Cartas al Director
Señor director: Hace cinco años, nuestra comunidad universitaria vivió uno de sus momentos más difíciles: la quema y vandalización de la histórica casona Schneider, nuestra Sede Central en ese entonces. Aquel acto de violencia dejó una profunda marca en quienes formamos parte de la Universidad del Alba y, paradójicamente, también dio paso al renacimiento de nuestra institución bajo los valores de humanidad, inclusión y solidaridad.
Hoy, mientras nos preparamos para conmemorar el Día del Alba, en que recordamos esta fecha, hemos conocido con gran consternación la trágica noticia de los estudiantes del Internado Nacional Barros Arana, quienes se encuentran en estado crítico tras un episodio de violencia que lamentablemente vuelve a sacudirnos como sociedad. La violencia persiste en nuestros espacios educativos y nos interpela a todos. Es un llamado urgente a la reflexión y a la acción conjunta. Nuestra experiencia nos ha enseñado que es posible reconstruir y renacer, pero también que la tarea de erradicar la violencia es responsabilidad de toda la comunidad, dentro y fuera de las aulas. Solo mediante un trabajo colectivo y comprometido podremos lograr que nuestros espacios educativos sean lugares seguros y de paz, donde los jóvenes puedan desarrollar todo su potencial. El derecho a la educación debe ser irrestrictamente defendido. Por esto, nuestra misión debe ser más firme que nunca: unificar nuestras acciones para que la educación se erija como un espacio de esperanza y construcción de futuro, libre de violencia. Rafael Rosell Aiquel Rector, Universidad del Alba