Nadie vio nada, nadie escuchó nada
Nadie vio nada, nadie escuchó nada a Mareos BusloM Martinl-é Ante Ante cualquier situación situación compleja, a menudo, menudo, la bósqueda de testigos es una cmpress cmpress difícil: pocos están dispuestos a dar su tcstinsoole. tcstinsoole.
Si se trata de delitos, aId la biisquedadetestigosca aún más complicada -según dicen los que trabajan en ese tipo de investigaciones-, investigaciones-, porque de lo que haya sucedido, nadie vio nada y nadie escuchó nada Ante los casos do corrupción y de delitos económicos que paralizan la vida del país, os inevitable preguntarse si acaso nadie se dio cuenta de lo que sucedía cuando tales o cuales autoridades se guardabais platas fiscales en sus bolsillos.
Nadie se dio cuenta o nadie vio nada turbia hasta que todo reventó O ahora, en el “caso audios”, ninguna autoridad se dio cuenta de lo que sucedía hasta que se conoció la grabación? En los whatsapp que van siendo filtrados aparece que eran muchos los que sahian y utilizaban la información que se movía en esos mensajes.
Entonces, es normal que cualquier cualquier persona que interesada por la vida deL país se pregunte para qué sirven las autoridades a quienes se les confieren los mecanismos del poder y -valga la redundanciala autoridad para fiscalizar, si ellos mismos están metidos en eLj uego de los que trepan y trepan, engañando a la gente buena y riéndose de la inocencia de [a gente sencilla.
Ahora los problemas legales legales de las dlites del país llenan toda la pantalla, miontras que los problomas que afectan a la gente común son postergados o -simplementeinvisibilizados, o aparocen canso molestososasuntos molestososasuntos secundarios o van pasando al olvido Asi, entonces, en qué quedaren los problemas con las distribuidoras de energía y las tremendas alzas de las tarifas e]éctrica-s, o qué está pasando con las listas dc espera de salud, con gente que se muere-mientras las cartas co que les citan están en la basura, o -simplementese les ha declarado como muertos mientras esperan que les avisen; o qué está pasando en el combate a la delincuencia y el nareoiráfico nareoiráfico que tienen atemorizados a todos, mientras nos vamos olvidando de lo que es vivir y trabajaren forma segura.
Y podríamos seguir, porque en qué están las familias que Le perdieron todo -hace siete merasen merasen los incendios en Valparaíso y han tenido que pasar eL invierno a la intemperie, e qué pasa con las pensiones miserables con que intentan sobrevivir muchos adultos mayores y que, a pesar de promesas y años que pasan, siguen iguales.
En fin, la lista seria largay cada uno de ustedes puede agregar otras situaciones que conoce más do cenca y que ponen en evidencia La ceguera y sordera de quienes tienen rmponsabiidadcs rmponsabiidadcs o podrían hacer algo. Todo eso sucede micnt ras las ¿ lites sociales, políticas, económicas, judiciales, están ocupadas en sus propios asuntos asuntos y dejando abandonado al pueblo en sus problemas. Etites preocupadas de blanquear su propia imagen o de no aparecer en algún fatídico wbaatapp, o tratando de mejorar alguna imagen ahora que se acercan las elecciones.
Realmente, aquies muy acertado acertado el rcf rin popular de “no hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere oir”, porque sucede que ver y escuchar son acciones inteneionsdas, inteneionsdas, es decir, para ver hay que querer ver, y si no es así la mirada pasea distraída o cierrs cierrs los ojos a Le que lo motestL Igualmente, para escuchar hay que querer ese-nehar. prestsndss atención pura comprender le que se oye, y de no ser así sólo hay ruido de fondo sobro los propios intereses.
La ausencia de vista y oído se ha manifestado en autoridades autoridades políticas que se ensucian la conciencia y las manos con dineros corruptos, en autunidades autunidades policiales que robaron a manos llenas, en autoridadca judiciales judiciales ensimismadas co hacer carrera y ob-tener bnneí. eios, en autoridades militares que han defraudado dineros do la patria que juraron defender; tamb tris, en su momento, en autoridades cclesiaiea que no prestaron oídos a quienes denunciaban ser víctimas víctimas de abusos o encubrieron a los culpables. Así, en muchos ámbitos seria larga la liala de sutoridadesy. élites sutoridadesy. élites que no vieron nada ni escucharon nada.
Este puede parecer sólo la constatación de penosas realidades realidades de nuestra sociedad, pero también es el anuncio de que la fe en Dios es -precisamente-la -precisamente-la que permite ver y oir de verdad, porque Dios es el que ve y escucha: “Yo he visto la aflicción de mi pueblo, he escuchado el clamor ante sus opresoras” Éxodo 3,7) y no sólo ha “bajado para liberarle de la mano de los egipcios”, sino que se ha hecho hombre en el Señor Jesús y permanece viendo y escuchando, liberando de toda esclavitud: de Él aprendemos a ver y a escuchar.. -