programa donde se deben cumplir metas, sino que se convierta en un compromiso real, en un compromiso social con personas que son altamente activas, a pesar de su edad, con ganas y dispuestos a aprender, motivados a transitar en este mundo que avanza tan rápido y muchas veces de manera individualista, valoremos a nuestros adultos mayores, con políticas públicas acordes a la época, y que perduren en el tiempo. El desafío está planteado; si queremos una sociedad verdaderamente inclusiva, debemos garantizar que nadie quede afuera del progreso digital. La tecnología no debe ser solo para las nuevas generaciones, sino para todos aquellos que, con voluntad y apoyo, pueden seguir aprendiendo y participando activamente en el mundo digital..