Autor: POR JORGE SALOMÓ, HISTORIADOR
La peligrosa decadencia
La peligrosa decadencia Destino parecido afectó al balneario de Cartagena. Latietrade Vicente Huidobro llegóa ser la principal playa de Chile central, con hoteles, restaurantes, emporios y servicios que impulsaron la compra deterrenosjunto al mar. Larevolución del transporte con la llegada del tren desde Santiago a Cartagena afectó negativamente su destino turístico, conel desmesurado crecimiento de población acompañado del deterioro en aspectos claves de su desarrollo. La sensación que nos deja Valparaíso y sus alrededores hoyes parecida ala que sufrieron algunas de estas ciudades del país. Siguieron el curso anunciado por Spengler, pasaron del apogeo a la decadencia, enun detrimento humano, urbano, cultural, social, del que es difícil salir. Tal vez aún esté en nuestras manos la oportunidad de cambiareste inexorable destino.
Esto requiere de la voluntad amplia del sector público y privado, para dialogar, inyectar recursos, generar fuentes laborales, mejorar la seguridad y la confianza, potenciarla creatividadylaactividadcultural, valoy utilizarlo corarel patrimonio 3 morecursoeducacional. swald Spengler propu-10) soensuobra adedencia de Occidente”, publicado hace un siglo, quela historia universal se compone por la sucesión de culturas en el mundo, que pasan por cuatro etapas semejantes la vida humana: juventud, crecimiento, apogeo y decadencia. Para ello, usa como ejemplos momentos estelares de las grandes civilizaciones de la antigúiedad y de pueblos de los tiempos modernos. Babilonia, China, Egipto, Grecia, Roma, las repúblicas renacentistas, vivieron procesos de gestación histórica, juventud pujante, legaron alacúspide desu prestigio y cayeron en rotundas crisisque las llevarona perder su poderío. Si proyectamos esta realidada las ciudades, podemos deducir que la tendencia es similar.
El casco antiguo de Santiago vivió tiempos de prosperidad y auge, que impulsaron la instalación del palacio de Gobierno, el Congreso, los Tribunales de Justicia, los principalestemplos, la plaza de armas, el correo, la municipalidad, el mercado, los bancos.
Con el paso de los años, el eje urbano se desplazó a otras zonas y el centro urbano se debilitó, provocando la pérdida de localestradicionales, el desarraigo poblacional y el cambio de uso de suelo en muchos de los destinos primitivos, para destinarse a otros usos.
Actualmente, un: porcentaje importante de migrantes extranjeros está asentado en este casco viejo, que perdió valor incentivando el arriendo de espacios colectivos, que reviven los convent llos de fines del siglo XIX y comienzos del XX. encontramos de nortea sur. Lacrisis del salitre afectó gravemente a muchos poblados del norte grande. El cierre de Chuquicamata generó consecuencias negativas en Calama y el valle del Loa. Copiapó y Chañaral sufrieron también la crisis, acompañada del cierre del sistema ferroviario y la pobreza. Tomé tuvo la pérdida de la in-dustria textil Bellavista Tomé, y surealidad sigue el rumbo decadente. La construcción de Pingueral no ayudó a mejorar el destino de la región, acentuado por el cierre de la industria Loza Penco y la reducción del flujode cabotaje del puerto de Lirquén. Ahora, la situación afecta la siderurgia de Huachipato, que condena la costa penquista a seguir acumulandoruinas delasque otrora fue-ron pujantesindustrias de productos nacionales y fuentes de trabajo y seguridad. La situación de Lota es dramática.
Llegóateneruno delos parques más bellos de Chile y una producción de carbón quevivió una irrevocable pérdida, con el cambio energético y el cierre de la mina de carbón, que alimentó grandes fortunas como las dela familia Cousiño, Schwager, Claude, entre otras.. Casos de ciudades que han vivido esta tendencia en Chile