Editorial: El atraso de Las Trancas
Editorial: El atraso de Las Trancas Cada año, el Valle Las Trancas se transforma en la postal más atractiva del invierno en Ñuble. Nieve, montañas, bosque nativo y una oferta turística creciente configuran un escenario que atrae a miles de visitantes. Pero esa misma postal, cuando se observa con atención, revela grietas estructurales. Agua potable, alcantarillado, conectividad vial y planificación urbana son tareas pendientes que amenazan el desarrollo sostenible del principal destino turístico de la región. Lo que ocurre hoy no es nuevo.
Desde hace casi dos décadas, vecinos y empresarios (pequeños, medianos y grandes) vienen exigiendo infraestructura sanitaria básica para enfrentar el crecimiento explosivo de una zona que se convirtió en un polo de inversión turística, con más de 4 mil camas registradas. Sin embargo, el progreso turístico no ha ido acompañado de la misma velocidad en la habilitación de servicios básicos. El proyecto sanitario -que busca dotar al sector de agua potable y alcantarilladologró culminar su etapa de prefactibilidad técnica hace un año. Desde entonces, reina el silencio. José Muñoz, presidente del Comité de Agua Los PretilesLas Trancas, ha sido testigo de esa espera. “Estamos conectados por un entramado de mangueras improvisadas que cruzan el valle. Es indigno, insalubre y atenta contra el paisaje”, afirma. Francisco Jara, presidente de la junta de vecinos del sector, describe un escenario igual de oscuro. “Lo que tenemos hoy es un sistema medieval de acceso al agua. No hay eficiencia, no hay regulación. Y lo más grave, no hay proyección”, reclama. A eso se suma otro elemento clave: el plan regulador. Promulgado por el Gobierno Regional en julio de 2024, se encuentra aún en revisión por parte de Contraloría. El instrumento de planificación es vital para ordenar el crecimiento urbano, garantizar servicios básicos y entregar certezas a inversionistas, vecinos y autoridades locales. No se puede seguir ampliando la oferta sin suelo normado ni servicios habilitados. En paralelo, la conectividad sigue siendo un punto débil. Si bien la Dirección de Vialidad ha reforzado la mantención de la ruta N-55 y los caminos interiores, aún existen tramos críticos, como el socavón en San Jorge. La creciente llegada de turistas en temporada alta (el año pasado fue el destino de invierno más visitado en Chile) exige modernizar la vía, tener planes de conservación robustos y señalética adecuada. Lo mismo ocurre con la falta de estacionamientos y áreas de servicios, que generan congestión y deterioro en un entorno natural que debería protegerse. Las autoridades insisten en que hay avances. El municipio de Pinto ha realizado mesas de trabajo con la empresa Essbio, el Gobierno Regional, la Superintendencia de Servicios Sanitarios y el Ministerio de Desarrollo Social. El compromiso de dotar de agua potable y alcantarillado a la zona que cada año recibe a 250 mil turistas, aseguran, está. Pero se necesita más que voluntad política: se necesitan sentido de urgencia y hechos concretos. Las Trancas no puede seguir funcionando como un territorio donde se improvisa la distribución de agua y se avanza en proyectos a fuerza de insistencia comunitaria.. Las autoridades insisten en que hay avances. El municipio de Pinto ha realizado mesas de trabajo con Essbio, el Gobierno Regional, la Superintendencia de Servicios Sanitarios y el Ministerio de Desarrollo Social. El compromiso, aseguran, está. Pero se necesita más que voluntad política: se necesitan sentido de urgencia y hechos concretos. Las Trancas no puede seguir funcionando como un territorio donde se improvisa la distribución de agua y se avanza en proyectos a fuerza de insistencia comunitaria. EDITORIAL