Las empresas estadounidenses respaldaron a China durante el primer período de Trump. Ya no más
Las empresas estadounidenses respaldaron a China durante el primer período de Trump.
Ya no más En antesala de próximo nuevo mandato en Estados Unidos:defender la causa de Beijing. los fabricantes automotores chi-do tanto con los subsidios direc-tos del gobierno como con lossubsidios a los consumidoresque compran automóviles na-cionales. Washington también ha he-cho que sea más difícil para lascompañías estadounidenses ha-cer negocios en China tanto através de sus políticas como de laatmósfera política.
El senador Tom Cotton (repu-blicano por Arkansas), un aliadode Trump, hace poco resumió elriesgo de reputación que correnlas empresas que hacen presiónen pro de hacer negocios en Chi-na: “Si entra al ring en nombre deChina, debería esperar que logolpeen”, manifestó Cotton enuna conferencia de The WallStreet Journal.
Tanto los gobiernos de Trumpcomo de Biden utilizaron con-troles de exportación para blo-quear las ventas a China de tec-nología que consi-deraban importantepara la seguridadnacional, como loschips de Nvidia yo t r a s c o m p a ñ í a sque se pueden em-plear para la inteli-g e n c i a a r t i f i c i a l. Funcionarios estadounidenseshan afirmado que en efecto hannegado o revocado solicitudespara vender tecnología por unvalor de decenas de miles de mi-llones de dólares a China.
E n e l p r i m e r p e r í o d o d eTrump, el mandatario aumentó latasa arancelaria efectiva prome-dio a las importaciones chinas deun 3% a un 11% aproximadamen-te, según un análisis. El Presiden-te Biden mantuvo principalmenteesos impuestos, y Trump hacepoco propuso un arancel adicio-nal del 10% a todos los productosprovenientes de China. Muchas compañías estadou-nidenses, encabezadas por Ap-ple, han construido cadenas desuministro que dependen demanufactureras contratadas enChina que producen bienes paraexportar a EE.UU., los que en-frentan esos aranceles. El director ejecutivo de Apple, Tim Cook, hizo gestiones públi-camente y con éxito para obte-ner exenciones arancelarias du-rante el primer período deTrump y es probable que lo hagade nuevo. Al mismo tiempo, Ap-ple ha estado diversificando suproducción a países como Viet-nam e India, y también está te-niendo tiempos difíciles paraconquistar a los consumidoreschinos frente a los competidoreslocales como Huawei.
Las compañías estadouniden-ses que han destinado muchotiempo y dinero a la construc-ción de empresas en China ya nose muestran inclinadas a defen-der esas inversiones con campa-ñas de presión públicas en Wa-shington, señaló Kurt Tong, ex-diplomático estadounidensequien ahora es socio administra-tivo de la firma de asesoría denegocios The Asia Group. “Siuna empresa acude al Congresoo al gobierno y dice que nuestrainversión en China genera in-gresos, empleos o exportacionespara EE.UU. ”, manifestó, “larespuesta es: Pero simplementedebería invertir eso en EE.UU. Fin de la conversación”. N o s e t r a t a d eque a las empresasque tienen partici-paciones en Chinade repente les agra-den los aranceles. Algunas aún estántratando de persua-d i r a l e q u i p o d eTrump de que lo aplace, peroson más silenciosas al respecto. Algunos ejecutivos del sectorminorista han sostenido que losaranceles tendrían consecuen-cias.
“La vasta mayoría de esosaranceles probablemente setraspasará al consumidor comoun aumento de precios”, afirmóla directora ejecutiva de BestBuy, Corie Barry, en noviembre, al referirse a las promesas deTrump de subir los aranceles alas importaciones de China yMéxico. Hart, el presidente de la Cá-mara de Comercio de EE.UU. enChina, dijo que todavía creía queese repentino alejamiento deChina sería un error. “Haría ungran daño a la economía esta-dounidense, como también a lasempresas estadounidenses”, aseveró.
