EL RINCÓN DEL PAPILLON
EL RINCÓN DEL PAPILLON “ENRIQUE RAMÍREZ, TAMBIÉN EN EL CIELO” Un Un día triste de Navidad, Enrique Ramírez Capello, mi gran y eterno amigo, para mí el mejor periodista de la prensa nacional, en su columna de oro de nuestro querido periódico Puente Alto al Día, me dedicó un muy emotivo recordatorio para mis dos pequeños hijos que trágicamente fallecieron en un día de Navidad, en el que este gran personaje compartió este terrible azote que me pegó la vida.
A este personaje del mundo de las letras lo conocí hace tantos años, cuando nuestra población nació en la más cruel pobreza que había en Chile, dentro de la histórica guerra que yo estaba dando por sacarla de la pobreza y del barro a la dignidad humana, entre los tantos periodistas nacionales que en ese tiempo vinieron a conocer la pobreza, un drama tan cruel que era para llorar, asícomo un milagro de Dios, llegó como caído del cielo, Enrique Ramírez, quien en ese tiempo era el capo de las Ultimas Noticias y desde aquel momento nos convertimos en los mejores amigos y me prometió sacar a mi población de tanta pobreza y abandono de parte de los gobiernos de turno. Así fue, escribió tanto haciendo llamados muy dramáticos para conmover a los del gobierno y a alcaldes de aquellos tiempos, nunca nos tiraron un salvavidas.
Bonito nombre “Nueva Esperanza”, mejor hubiera sido el “Cachureo” de Puente Alto, gracias a aquellos llamados de este gran hombre y periodista, junto a Juan Rojas Maldonado y también de mi otro súper amigo y compañero en la guerra social Víctor Hugo Rojas, conseguimos muchos adelantos y obras que le cambiaron el triste rostro a nuestra población.
Pero latriste partida de Enrique Ramírez fue dramática, entró a la clínica de la Universidad Católica y salió en silla de ruedas, de ahí vivió un calvario por varios años, hasta que su cansado corazón dejó de latiry se fue al cielo, pero dejó la historia más grande en el periodismo nacional, su pluma de oro, ha dejado huellas en el mundo de las letras en diarios y revistas, fue premiado como el mejor de los mejores, profesor de profesores en grandes universidades, por donde pasaron cientos de estudiantes de periodismo, que como nosotros jamás lo olvidarán, hoy escribe en el cielo junto a su gran amigo Víctor Hugo Rojas. Un abrazo, queridos amigos.”.