Kamala y Trump
Kamala y Trump Los próximos dos meses, y un poco más, el m u n d o e s t a r á pendiente de lo que pase en la campaña electoral de Estados Unidos, que con el retiro de la candidatura de Joe Biden despertó el interés de muchos demócratas que no estaban "ni ahí" en votar por el actual Presidente.
Kamala Harris no parecía un reemplazo atractivo, pero sorpresivamente prendió a su sector; tanto que ahora las encuestas la muestran no solo competitiva, sino dejando atrás a Donald Trump, quien después del fallido atentado parecía imbatible. Pero todavía las cosas pueden cambiar y los ataques certeros del expresidente republicano quizás le hagan mella, mientras no se posicione sólidamente en la opinión pública. Es notorio que el expresidente está nervioso con el rápido ascenso de Kamala. Biden era un contendor más fácil, podía atacarlo por la edad, por sus cada vez más frecuentes gaffes, por fallidas políticas internas e internacionales. Contra la vicepresidenta debe probar otros flancos. Entre ellos, sus posturas "liberales" y la continuidad de las políticas de Biden.
En la economía la culpa de la alta inflación (aunque lo hizo justo el día que se anunció la cifra más baja desde 2021), y de su fallido manejo del más importante encargo que le hizo Biden, el de la crisis en la frontera sur. "Zar de la inmigración" es ya casi un insulto en boca de Trump, del que Kamala se defiende asegurando que buscaba ir a la raíz del problema: la inseguridad y la pobreza de los migrantes en sus países de origen. Explicación insuficiente para borrar el dato de que durante el gobierno de Biden los ingresos ilegales llegaron a niveles nunca vistos. Más allá de críticas válidas a las actuaciones políticas de Harris, es lamentable que Trump llegue al ataque personal.
La "loca Kamala" le dice por la típica risotada de la exsenadora, que ya se hizo viral con unos videos en los que aparece riendo a carcajadas. "No es inteligente; por eso no ha dado entrevistas", dispara el republicano. Claro, enfocada en hacer giras por los estados decisivos para un triunfo, ella evita hablar con la prensa, mientras él aparece en X con Elon Musk. Y hasta pone en duda su raza: "hace poco supe que Kamala era de color". Puede que esas estratagemas tengan eco en sus partidarios, pero no parecen afectar al votante medio. En las encuestas, Kamala mantiene la delantera, incluso en los estados swing, y sale mejor evaluada en el manejo de la economía, asunto que siempre favoreció a Trump. La Convención Demócrata que comienza hoy no será más que una fiesta para celebrar su nominación, pero después de ese evento vendrá el verdadero desafío para ella. En la campaña tendrá que mostrar que es una política en serio, que puede darle contenido a su eslogan de "construir un mundo más brillante", con el que pueda captar los votos que le faltan. De prepararse para una segura derrota con Biden, ahora los demócratas sueñan con llevar a la primera mujer a la Casa Blanca. Que ella resulte ser una buena presidenta, es otro asunto. C O L U M N A D E O P I N I Ó N Kamala y Trump La Convención Demócrata será una fiesta; después vendrá el verdadero desafío. Si desea comentar esta columna, hágalo en el blog. Por Tamara Avetikian. - - - - -