¿Cómo te sientes?
¿ Cómo te sientes? ColumnaRaúl Caamaño Matamala Profesor de la Universidad Católica de Temucosimple, yasí yasesale del paso.
A veces, solo a veces, esun dubitativo ¡ bibibieen! Y ya menos, mucho menos, un sincero y grave imal! Y lo curiosoes lo quesigueen eseintercambio de “saludos”, larespuestaa diría, Irecuentementesimilar, un jah, ¡qué bueno! Inclusose alcanza aagregar un “mealegro”. ¡Plop! ¡Quépasó! ¿Qué estastresvariantesexpresivases, esta prácticaorespuespasa? ¿ Qué ha operadoen 1220 ensimismamiento, conductarobotizada, algorímicaoninguneo, quizás.
Lo último, ¡mal!, ¡muy mal! en especial, sies un modus operandi, unaconductaya instalada y desarrolladaen un individuo, y utilizo esta palabra, porque es muy posible que se trate de alguien que cree (ocree), quees único, especial, que todo giraen tomo suyo. Es preciso cambiar. Nuestra interacción ha deexperimentar camno somosseresindividuales, únicos, solitabios. Somosseressociales, rios; laconducta del yoes enconsonancia conelotro, conel prójimo, el yoseconstruyeconel tú, nos complementamos, nos completamos tuno yotro. Vamos por untercer grado en nuestrasinteracciones verbales. ¿Cuál? Sumaremos a ¿ cómo! te fue?, a ¿ cómo estás?, un sentido e'intencionado ¿ cómo tesientes? ya anunciado ene título de estacoumna. Este ¿ cómote sientes? se instala en un sincero requerimiento desaber quésentimiento embargaa la persona interpelada, quizáscomoresultado dela constatación de cambios de conducta observados, porqueseevidencian vacilaciones en el comportamiento verbaly no. verbal.
Obien, porque de un estado de mal estar evidente, queremos sabersihay cambios quese puedan verbalizar: Ensuma, ¿cómo tefie?, ¿cómo te sientes? debemos practicarlas, así evitaremos¿ cómo estás?, elreconcentrado individualismo que daña, que afecta lanostridad. e No, noteadelantes! ¡Noesnecesarioquerespondas ya! Porlo pronto, no es muy habitual interpelarnos así, mediante esta fórmula, queno tiene mayor valor inquisitivo, debiera te, habitual, pero bien intencionada. ser simple, corrienLomásfrecuenteesinterpelarnos con un breve, sencillo ¿ cómo te fue? Y esto, como expresión verbal, a propósito de un reencuentro, quizás fugaz, quizás no.
Esta pregunta tan socorrida, tan común, poniendo algodedistanciaconella, nos dejala impresión de queelapartarnos, a lo mejor, solo por un momento, o por unas horas, o por una jornada diaria, yaal volver vemos, es demasiado comúninterrogarnoscon el mentado ¿ cómo te fue? Someramente, parece petición de cuentas, solicitud de explicaciones, orequerimiento deresultados. No nos damos cuenta, pero pensándolo un poco, no deja buena sensación. Pareciera que todo lo que realizamos debe ser con resultados, respuestas, satisfacción, provecho, y que sea bueno, por supuesto.
Preguntastipo: ¿ cómo te fe hoy?, ¿cómo te fue en laescuela, en el liceo, enlauniversidad?, ¿cómote fueeneltrabajo?, ¿cómo tefueenlaoficina?, ¿cómote fue en la reunión? La respuesta común, esibien!, o quizáselsocorridomáso menos!, aunque no debemossoslayarlaopción, imal! A este escenario, bien puede sustituirte, ylo prefiero de manera sostenida, la pregunta ¿ cómo estás?, creo que esta esla que debeimperar. Ciertamente, eneste caso, ponemos elfocoen la persona, encómoestá. Yano enel cómo tefueresultadista. El ¿ cómo estás?, o ¿ cómo está?tieneotrosentido. Y la respuesta verbal invariablemente es un ¡ bien!, breve, parco,.