¿Por qué la esperanza abre a «lo otro», y no a «lo mismo»?
¿ Por qué la esperanza abre a «lo otro», y no a «lo mismo»? Mario Inzulza S.J. Byung-Chul Han es un pensador que anda buscando, y lo hace en voz alta.
Sus libros no solo reflejan sus ideas, sino un modo de pensar «sobre la marcha». En este sentido, su nuevo texto El espíritu de la esperanza es fiel a su manera de escribir: sistematicidad mezclada de intuiciones; constantes que parecen pura exploración; variaciones de una misma idea que, a primera vista, son simplemente pistas falsas o aforismos sin conexión. Han anda buscando y sus textos lo reflejan tanto para bien como para mal. Antes de El espíritu de la esperanza, esperanza, Han ya había reflexionado sobre este tema. En un libro previo que reúne tres conferencias suyas La tonalidad del pensamiento (2024), la esperanza ya aparecía como un concepto clave para enfrentarse, de un modo diferente, a los retos de la sociedad contemporánea.
De hecho, la tesis central de El espíritu de la esperanza esperanza ya estaba ahí planteada: en una sociedad construida a partir delmiedo y, por tanto, donde toda diferencia queda reducida a un intercambio estéril y solitario, la esperanza abre a una reciprocidad fértil que vincula a unos con otros; mientras el miedo fija en el presente de «lo mismo», la esperanza abre al futuro de «lo otro», lo nuevo, lo porvenir. Esta tensión entre «lo mismo y «lo otro» descrita en el preludio del libro, estructura las siguientes tres partes del texto.
En el primer capítulo, dedicado a la relación entre «Esperanza y Acción» (p. 37ss), Han describe cómo la esperanza a diferencia diferencia del deseo y del optimismo, El espíritu de la esperanza» Byung-Chul Han Editorial Herder, 2024,1L14 páginas.
Byung-ChuI Han 1 1 (spirit u (I( li tsi;1] L: ;0] entre otros ejemplos otorga horizonte horizonte de sentido a nuestro quehacer, impulsándolo constantemente a lo «aun no existente». Respecto del primer ejemplo, Han afirma que, si bien el deseo mueve a la acción, lo hace anclándola en un presente permanente permanente de necesidades y satisfacciones y, por tanto, la optimización de lo ya existente (lo mismo); en cambio, la esperanza impulsa a la acción, pero abriéndola a un futuro indisponible donde nada cumplirá las ansias de lo siempre nuevo (lo otro). La esperanza, siempre insatisfecha, empuja a la acción más allá del límite de 1 ya conocido.
Y respecto al optimismo, Han sostiene que esta actitud también fija la acción en el presente e incluso en el pasado, en el convencimiento de que las cosas saldrán bien como otras veces (lo mismo); en cambio, la esperanza despliega un futuro porque confiere direccióny sentido a la acción incluso al margen del resultado positivoo positivoo negativo que tenga dicha acción (lo otro). A diferencia del optimismo, entonces, la esperanza no excluye la desesperanza, sino que cuenta con ella; lejos de ser ciega, la acción confía, confía, en el presente, en aquello que es «por venir». Contraria al deseo y al optimismo, la esperanza no le teme a «lo intransitable», a «lo otro». Los otros dos capítulos son más breves.
El primero de ellos aborda aborda la tensión entre «lo mismo» y «lo otro» desde el vínculo «Esperanza y Conocimiento» (p. 93ss). Refiriendo a temáticas también tratadas en el libro La tonalidad del pensamiento, Han defiende el rol fundamental de los afectos en el pensamiento; en particular, del eros como pulsión que mueve a pensar lo distinto.
A diferencia de la inteligencia que solo ordena lo que está dado y, por tanto, no genera nada nuevo (lo mismo), el pensamiento anhela lo distinto (lo otro); inervado por los sentimientos, el pensamiento es capaz de abrirse a lo intransitado por pura atracción erótica, por puro impulso a lo otro. Yen el último capítulo, dedicado a la «Esperanza como forma de vida» (p. n7ss), Han describe la tensión entre «lo mismo» y «lo otro» desde la reflexión heideggeriana sobre la angustia. A juicio del autor, la esperanza y la angustia angustia son disposiciones afectivas que abren el mundo en un nivel previo a la reflexión.
Pero mientras la angustia nos saca de la impropiedad de la existencia existencia cotidiana en la medida que nos singulariza, aislándonos (lo mismo), la esperanza como disposición afectiva nos abre a lo otro, a una vinculación festiva con lo distinto que «aún no es» y «está por venir» (lo otro). En este nuevo libro, ByungChul ByungChul Han muestra variaciones de. ¿Por qué la esperanza abre a «lo otro», y no a «lo mismo»? temas abordados anteriormente la importancia de lo otro enLa expulsión de lo distinto (2017), el rol de las emociones emociones en La agonía del eros (2014), la pérdida de cre atividad en La sociedad del cansancio (2012), etc. ; en ese sentido, las búsquedas centrales de Han son fácilmente reconocibles. Sin embargo, el carácter exploratorio de sus textos va dejando preguntas tras de sí.
