Autor: Sebastián Mejías O.
Se abre debate por rol de política identitaria en el nuevo proceso
CONSTITUCIÓN. Analista UDP dice que una Carta Magna no debe ser específica sino un marco general, en tanto diputado y exconvencionales discrepan en el tema. N el mundo del Apruebo apareció en las últimas semanas una gran cantidad de diagnósticos, culpas, responsabilidades y autocríticas que intentan explicar el mal resultado obtenido en las urnas.
Algunos de estos análisis van desde la responsabilidad de los medios de comunicación o las fake news esparcidas en redes sociales, pasando por la escasa unidad que hay en los sectores de izquierda, hasta la poca transversalidad de la propuesta de nueva Constitución, dada por el reconocimiento de identidades y grupos particulares, antes de ser un marco general y transversal que sustente la nueva política que debería hacerse en Chile.
Para el cientista político y académico de la Universidad Diego Portales, Rodrigo Espinoza, “la elección dejó claro quelo que se espera finalmente es que la propuesta de nueva Constitución sea básicamente un marco general, es decir, que nosea ni tan específica ni tan dirigida a determinados grupos en base a sus identidades particulares”. Probablemente lo que ocurra en una nueva propuesta, proyecta, es que “estas causas particulares quedarán sujetas ala ley y no al reconocimiento constitucional, salvo la paridad” que, piensa, “se quedará instalada en la propuesta porque fue lo que menos ruido causó”. Mientras que, a sujuicio, el “aborto, los pueblos originarios, los temas vinculados al Estado Regional, o los animales, son cuestiones que obedecen más bien a un nicho muy pequeño de personas y eso también motivó el Rechazo en ciertos sectores menos informados de la población”. En ese sentido, Espinoza piensa que no gustó en los chilenos más moderados y conservadores “esta idea de una Constitución más vanguardista y cosmopolita”. DESACREDITAR LO NUEVO Contraria a esta visión que se tiene del proyecto, la exconvencional de la Coordinadora Plurinacional, Tania Madriaga, no cree que haya sido identitaria la propuesta.
Aún así, critica que es “muy conveniente para la política tradicional desacreditar lo nuevo y más conveniente aún sacar cuentas alegres para sí mismos considerando que la crisis continúa y la propuesta de nueva Constitución debe ofrecer una salida”. Cuando se habla de identiAGENCIA UNO “Los movimientos sociales y territoriales, no contamos con un proyecto en común, pero tampoco lo tienen la clase política ni el poder económico”. Tania Madriaga Ex Convencional dades Madriaga las asume “como dimensiones de la vida, en los territorios y los cuerpos que en las personas se viven de manera integral”. “Soy mujer, indígena y/o transgénero a la vez que debo trabajar, jubilarme, estudiar, atender mi salud, vincularme con la naturaleza, acceder al agua, al aire, a la tierra, a los bienes materiales propios y comunes”, comenta.
Su diagnóstico es que la “crisis de la política y de los partidos, unida a la desafección y malestar con la política y la sociedad, ha fragmentado y excluido a grandes masas de la población de la producción delo social y lo político”. “Ese era el estado de cosas antes de que comenzara la Convención y todavía no logramos superarlo”, lamenta.
Aún así, reconoce, “los movimientos sociales y territoriales no contamos con un proyecto en común, pero seamos honestas, no lo tienen tampoco la clase política ni quienes tienen el poder económico”. fEMINISMO Y SEQUÍA Consultado sobre si el feminismo y la paridadque aparecen como políticas muy transversalesson identitarias, el diputado Tomás de Rementería (ind.
PS) manifestó que el PS es un partido feminista porque esa es la base de cualquier política progresista y si bien se parte de una identidad, lo que importa es la que se asume para unos determinados objetivos”. Estos son, dice, “terminar con la sociedad patriarcal o avanzar hacia la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres”. La política identitaria tiene que ver, para De Rementería, “más que con identidades con enamorarse de los medios y olvidarse de los objetivos”. Y cuando habla de enamorarse, pone como ejemplo hacerlo “del octubrismo, de las protestas, y de los jóvenes saltando el torniquete del metro, es decir, querer más a la identidad misma que el objetivo de ésta”. Otro ejemplo que dio el diputado es la crisis hídrica, y es que a la hora de discutir este tema en la Convención ve que “primó la sublevación popular o la protesta y no mirar a la gente a la cara y decirle que el problema se va a solucionar”. Por eso, asegura, “el Apruebo no conectó con las grandes bases populares o con el mundo rural que, por ejemplo, en Petorca nos masacró”. CAMBIAR LOS MECANISMOS De ahí que proyecta un “rearmado que deberá pensar en todos esos grupos que se sintieron excluidos de la propuesta, a quienes hay que salir a buscar con un mensaje que puede desde las minorías sexuales hasta los pueblos originariospero lo más importante es construir grandes mayorías que tengan objetivos claros: Sociedades más justas y que no haya abuPara el ex convencional por el distrito 7, Raúl Celis (RN), el gran problema de la Convención fue “el sistema electoral que permitió la elección de muchos independientes que habían respaldado causas de nicho”. Fundamentalmente, agrega, “el fenómeno que se produjo con la ex Lista del Pueblo más los escaños reservados y movimientos sociales fue que sumaron más de un tercio por lo que tenían la capacidad de bloquear cualquier tipo de acuerdos o de formar mayorías para obtener los dos tercios”. “Cuando estos grupos particulares tomaron conciencia delo decisivo que podía ser su voto, pidieron por un lado la exclusión de la centroderecha en los acuerdos políticos, así como también de la integración a la propuesta de nueva Constitución de sus causas de nicho”, complementa. Respecto del exceso de identitarismo, el exconvencional RN lo mitigaría con unas buenas reglas del juego que no dieran tanta preponderancia ni una asimetría favorable a independientes, movimientos sociales y pueblos originarios.