Autor: Alonso Rivera
Dignidad humana
La reciente discusión de los seres sintientes en relación con los peces y moluscos-sí, peces y moluscos ha traído consigo una apasionante confrontación de antaño; qué diferencia existe entre la vida humana y las demás vidas, Aquellos que profirieron con grandilocuencia en la pasada Cuenta Pública un proyecto de aborto libre y que, recientemente, reconocen en los peces un ser sintiente que debeser protegido, sólo demuestran que sus actos están guiados por la más nefastas de las ideologías: la relativización dela vida, loque obedece auna delas crisis másgrandes del mundo occidental, un materialismo práctico que es funesto en reconocer la existencia humana desprovista desu trascendencia y reducida asu inmanencia. ¿Puede existir una posición más repugnante y vergonzosa que no reconocer que el nasciturus en el vientre es un sersintiente, pero decir que el pezsí? La dignidad humana es el reconocimiento más genuino y expreso de la naturaleza de la persona, de entendernos como seres racionales, distintos a los sintientes, con una trascendencia tan propiaquees, porasí decirlo, nuestra “marca desello”, aquello que nos hace únicos eirrepetibles y que por el simple hecho deser tal, tenemos la mayor perfección vital posible y que la persona es ejemplo pleno En consecuencia, hay que combatir con fuerza la revolución identitaria tan propia del Frente Amplio y enarbolar con ímpetu la revolución de losindefensos, quienes, siendo inocentes y más débiles, son desplazados al último escalafón de protección y desprovistos de la propiedad más intrínseca: su dignidad.