Autor: GUILLERMO MUÑOZ
“Lo que se requiere no es mirar a Milei o Trump, pero tampoco a una derecha aguada”
“Lo que se requiere no es mirar a Milei o Trump, pero tampoco a una derecha aguada” La discusión constitucional y la agenda identitaria de la cual suele mostrarse crítico han sido dos de los temas a los que Manfred Svensson suele dedicar mayor atención en sus cartas al director y también en sus entrevistas.
Esta vez, el doctor en Filosofía de la Universidad de Múnich, director del Instituto de Filosofía de la Universidad de los Andes e investigador asociado al Instituto de Estudios de la Sociedad, analiza el momento de la oposición y las diferencias entre los tres candidatos presidenciales que disputan las preferencias del sector.
Respecto del actual escenario presidencial señala que “la impresión principal es de una oportunidad extraordinariamente mal aprovechada por la derecha, más allá de algunos aciertos puntuales y del buen resultado de la oposición en las elecciones municipales del año pasado”. Svensson, nacido en Jönköping, Suecia, agrega que su diagnóstico no solo se aplica “en este minuto y de cara a la presidencial, sino desde el triunfo del Rechazo hace ya dos años y medio. En medio de la desorientación de la izquierda, se podría ahí haber construido una fuerza bien articulada y responsable, capaz de conducir al país por mucho tiempo. Esa desorientación sigue siendo un hecho manifiesto, y por lo mismo la oportunidad para la derecha sigue en algún sentido abierta.
Pero su desorden y dispersión obviamente ayuda muy poco a recuperar el rumbo del país”. La semana antepasada se hablaba de la tendencia de la derecha a dividirse cuando veía un triunfo cerca, a raíz de la elección de Manuel José Ossandón como presidente del Senado, ¿observa usted también ese mismo fenómeno? No es un problema exclusivo de la derecha, pero es particularmente grave que ella lo tenga en las circunstancias actuales. Hay un país pidiendo orden, seguridad, estabilidad, madurez, cosas que uno imaginaría a la derecha encantada de ofrecer. Pero el punto es que esas cosas no se ofrecen solo en un programa de gobierno, sino principalmente en el modo constante de comportarse ante la ciudadanía. La política es ante todo una práctica, las acciones dicen tanto como las palabras. Svensson apunta entonces a los referentes internacionales y asegura que “a esto se suma la pregunta por los modelos a seguir.
Si la situación es la que acabo de Manfred Svensson, doctor en Filosofía de la Universidad de Múnich, director del Instituto de Filosofía de la Universidad de los Andes e investigador asociado al Instituto de Estudios de la Sociedad. cuánto podría pesar en la carrera presidencial? Lo primero ante esas cuestiones es no ser hipócritas. En otras palabras, debemos reconocer que todos tenemos convicciones morales de un tipo u otro y que esas convicciones, aunque no sean lo único que mueve la vida política, importan. En todos los grupos políticos pesa, en la izquierda tanto como en la derecha.
Y el desafío para quien pretenda gobernar desde la derecha es saber que debe gobernar para todo un país, en el que hay todo tipo de convicciones, pero que al mismo tiempo debe hacerlo sin que el progresismo ponga la música. ¿Eso suele cumplirse en el sector? diablo está en los detalles, y en poder enfrentar esos campos de una manera que asegure una conducción funcional del Estado. Eso puede sonar muy elemental, pero hoy es necesario enfatizarlo. Y luego está la cuestión de cómo se levanta un horizonte de expectativas y de sentido más allá de esos temas. La derecha puede sentirse cómoda hablando de seguridad y economía, pero nunca está de más recordar que ese es el soporte mínimo para cosas más elevadas. Ahí vienen las discusiones sobre familia y educación. A Chile le ha salido cara la ilusión de que todos los problemas se resuelven en la cancha de la educación.
Pero sin caer en eso, es evidente que ella debe volver al corazón de nuestra discusión. ¿Y la carrera presidencial, en general, qué le parece? ¿ Los otros candidatos que han aparecido? Pues bien, la trayectoria de nuestra derecha liberal en esto tiende a ser muy pobre, apostando a que el voto conservador lo puede dar siempre por sentado. Nadie pide para estos efectos que un liberal renuncie a sus convicciones, pero sí que se muestre capaz de tratar como razonables las posiciones legítimas de sus aliados.
Es muy llamativo, por e j e m p l o, q u e Evelyn Matthei solo se haya pron u n c i a d o u n a vez y al pasar sobre las políticas transafirmativas en la niñez. Menciono este caso, porque nunca ha sido tan fácil reconocer la legitimidad de las preocupaciones y advertencias conservadoras. Entonces no es raro si el votante conservador, por mucho que respete a los equipos técnicos de Chile Vamos, se pregunte qué tanto puede confiar. En otras palabras, claro que importa tomarse en serio estas discusiones. A pesar de su desorden, la derecha está en u n a s i t u a c i ó n incomparablem e n t e m e j o r que la izquierda.
