Malas noticias económicas
Señora Directora: Es preocupante el reciente Informe de Política Monetaria (IPo M) de septiembre emitido por el Banco Central, que ajusta a la baja la estimación de crecimiento de largo plazo del PIB tendencial a un 1,8% para los próximos diez años.
Este ajuste refleja un panorama que, a mi juicio, tendrá consecuencias adversas para nuestra economía, especialmente en el contexto de una tasa de desempleo superior al 8% y un mercado laboral que ya muestra signos de agotamiento. El impacto de este anuncio no puede tomarse a la ligera. En primer lugar, un crecimiento económico reducido afecta directamente la capacidad para generar empleo.
En un mercado laboral ya debilitado, con una alta tasa de desempleo y sin signos de dinamismo, las proyecciones a largo plazo señalan que la creación de nuevos puestos de trabajo será insuficiente para absorber a la fuerza laboral disponible. Esto podría agudizar el desempleo estructural, aumentando la presión sobre las políticas sociales y sobre el sector productivo. En segundo lugar, la incertidumbre persistente en el ambiente económico desincentiva la inversión, tanto públicacomo privada. Este es un punto clave: la falta de confianza en la estabilidad económica y el bajo dinamismo proyectado pueden llevar a las empresas a postergar o cancelar inversiones. Sin inversión, no hay innovación ni expansión productiva, y esto condena a la economía a un ciclo de bajo crecimiento, estancamiento y competitividad reducida. Además, las consecuencias a largo plazo no solo afectan al empleo y la inversión, sino también al desarrollo social y económico en general. La disminución en el crecimiento potencial reduce la capacidad del país para mejorar las condiciones de vida de la población. Las brechas sociales podrían ampliarse, afectando a los sectores más vulnerables y limitando el acceso a salud y educación. Daniela Catalán Ramirez-USS