Solo un ejemplo: ¿ de dónde brota la esperanza? Si ella tiene las mismas características de la angustia un estado de ánimo que no está sujeto a ningún suceso intramundano, pero que permite la aparición del mundo, ¿qué justifica que la esperanza esperanza haga aparecer el mundo como trascendencia del sí mismo y no como inmanencia del símismo (... ), modo propio propio de la angustia? Dicho en fácil: ¿ por qué la esperanza abre a «lo otro», y no a «lo mismo»? ¿ Por qué no recurrió al pensamiento de Emmanuel Lévinas para esto? En su intento por retratar la esperanza, Han deja sin explicar por qué la esperanza es tal como la describe en su texto. Más allá de la evaluación favorable ono de El espíritu de la esperanza esperanza sobre todo, de quienes nos aproximamos desde la teología el modo de pensar de Byung-Chul Han es siempre sugerente. Como todos sus libros, este texto destila búsqueda.
En un contexto donde los discursos distópicos parecieran no tener contrapeso, contrapeso, El espíritu de la esperanza aparece como una invitación a narrar, de otro modo, nuestras acciones, conocimiento conocimiento y modos de vivir: en vez de la repetición de lo mismo, la apertura a lo otro que brinda la esperanza. Incluso el mismo Han pareciera pareciera abrirse, en la última línea del libro, a una dimensión hasta ahora «otra» en sus escritos: la fe. Según Han, «la esperanza espera incluso más allá de la muerte. La andadura del pensamiento esperanzado no es el “adelantarse hacia la muerte”, sino el adelantarse hacia el nuevo nacimiento» (p140). 1I Visualidades y textos Juan Rauld © Este es un libro de exploración.
Se adentra en un mundo poco abordado, a la vez que desafiante para quienes tengan interés en las distintas formas que pueden asumir la expresión escrita y la expresión de ideas, sentimientos o emociones a través de lo visual.
Como expresa la autora en su Introducción, este volumen está dedicado a escrituras que son ilegibles si el acercamiento a ellas no se acompaña de una apertura personal a nuevos códigos o a la ausencia de estos.
De hecho, ella misma indica que estas páginas se ocupan de mostrar una serie de escrituras «sin código», lo cual es una cualidad estratégica, consciente y radical: «Aparentan un impulso lingüístico que pareciera querer comunicar pero no lo hacen bajo los mecanismos habituales del lenguaje». Nos recuerda que las alteraciones del alfabeto y también del gesto de la escritura «que obedecen obedecen a un deseo poderoso e inmemorial» se han observado en diferentes momentos de la historia, encontrando en la literatura y el arte del siglo xx espacios propicios.
Como ejemplo, alude a vanguardias artísticas, como el tachismo, tachismo, el art informel o el letrismo, y hace memoria de que, en estas corrientes, numerosos artistas desarrollaron formas de degradación de la escritura, escritura, para así evocar formas primitivas de esta. «ZA qué responden estos esfuerzos por explorar, con tanto, interés, las dimensiones de lo ilegible?», se pregunta. «Sino dicen nada, ¿cómo nos acercamos a sus modos de producción de sentido?». Así, la autora escogió a cinco artistas que, a su juicio, han asumido con agudeza y sensibilidad esta temática.
Son el fotógrafo y escultor estadounidense CyTwombly (1928-2011), elpoetaypintorbelga HenriMichaux (1899-1984), el calígrafo japonés Inoue Yuichi (1916-1985), la artista argentina Mirtha Dermisahe (1940-2012) yla artista suizo-brasileña Mira Schendel (19191988). Acompañado de imágenes, el recorrido por las obras de estos autores propone ilaciones que apuntan a una manera compartida, por estos Ediciones Universidad Alberto Hurtado, Santiago, 2024,242 páginas. autores, de explorar y concebir la escritura. Lo estima así, porque en sus procesos de producción producción esas creaciones han sido compuestas con materiales que evocan la escritura a mano. Y hay en ellas una invitación a ser percibidas, precisamente, como escritura, aunque requieran requieran otro tipo de acercamiento. En ese marco, aborda otros aspectos, como el interés por el movimiento y el dinamismo, su cercanía con lo primitivo o lo infantil, o el protagonismo de lo corporal a partir de lo gestual. Se destaca en estas mismas páginas que este libro puede llegar a ser de especial interés para quienes estén interesados en observar las relaciones entre visualidades y textos. También, para quienes busquen acercarse a comprender la transmisión de sentido más allá del origen de lo semántico y el lenguaje verbal. Tienen acá centralidad los movimientos de la mano, la cercanía entre diferentes materialidades y el contacto entre nuestra percepción corporal y lo que se nos presenta como imagen en su diferencia con la escritura. M »Otras escrituras. Gestos, movimientos e inscripciones en el arte y la poesía contemporáneos» Megumi Andrade Kobayashi.