Autor: Marcos Singer Director MBA UC Francisco Olivares Ingeniero comercial UC
Compartiendo la bonanza del litio
No de los aspectos más controversiales de la minería es su impacto social. Muchas veces se ha denunciado que sus utilidades no se comparten con los pueblos originarios, no obstante, estos asumen parte significativa de los costos de tal actividad.
Para solucionarlo, el contrato de 2018 entre Corfo y SQM estableció aportes al gobierno regional de Antofagasta, a las comunidades de San Pedro de Atacama, Antofagasta y María Elena, y a las comunidades atacameñas de la cuenca del Salar de Atacama. Lamentablemente, una disputa legal entre Corfo y la comunidad indígena atacameña de Camar ha impedido distribuir parte de estos aportes. Dichos aportes siguen la línea que Corfo estableció con Rockwood (la antecesora de Albemarle) que entre 2018 y 2021 entregó unos US$10 millones por año a las comunidades indígenas atacameñas. Suena bien, pero es bueno indagar si estos aportes lograron el impacto que buscaban. Tysiachniouk y Petrov (2018) reportan múltiples problemas en acuerdos similares en Rusia y Alaska. Más en general, la literatura científica describe muchos ejemplos de aportes a la comunidad que se han diluido en peajes, intermediarios o corrupción.
“Contamos con instituciones eficaces para compensar a los pueblos originarios por su aporte el progreso de todos”. para despejar esta interrogante, estimamos el efecto de los aportes de la minería del litio en los ingresos laborales en familias atacameñas de San Pedro de Atacama (adicional al empleo e inversión de la industria del litio a la comunidad en general). Con datos de las encuestas Casen entre 2013 y 2020, realizamos un modelo cuasiexperimental que compara a las familias con integrantes autoidentificados como atacameños con el resto de las familias de la comuna, permitiendo aislar factores como la pandemia y características laborales de la zona. El efecto per cápita de los aportes del litio es de $121.792 mensuales. Según datos del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, en San Pedro de Atacama viven aproximadamente 4.398 personas con acreditación institucional de la Conadi como miembros del pueblo atacameño.
Considerando el tipo de cambio de 2019, podemos estimar el efecto total en el ingreso laboral de las comunidades atacameñas: 121.792 [5/mes-persona]*12 [meses/año]*4.398 [personas] /744,62 = 8.632.181 [USS/año]. Resulta tranquilizador que lo que las personas reportan sea muy cercano al aporte de los acuerdos, lo que muestra que contamos con instituciones suficientemente eficaces para compensar a los pueblos originarios por su aporte el progreso de todos. Un mecanismo como este debería incluirse en la política nacional del litio para otros salares, y replicarse para otras industrias y territorios, y así abordar una de las barreras más importantes para nuestro desarrollo. Si queremos consolidarnos como potencia mundial exportadora no sólo debemos innovar en tecnología; también en la forma en que nos relacionamos y compensamos mutuamente como sociedad.