Autor: Por Leonidas Montes
COLUMNAS DE OPINIÓN: Esos caprichosos impulsos
COLUMNAS DE OPINIÓN: Esos caprichosos impulsos No sabemos lo que va a pasar en el mundo.
Si ya cuesta entender la guerra comercial, más difícil resulta entender el conflicto en el Medio Oriente y la "guerra de los 12 días". Mientras tanto Rusia continúa sus ataques a Ucrania y China se mantiene expectante. Ante tanta incertidumbre, mejor reflexionar sobre nuestros modestos impulsos. Partamos por el más reciente: el presidencial.
En un repentino mensaje por X, el Presidente de Chile criticó a los Estados Unidos abogando por el "respeto al derecho internacional humanitario". Ante las críticas, se defendió diciendo que "los principios nunca son apresurados". Inmediatamente anunció la participación de nuestro país en la próxima cumbre de los BRICS, que incluye a Rusia y China. Allí será testigo privilegiado de las conversaciones con Irán, miembro del grupo desde el año pasado. Tal vez también aprovechará de hablar con Rusia acerca de esos principios que nunca son apresurados. La popularidad de Jeannette Jara ha remecido los impulsos presidenciales. Y en la derecha se ha generado un curioso debate sobre las primarias. Algunos promueven votar por la candidata comunista, ya que sería más fácil ganarle en la presidencial. Políticos experimentados como Pablo Longueira y varios analistas han cuestionado este extraño impulso. Esta táctica de corto plazo es torpe y paradójica. El Partido Comunista chileno es una rareza a nivel mundial. Son disciplinados y obedientes como esos fanáticos religiosos que solo ven milagros. Ahora bien, el milagro no es el comunismo, sino que todavía existan comunistas. El PC criollo --un verdadero milagro del siglo XXI-vive de la nostalgia de la Guerra Fría. Como fieles herederos de la Unión Soviética, sostienen que Cuba es otro tipo de democracia, mantienen silencio ante Nicaragua y coquetean con Irán. Al otro lado siempre estará el imperio del mal y la derecha fascista. Que alguien de derecha vote por Jara sería incomprensible. Además, las primarias oficialistas son para la izquierda. La decisión del mejor candidato corresponde a ese sector, no a la derecha ni a la centroderecha. Los llamados a votar por Jara también reflejan ese ethos tan particular de la derecha. Cuando tiene el poder en bandeja, se precipita y pelea. Solo reflexiona y se une ante el abismo. Es lo que sucedió con el "Rechazo". Pero acto seguido nos farreamos la oportunidad centenaria de una nueva Constitución.
Y ahora, con los vientos demasiado favorables para el sector, es probable que la navegación sea inexplicablemente tormentosa. ¿Le sorprendería que después de las primarias el oficialismo se cuadre y la derecha encarnice otra trifulca de aquellas? Pero hay otras mores que pesan sobre la derecha. A ratos puede ser tan impulsiva como el Presidente Boric. Ante cualquier cambio en las encuestas reacciona de manera precipitada. Y durante esos ataques de pánico aparecen los adalides de las certezas. En base a su propia experiencia profesional, empresarial o política exigen cambios porque aseguran conocer el camino correcto. Al final todos saben lo que es mejor para la campaña. Y lo que es más sorprendente, saben lo que es mejor para la sociedad. Transpiran seguridad en sí mismos y desconfianza en los demás.
Ese rasgo atávico tan propio de la derecha nos recuerda el libro de Sofía Correa "Con las riendas del poder". A diferencia de la tribu de las certezas, creo que orientar no es lo mismo que dirigir, y aconsejar no es lo mismo que mandar. No son tiempos para jinetes de fundo. Tampoco para largos y sesudos programas. Las prioridades son simples y claras: seguridad y crecimiento. En la derecha se suele olvidar que, en democracia, así como en el mercado, la última palabra viene desde abajo y no desde arriba. Y que en política, así como en la economía, los consumidores suelen saber más que los que creen saberlo todo. C O L U M N A D E O P I N I Ó N Esos caprichosos impulsos Cuando tiene el poder en bandeja, la derecha se precipita y pelea. Solo reflexiona y se une ante el abismo. Si desea comentar esta columna, hágalo en el blog Por Leonidas Montes.