Monumentos Nacionales y Baquedano
Monumentos Nacionales y Baquedano "A nte los errores a los que pueda haber dado lugar el comunicado" del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) difundido el viernes 7, el mismo consejo se sintió esta semana obligado a "precisar que solamente se pronunció conforme respecto de la solicitud de iniciar el proceso para el traslado del plinto del monumento al general Baquedano para su restauración". Nada se dice en esta segunda intervención sobre una eventual reubicación de la obra, salvo que no se ha recibido ninguna solicitud para ello.
Así debería haber quedado claro desde el principio, pero las afirmaciones contenidas en el primer comunicado fueron tajantes y decían precisamente lo contrario: "el Consejo aprueba la iniciativa de reubicación del monumento al general Baquedano". Es evidente que se trata de dos declaraciones muy diferentes, en que la segunda rectifica lo dicho por la primera. Posiblemente esta rectificación se produjo solo debido a la reacción generalizada de vecinos y autoridades.
La idea de endilgarle al Ministerio de Obras Públicas, y este al Ministerio de Defensa y al Ejército --como se desprendía de la lectura del texto--, la iniciativa de trasladar el monumento no había logrado ser aceptada tan fácilmente.
Ello, aun cuando la presidenta del consejo y subsecretaria del Patrimonio Cultural, Carolina Pérez, llegó a señalar que en la referida sesión del consejo se habrían planteado tres ubicaciones sugeridas por el Ejército, lo que luego pareció ser desmentido por los propios consejeros, quienes indicaron que no se discutió sobre ello.
Cualquiera sea la interpretación que se quiera hacer, no se puede eludir que las autoridades de gobierno, o han sumado otra desprolijidad mayúscula a un ya largo listado de desaciertos, o, peor aún, intentaron utilizar al consejo para darle un carácter técnico a una decisión política sumamente discutible.
Lo concreto es que nadie ha solicitado el traslado del monumento, como bien indica el CMN en su segunda declaración, y aunque el Gobierno quiere crear la impresión de que existe una corriente interesada en mejorar el tráfico por la Alameda, como excusa para trasladar el conjunto escultórico, tampoco ha resultado tan simple imponer esa idea.
El propio gobernador metropolitano ha salido al paso y piensa que la nueva plaza que se está erigiendo en ese sitio puede ser el lugar adecuado para instalar la estatua; solo plantea esperar la conclusión de los trabajos. Es verdaderamente inquietante la obstinación por conseguir sacar adelante ideas que chocan contra las tradiciones y los sentimientos mayoritarios del país, impulsadas por un grupo de jóvenes que han llegado a ocupar posiciones de poder. La mayoría de estas autoridades pertenecen al Frente Amplio o al Partido Comunista y parecen tener como objetivo cambiar aspectos de nuestra historia que nunca habían sido controvertidos.
Esto incluye situaciones recientes, como su posición frente a la violencia del octubrismo, o el significado global de las disputas políticas del siglo pasado, para no decir nada de la importancia de la Guerra del Pacífico.
Mientras las autoridades no transparenten sus objetivos y pretendan buscar pretextos para imponer sus ideas, habrá nuevas controversias, pues la opinión pública y muchos de quienes han sido elegidos por la ciudadanía recientemente no lo aceptarán sin hacer sentir la voz de la sensatez. Mientras las autoridades no transparenten sus objetivos, habrá nuevas controversias..