Autor: Por Juan Guillermo Prado
Los Lican Antay en la Soledad del Desierto
Este pueblo originario de la precordillera andina ha sobrevivido por milenios, pero la falta de agua los ha hecho emigrar hacia las ciudades en busca de mejores condiciones de vida.
Aliendo de Antofagasta nos internamos por el árido desierto; nuestra ruta nos lleva hasta Calama y más allá un cartel que anuncia “Reserva Nacional Los Flamencos”, luego “Valle de la muerte” y “Desierto de sal”. Son parajes únicos donde se reúnen desierto, yacimientos cupríferos, salares y una avifauna en la que destacan los flamencos.
Es lo notable de la aridez del altiplano, pero ¿ cuántos de los que van hasta allá saben que la zona está habitada desde hace más de diez mil años y que en este tiempo han logrado vencer innumerables dificultades? Para la antropóloga Ana María Barón, exalcaldesa de San Pedro de Atacama, quien dio a conocer la existencia del pueblo atacameño o Lican Antay -que en su lengua vernácula quiere decir “los habitantes del territorio”- fue el padre Gustavo Le Paige, sacerdote jesuita belga, que llegó a vivir a San Pedro de Atacama, el año 1955 y falleció en 1980. Allí fundó el Museo de Arqueología y Prehistoria.
Por eso su aporte al desarrollo y conocimiento de lo que fue la cultura atacameña fue fundamental, “ya que antes nadie conocía de estos pueblos que aquí se habían adaptado y vivido no se sabe exactamente desde cuándo, pero a lo menos desde hace 10.000 años”. El pueblo atacameño perteneció al Imperio Incaico. Al ser conquistado fueron sometidos y se impuso el culto al sol; las sustancias alucinógenas de carácter ritual fueron cambiadas por hojas de coca y los redujeron, posiblemente, a la extracción de cobre. Aunque los atacameños habían construido terrazas de cultivo en las laderas de los cerros para plantar maíz, papa y quínoa, lo más probable es que con los incas hayan perfeccionado sus técnicas de regadío.
En el pueblo de Toconce, cercano al volcán y al río homónimo, situado a 3.350 metros sobre el nivel del mar, avanzado hacia las altas cumbres, aún hay grandes extensiones de terrazas abandonadas desde tiempos ancestrales. EL KUNZA, IDIOMA ATACAMEÑO Pero si la dominación incaica fue traumática para este pueblo, lo fue aún más con la llegada de los españoles.
Ana María Barón, en su libro “Huellas en el desierto”, relata: “En marzo de 1540, Francisco de Aguirre baja desde el norte junto a un grupo de 25 lanceros, dispuestos a someter a todo el que se opusiera. Informa a los indios de todas estas tierras que el Imperio Inca ya no existe y que sus provincias habían pasado al Reino de España. En junio del mismo año, Aguirre toma el Pucara de Quitor y somete a los atacameños.
El degollamiento de los 300 hombres cuyas cabezas fueron puestas en los muros y en las troneras como lección para los otros indígenas... ”.En tiempos coloniales se fue perdiendo el kunza, su idioma ancestral, reemplazado por el español, hasta que, en 1776, fue prohibido y se castigó a quienes la utilizaban. Hoy solo quedan como recuerdo los nombres de poblados y las denominaciones de los cerros, ríos y valles de la zona cordillerana de la Región de Antofagasta. En este pueblo originario hay muchos vacíos en su historia. Se recuerda como luchador a Tomás Panire, quien se opuso en el transcurso del siglo XVII al dominio español. Es el único personaje heroico que se conoce y respeta. Pero no hay mayores datos sobre su vida. Habría nacido en el pueblo de Chiu Chiu, pero otros dicen que es originario del pueblo de Socaire.
No se sabe cómo murió, pero el profesor y exdiputado por la zona, Floreal Recabarren, asegura que fue apresado, llevado a Iquique, allí amarraron sus manos y pies a cuatro caballos y su cuerpo fue desmembrado.