Artículo traducido del inglés por “El Mer-curio”. PFAARANCELESSubir los aranceles a lasimportaciones de Chinaelevaría los precios paralos consumidores. mente en silencio con respecto a la importancia de la relación entre EE.UU. y China. sus miembros se han ido a otrospaíses en busca de nuevas inver-siones. El gran problema es la econo-mía de China, la segunda másgrande del mundo después de lade EE.UU. Durante décadas, cre-ció casi un 10% anual. Estaba envías de ganar un 5% en 2024, pe-ro los economistas dicen que eseobjetivo será más difícil de al-canzar en 2025. Las empresasestadounidenses solían soportarlas dificultades de hacer nego-cios en China, lo que incluía laposible pérdida de la propiedadintelectual y la presión de lasempresas estatales, debido al po-tencial de crecimiento. Starbucks muestra cómo hacambiado eso. En 2016, el enton-ces director ejecutivo, HowardSchultz, afirmó que China po-dría convertirse en el mayormercado de la compañía de café. Desde entonces, Starbucks ha si-do socavada por las cadenas lo-cales que venden tazas de joepor US$ 2 o menos, y ha queda-do a la zaga del líder nacional, Luckin Coffee. “El entorno competitivo es ex-tremo”, aseguró el nuevo jefeejecutivo de Starbucks, BrianNiccol, en octubre, y agregó quela compañía estaba consideran-do asociaciones en China. Las empresas estadouniden-ses en China se enfrentan a unamayor competencia tanto deempresas estatales como priva-das que se benefician con subsi-dios o políticas, precisó MichaelHart, presidente de la Cámara deComercio de EE.UU. en China. En un impulso por lograr ser au-tosuficientes, el gobierno chinoestá exigiendo a las compañíasestatales que reemplacen la tec-nología estadounidense que ha-bía dominado su infraestructuracomputacional, como los pro-ductos de Microsoft y de Oracle, por alternativas nacionales. En agosto, IBM anunció que ce-rraría su departamento de inves-tigación y desarrollo en China, loque afectaría a más de mil perso-nas, debido a la competencia cadavez más intensa en ese país. En 2007, el director ejecutivode General Motors señaló quetransferir tecnología y experien-cia a China valía la pena para te-ner acceso al mercado de esa na-ción. Durante gran parte de laúltima década, GM vendió másvehículos en la nación asiáticaque en EE.UU. Sin embargo, en diciembre, GM informó que esperaba asu-mir más de US$ 5 mil millonesen costos no monetarios en elcuarto trimestre debido a la de-bilidad de su negocio en China. La compañía indicó que su parti-cipación de mercado en Chinaha caído de 13,7% en 2018 a 8,4%en 2023. Las marcas chinas aho-ra predominan. Además de in-novar en vehículos eléctricos, CONTENIDO LICENCIADO PORTHE WALL STREET JOURNALSTU WOOThe Wall Street JournalSINGAPUR. Durante el pri-mer período de Donald Trump, las empresas estadounidensessostenían que una guerra co-mercial con China era nociva pa-ra los estadounidenses. Compañías como Apple, Nikey pequeños minoristas decíanque el hecho de subir los arance-les a las importaciones de Chinaelevaría los precios para los con-sumidores. Los agricultores yotras empresas que exportaban aChina advertían sobre arancelesde represalia por parte de Bei-jing. Ahora, mientras Trump seprepara para su segundo gobier-no, las empresas estadouniden-ses se han mantenido principal-mente en silencio con respecto ala importancia de la relación en-tre EE.UU. y China. Esto es por-que ya no consideran que la na-ción asiática sea la tierra de lasoportunidades. La promesa del mercado deChina se ha desvanecido a medi-da que su economía una vez flo-reciente se ha topado con pro-blemas. Y Beijing y Washingtonhan puesto en marcha políticasque dificultan que las empresasestadounidenses tengan éxito enla tierra de 1.400 millones de ha-bitantes. “Las compañías estadouni-denses se muestran más cautelo-sas cuando se trata de hacer ne-gocios en China”, afirmó AnjaManuel, directora ejecutiva deAspen Security Forum y consul-tora de empresas estadouniden-ses que hacen negocios en el ex-tranjero. “Eso se ve en todas lasindustrias”. En 2023, China solo quedó de-trás de México y Canadá comocomprador de productos esta-dounidenses. Las exportacionesde EE.UU. a China alcanzaronun total de US$ 147.800 millo-nes ese año, según la Oficina delCenso de EE.UU. Sin embargo, eso fue alrede-dor de un 4% más bajo en rela-ción al año anterior. El déficit co-mercial de bienes de EE.UU. conChina la cifra que cobra mu-cha importancia en la mente deTrump fue de US$ 245 mil mi-llones en los primeros 10 mesesde 2024, según la Oficina delCenso. Aunque muchas compañíasestadounidenses aún tienengrandes participaciones en Chi-na, otras las han reducido gra-dualmente.
La Cámara de Co-mercio de EE.UU. en China, laque representa a más de 800 em-presas principalmente estadou-nidenses en el país, señaló quenos como BYD se han beneficia-. Los ejecutivos se muestran más pesimistas sobre las oportunidades y ven riesgos en defender la causa de Beijing. En antesala de próximo nuevo mandato en Estados Unidos: Mientras Trump se prepara para su segundo gobierno, las empresas estadounidenses se han mantenido principal-