Autor: MAUREEN LENNON ZANINOVIC
“Quiebrespejos”, obra icónica de Medicina cumple 50 años
“Quiebrespejos”, obra icónica de Medicina cumple 50 años como parte de la conmemoración de los 25 años de “Quiebrespejos y otros sueños”. MIDOAZELITNEGUN HITO La historia de este montaje que ha marcado a generaciones:de este montaje, en 1999, y me tocó participar en esos homenajes”, dice. Agrega que la particularidad de esta pieza es que solo la protagonizan salvo algunas fechas especiales estudiantes de la carrera y “cuando egresan, al elenco llegan nuevos alumnos. Hay una renovación constante. A lo largo de los años, cada uno le ha puesto de su propia cosecha, sumando canciones y escenas nuevas.
Por eso partió en 50 minutos y ahora dura dos horas y cuarto”. Carlos Riquelme (pediatra broncopulmonar) recuerda que para las audiciones de “Quiebrespejos” por “ahí uno veía a un compañero un poco más florero, que se hacía notar, y uno le preguntaba si le interesaba formar parte de este montaje”. Junto con ello, explica, que no todo ha sido fácil para esta creación protagonizada, en sus inicios, por un exclusivo elenco masculino. “En los 90 se intentó incorporar mujeres, pero la verdad es que los propios espectadores no recibieron bien ese cambio y en 2017 casi matan con funas al Quiebrespejos.
Hubo un movimiento con carteles, con grupos que entraban a las funciones acusándonos de misóginos y ahí se decidió incorporar a las mujeres”. Una creación inmortalHa pasado medio siglo de este estreno que ha marcado “a fuego” a miles de estudiantes de Medicina de nuestro país, a sus familias y a los amantes del teatro.
En 2024, en el contexto de la celebración de los 50 años, se programaron tres funciones de “Quiebrespejos y otros sueños”, el martes 1, miércoles 2 y jueves 3 de octubre, a las 20:00 horas en el Teatro Oriente.
Rodrigo Íñiguez oficia como productor general, Rogelio Isla es el director musical junto a Víctor Doñas y Emilio Flores; Guillermo de la Parra tiene a su cargo la dirección general junto a Isla, y Carlos Riquelme asumió la dirección de actores de este montaje conmemorativo. Como son tres fechas relevantes, realizaron una convocatoria amplia. “Creamos un grupo gigantesco de WhatsApp con 140 miembros de la cofradía, con las distintas generaciones que participaron en la obra. Hicimos audiciones in situ, dependiendo de las aptitudes y disponibilidad detiempo. Participaron cirujanos de trasplantes, otorrinos, muchos psiquiatras sueltos y algunos pediatras. El elenco de los 50 años incluye desde alumnos de tercero de la carrera hasta nosotros que fuimos los fundadores”, apunta Guillermo de la Parra. Marco Antonio de la Parra afirma que estamos ante un fenómeno único. “La obra no va a desaparecer.
Este año un grupo de estudiantes recibió a los mechones con el Quiebrespejos, se ha dado en otras facultades de Medicina del país y en Buenos Aires porque tiene que ver con realidades comunes a todos los estudiantes: el contacto con la vida y la muerte, con el peligro, con la disección en las clases de anatomía y la iniciación en el amor”. Rogelio Isla valora la supervivencia durante medio siglo y concluye que el montaje refleja muy bien al “mechón” como “un narciso, como los ojitos de la mamá que por fin va a estudiar Medicina. Llega como un narcisito, pero al final lo aterrizan”, cierra.
PROGRAMARSE:“Quiebrespejos y otros sueños”Teatro Oriente 1,2 y 3 de octubre 20:00 horas Entradas entre $36.800 y $32.200 Venta por Ticketmaster. clSe llama “Quiebrespejos y otros sueños” porque quebrar espejos trae siete años de mala suerte, justo lo que solían durar tradicionalmente los estudios universitarios de Medicina.
En 1974, cuando cursaba quinto año de la carrera en el Campus Norte de la Universidad de Chile (hoy comuna de Independencia), el psiquiatra y dramaturgo Marco Antonio de la Parra se le ocurrió dar vida a esta tragicomedia musical en dos actos.
Se estrenó en el mítico “casino de la Laurita” y fue tal el éxito que esta pieza de creación colectiva, cuyo texto nunca fue escrito, se ha seguido presentando año a año gracias a la tradición oral de los estudiantes. Las únicas excepciones fueron en 1978 y en 2020, por la pandemia.