Los restos se arrojaron en ATACAMA Unos 30 MIL ATACAMEÑOS VIVEN AÚN EN CHILE “Los atacameños han perdido los dere: rechos de agua que por milenios les han pertenecido”, FINES SIGLO XIX. diversos lugares para que no fuera venerado. FESTIVIDADES Los atacameños han perdido los derechos de agua que por milenios les han pertenecido.
La gran minería del cobre y la empresa de agua potable de la zona, que la obtiene de los ríos Loa y Toconce y la distribuye a las ciudades, ha provocado un enorme daño a su agricultura y ganadería y los ha obligado a emigrar. Sin embargo, vuelven de tiempo en tiempo a sus pueblos. Las festividades son el motivo del retorno. Nuestra entrevistada Ana María Barón nos relató las principales celebraciones: “El carnaval se celebra en todos los pueblos andinos. Se realiza 40 días antes de Semana Santa.
Es la fiesta más importante de los cristianos en todo el mundo y aquí se espera con gran ansiedad cumpliendo con todos los requisitos formales que exige esta tradición que mezcla lo indígena ancestral como lo religioso cristiano”. La fiesta religiosa cristiana más importante para cada pueblo Likan Antay está asociada a su santo patrono o patrona, como lo es la fiesta San Pedro y San Pablo, patronos de San Pedro de Atacama, el día 29 de junio. El 2 de febrero en Caspana celebra a la Virgen de la Candelaria. En el pueblo de Río Grande se celebra a San Santiago, y así en cada pueblo su patrono o patrona.
Quizás la fiesta más importante es la del pueblo de Ayquina, el 7 de septiembre, donde llegan miles de personas y diversos bailes religiosos. -¿ Oué fiestas son típicamen- -La fiesta costumbrista o tradicional es la limpia de los canales riego en todos los pueblos de la provincia del Loa.
Hoy día se ha recuperado como una fiesta relacionada con la Pachamama, madre diosa de la tierra a quien se le pide por los futuros sembradíos y la reproducción de los animales domésticos En la aldea de Tulor se han realizado excavaciones y por medio del carbono 14 se calcula que hace tres mil años ya se realizaba.
Esta limpia de los canales se efectúa a mediados de agosto, período en que se comienza a sembrar el maíz, se corta la alfalfa, se podan los árboles y algunos agricultores siembran otras plantas que hoy día se producen aquí. O sea, se prepara la tierra para una buena producción, pidiéndole ayuda a la Pachamama. También es importante el floreamiento de los animales en esta participan todos los habitantes del pueblo. El objetivo principal es contar los animales y bañarlos para eliminar las plagas de su lana y cuerpo. Con agua mezclada con productos químicos que eliminen plagas de su lana y cuerpo. Obviamente con grandes fuentes de comidas y alcohol que ayudarán a satisfacer a los que ayudan en esta faena, es decir una colaboración y una retribución transformada en fiesta compartida por todos los participantes.
Durante los trabajos, también se bailan bailes tradicionales muy antiguos que van quedando, propios de esta tradición Hoy, los atacameños o Lican Antay, según el censo del año 2017, son poco más de treinta mil personas. Sin embargo, pueblos como Caspana, Cupo, Conchi, Toconce, Ayquina y Chiu Chiu, entre otros, están quedando despoblados. Los campos agrícolas paulatinamente han disminuido, lo que hace que la mayoría de la gente joven vaya a los yacimientos minerales y centros urbanos en busca de trabajo para el sustento de su familia. Solo se quedan los viejos. Actualmente, en la comuna de San Pedro de Atacama, se concentra la mayoría del pueblo atacameño. Allí todo ha cambiado: hoteles, restoranes, tiendas de recuerdos. Sus casas de piedra y adobe blancas con techumbres de tablillas de cactus cubiertas con paja, apoyadas en vigas de chañar y algarrobo, embellecen este oasis surgido en medio del árido paisaje.
Allí destaca una vivienda que junto a la puerta indica: “Francisco de Aguirre construyó esta casa por orden de Pedro de Valdivia antes de su llegada en San Pedro de Atacama en junio de 1540”. UNOS 30 MIL DESCENDIENTES. ATA XISTEN EN