CARTAS: Desagravio a don Juan de Dios Vial Larraín
CARTAS: Desagravio a don Juan de Dios Vial Larraín El columnista señor Carlos Peña sostiene, en sendas opiniones del domingo y miércoles últimos, que tres prestigiosas universidades chilenas, sus rectores y sus respectivas institucionalidades directivas, todos ellos, habrían errado al querer destacar, a propósito del centenario de su nacimiento, la fructífera obra del filósofo chileno don Juan de Dios Vial Larraín, reconocida nacional e internacionalmente, por cuanto no habría manifestado arrepentimiento de haber ejercido como rector de la Universidad de Chile.
Cabe recordar que el profesor Vial llegó a ocupar esa responsabilidad generosamente, asumiendo con profundo patriotismo en 1987 como el "Rector de la Transición", para contribuir a superar la gran crisis que afligía entonces a esa casa de estudios.
También le reprocha el que hubiere representado a Chile en ámbitos culturales multinacionales y por cuanto el profesor Vial Larraín, hace más de 30 años, habría emitido opiniones sobre temas de coyuntura jurídico-política de la contingencia nacional que no agradan al columnista.
Si bien Peña insinúa aceptar que Vial Larraín, también abogado y rector, tiene derecho a que su obra sea considerada en su mérito, desde su posición privilegiada en este medio, sentencia --cuál oráculo-que la contundente obra intelectual de Vial Larraín solo puede ser presentada o discutida de forma muy reservada, quizás en algún seminario de filosofía o encuentro muy privado, pero nunca en salones de honor o en actos con intervención de algún rector universitario u otras figuras destacadas.
Resulta muy lamentable, tanto para la convivencia nacional como para la academia y la libertad de expresión, la posición intolerante del rector Peña respecto de una actividad académica en que se presentaba la relevante contribución al pensamiento humanista nacional de Vial Larraín, lo que, desgraciadamente, no es un hecho aislado en el autodenominado "mundo progresista". En la Facultad de Derecho de la U. de Chile hace poco no se permitió una exposición del embajador de Israel, porque a algunos alumnos no les parecía bien que pudiere expresarse. En las universidades de Estados Unidos, y también en Chile, son cada vez más comunes las funas, cancelaciones o amenazas a personas o profesores cuyas opiniones no son del gusto de algunos.
Quizás pudiere entenderse, con pena, estas actitudes en estudiantes adolescentes con aires totalitarios, pero es preocupante y lamentable que esa cultura de la cancelación la promueva y practique un rector universitario que ahora pretende imponer un ostracismo cultural y privarle de ser parte de la memoria intelectual de Chile, a quien, en las excepcionales circunstancias históricas y políticas que vivió Chile, aportó desde su mundo a que nuestro país superara esa ruptura de modo ejemplar y, junto a muchos otros intelectuales, profesionales y personas de bien que dejaron de lado sus intereses personales, colaboraron con la reconstrucción del país y lo llevaron a una senda de desarrollo y transición democrática ejemplares en el mundo.
La gran obra del profesor Vial, su vocación intelectual y su destacado trabajo como investigador, profesor, director, decano y rector universitario en sus más de 95 años de vida, junto a su contribución democrática a través de la reflexión prudente y conocedora de la realidad nacional, llevaron a que se le galardonara por el Estado de Chile, en el gobierno del Presidente Frei Ruiz-Tagle, con el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales en 1997. Nada dijo Peña en ese momento sobre los presuntos impedimentos del profesor Vial para ser merecedor del mayor galardón con que Chile reconoce a sus grandes humanistas. Y entre esa fecha de silencio y hoy, la única diferencia es que Vial Larraín ya no está con nosotros, por lo que no puede hacerse cargo de la injusta agresión a su memoria. Resulta evidente que ha sido Peña quien ha errado.
Esta vez en su pretensión de imponer una suerte de penitencia de cancelación al mayor filósofo de nuestra historia reciente y hombre de paz que jamás avaló la violencia, en base a un estándar de reproche ético-político y de responsabilidad creados por él para ser aplicado solo a su "colega" intelectual.
Y también yerra al evidenciar una falta de rigurosidad histórica y de seriedad intelectual al pretender asimilar el servicio público prestado al país en la época del gobierno militar, con haber sido parte del régimen alemán que causó la mayor conflagración europea y mortandad de la historia. FERNANDO BARROS TOCORNAL Yerno de don Juan de Dios Vial Larraín, Q.E.P.D. Desagravio a don Juan de Dios Vial Larraín.