“Nació como una manera de recibir a los mechones sin violencia, con una comedia musical porque con mi primo Guillermo de la Parra (también psiquiatra) estábamos locos con Cabaret y Bob Fosse; y con la posibilidad de contar historias con esta estética de jazz, rock y rhythm and blues”, recuerda Marco Antonio de la Parra sobre este montaje que también tuvo dentro de sus miembros fundadores a Jorge “Negro” Vega, Javier “Snoopy” García de Cortázar, Rogelio Isla y Jorge Pardo, todos ellos estudiantes, en la década del setenta, de Medicina de la U. de Chile.
El reconocido director y dramaturgo añade, instalado en su departamento de Vitacura y con parte importante de los elencos que han protagonizado, desde sus inicios, el “Quiebrespejos”, que si bien la historia a lo largo de los años ha sufrido cambios, se mantiene un eje central: las vicisitudes de un estudiante desde el momento en que da la prueba de ingreso a la universidad y le comunica a su familia que ha quedado en esta prestigiosa carrera del área de la salud. También rememora que en 1974 “había un acuerdo de no pedirles permiso a las autoridades e hicimos la obra en un sitio icónico, como el casino de estudiantes y profesores. Ahí se hacían varias creaciones experimentales, hasta que llegó el Quiebrespejos y otros sueños”. El psiquiatra Rogelio Isla señala que el casino de laLaurita era “un reducto con fuero. Ahí se jugaba naipes, se comentaban las noticias. Ahí podía pasar cualquier cosa”. De esta manera, con tres focos prestados por la entonces Escuela de Artes de la Comunicación de la Universidad Católica, se pudo concretar el estreno en ese lugar. “Algunos de los miembros de la obra fuimos a cursos de actuación en la UC, en la tardes, después de estudiar Medicina.
No sé a qué hora estudiábamos Medicina (risas). Ahí en ese casino se montó este espectáculo con una primera banda musical que incluía solo dos guitarras comunes y corrientes y un bongó que lo tocaba yo o mi primo Guillermo”, detalla Marco Antonio de la Parra. Su primo Guillermo destaca que en la década del 70, en el Campus Norte de la U. de Chile, existía una importante efervescencia musical y artística. “Me acuerdo que entré en 1971 y me recibió Mario Penna con Marco Antonio de la Parra con la obra Mr. Sandman. Quedé para adentro con todo el humor y la ironía que sería la base de lo que hicimos después”. Isla complementa que había “un ambiente en el área Norte que no tenían las otras sedes. Había una sensación ambiental.
Mi mundo eran Los Beatles y Bod Dylan y al llegar a la carrera me encontré con que a Javier Snoopy García de Cortázar (quien fue uno de los que compuso las primeras canciones del Quiebrespejos) también le gustaban los mismos artistas. Se produjo una sintonía muy espontánea”, acota. Marco Antonio de la Parra afirma “que había una adicción teatral en el Campus Norte. Hay que pensar que entre 1974 y el 76 hicimos del orden de cuatro obras al año. Tuvimos hasta un festival de ópera buffa y con orquesta en el foso.
Había mucho deseo de celebrar de que estábamos en pie”. Guillermo de la Parra expresa que los profesores de la carrera les “exigían dedicación exclusiva a los estudios, pero siempre nos opusimos a eso” y considera que de manera poco consciente, el estreno del “Quiebrespejos” también se convirtió en “un comentario de la dictadura.
Uno ve ahora la obra y encuentra obvia esa lectura porque se presenta a un estudiante sometido a una y otra tortura dentro de la sala de clases”. Rodrigo Íñiguez (cirujano infantil de trasplante) comenta que ingresó a la compañía en 1995. “He tenido la suerte de estar en la escuela de Medicina cuando se cumplieron los 25 añosla Parra durante el estreno de la obra, en 1974. MIDOAZELITNEGDe izquierda a derecha, los doctores Marco Antonio de la Parra, Rodrigo Íñiguez, Carlos Riquelme, Rogelio Isla y Guillermo de la Parra, quienes están a cargSEROLFROTCÉH. Partió en el Campus Norte de la U. de Chile, en el mítico “casino de la Laurita”. Desde su estreno, en 1974, esta creación colectiva se ha dado prácticamente sin interrupciones. Con los propios estudiantes de la carrera y para conmemorar su medio siglo, los fundadores de este proyecto programaron tres funciones, el 1,2 y 3 de octubre en el Teatro Oriente. Marco Antonio de la Parra afirma que “la obra no va a desaparecer”. o de las tres funciones. Elenco de 1999, Marco Antonio de