La destitución de la senadora Allende, aunque nada tenga que ver con la carrera presidencial, ilustra muy bien la cap a c i d a d d e l Frente Amplio para dañar a sus aliados y la incapacidad de la centroizquierda de sacar la voz ante los delirios de la nueva generación.
Ya pocos esperan, de hecho, que la candidatura de Carolina Tohá logre despegar. ¿Y el resto? ZERÉPANERACAM “El diablo está en los detalles” ¿ Qué otros temas ve relevantes en la discusión de estos tres candidatos? Está bien claro hacia dónde se han movido las preocupaciones fundamentales de la ciudadanía. Pero una vez situados ahí, la clave es no creer que simplemente gana el que tenga la propuesta más radical en economía o seguridad.
El Y lo que ha ocurrido con las eventuales candidaturas del mismo Frente Amplio es bien conocido: hubo una peregrinación solemne ante el alcalde de Maipú, que razonablemente prefirió velar por su propio capital político, y han terminado proclamando a Gonzalo Winter. Nadie es electoralmente despreciable, y vale la pena notar que este mundo, sumando y restando, tiene un piso del 30%. Pero una candidatura como esa sigue siendo algo inimaginable pocos años atrás.
Nos recuerda lo delicada de la situación en que estamos y obliga a enfatizar, una vez más, la responsabilidad que recae sobre la derecha. describir, lo que se requiere no es mirar a Milei o Trump, pero tampoco a una derecha aguada.
Hoy hay pocos ejemplos de articulación razonable entre distintas derechas, pero el caso de Meloni da algunas pistas”. Nuevo eje entre la civilización y el caos Evelyn Matthei, José Antonio Kast y Johannes Kaiser han buscado diferenciarse entre sí, ¿qué representa cada uno considerando la derecha tradicional chilena o tal vez la nueva derecha internacional? A primera vista, las categorías usuales parecerían fáciles de aplicar aquí: sería obvio que Matthei representa una derecha algo más liberal, Kast una más conservadora, y Kaiser, como lo indica el nombre mismo de su partido, una nacional libertaria. Pero nada de esto es tan claro. La discusión sobre la pena de muerte, por poner un ejemplo, reapareció por palabras de Matthei.
Y además, aunque estas categorías tienen cierta importancia, me parece muy claro que en la actual situación hay otro eje tanto o más decisivo: la división entre quienes apuestan por la civilización y quienes ven que pueden sacar ganancia en medio del caos. Hemos visto ya lo crucial que fue esa disyuntiva para el destino de la izquierda; al pensar sobre la derecha tiene que ser una cuestión protagónica. A propósito de la pena de muerte, este y otros temas, la postura del candidato libertario sobre las vacunas ha dado pie a un claro contraste entre Kast y Kaiser. En esto supongo que influyen tanto los incentivos que crea el actual contexto como las diferencias reales entre los candidatos. El incentivo es sencillo: aquí hay tres candidatos de derecha con una gran necesidad de mostrar sus diferencias. Es un incentivo algo perverso, precisamente porque los puede conducir a buscar rasgos diferenciadores de cualquier tipo, exacerbando las diferencias más allá de lo razonable. Y se cruza con un problema del electorado: los candidatos están buscando enganchar con un votante que es esquivo, no siempre fácil de identificar. “Pero además están agrega las discrepancias reales, diferencias de convicción y de formación.
No habría tenido ningún sentido que Kast dejara pasar la oportunidad para mostrar que también siendo de una derecha dura debía hacer un llamado a la cordura ante cosas tan elementales como el cuestionamiento de nuestros programas de vacunación.
Pero eso de todas maneras deja una pregunta: si en esta encrucijada podía marcar ese tipo de punto, ¿por qué eso no se vuelve un rasgo más permanente de su carrera política? Creo que en esto debiera aspirar a ser más”. ¿Cuánto cree que pesa el tema valórico en la derecha chilena y La oportunidad para la derecha sigue en algún sentido abierta.
Pero su desorden y dispersión obviamente ayuda muy poco a recuperar el rumbo del país”. La destitución de la senadora Allende, ilustra muy bien la capacidad del Frente Amplio para dañar a sus aliados y la incapacidad de la centroizquierda de sacar la voz ante los delirios de la nueva generación”. Manfred Svensson analiza situación de la oposición y tres de sus presidenciables: Académico cree que el ejemplo de Giorgia Meloni es un modelo a observar y advierte que la necesidad de diferenciarse entre Matthei, Kast y Kaiser puede llevar a exacerbaciones “más allá de lo razonable”.. Manfred Svensson analiza situación de la oposición y tres de sus presidenciables: