Un Estado distante y los cuestionamientos ciudadanos
Un Estado distante y los cuestionamientos ciudadanos El reporteo diario que realizamos los medios de comunicación permite conocer situaciones donde la ciudadanía y sus organizaciones plantean inquietudes y demandas en torno a diversos temas, varios de ellos cuestionando la gestión del Gobierno. Falta de sensibilidad y reacción frente a los problemas de la gente, son quejas frecuentes de las personas y sus organizaciones, mucha lentitud para atender las demandas ciudadanas.
Esta percepción deja en evidencia que la gente ve un Estado distante y a veces ausente que no se hace cargo de sus dificultades, es decir, se sienten solas y abandonadas, lo que da paso a un sentimiento colectivo de frustración. Lo mismo ocurre en otros ámbitos donde las políticas públicas no dan el ancho.
Otro ejemplo, comités de vivienda que llevan más de una década esperando por solución habitacional, extensas listas de espera en Salud, falta de especialistas claves en enfermedades de alta prevalencia regional como la diabetes y temas de salud mental. Y así, podríamos enumerar un largo listado de necesidades y demandas ciudadanas insatisfechas. Porque cuando la ciudadanía no advierte avances, surge una legítima duda respecto a la marcha del país.
Por eso es que en Chile siguen existiendo muchas interrogantes en torno a la gestión del Gobierno, y la gente se pregunta cual es la propuesta del Ejecutivo para lograr un mayor nivel de desarrollo en esta región apartada y en evidente rezago respecto al resto del país. Una región estancada, cuyas cifras de crecimiento así lo demuestran y que depende casi exclusivamente de la inversión pública. Nadie desconoce que existen en la zona numerosas demandas no resueltas que siguen generando una sensación de insatisfacción.
Por ello se hace tremendamente necesario sumar voluntades y planificar con consenso y seriedad, una propuesta amplia e integradora, y poniendo en valor la unidad regional como uno de los pilares fundamentales para alcanzar las metas que tanto anhelamos.
Por eso es que los grandes sueños de un país se van cumpliendo en la medida que los ciudadanos y el gobierno de turno, asumen una convicción en torno a esas metas, las que por cierto se sustentan en anhelos de larga data y que se relacionan con la legítima aspiración que tienen las personas por progresar y mejorar sus condiciones de vida.
Cuando esa convicción se trastoca por otros intereses o se deja permear por la falta de acuerdos en el ámbito político y legislativo, los objetivos se van alejando y comienza a generarse un ambiente de confrontación y de insatisfacción, que ciertamente no le hacen bien al país ya que solo polariza y exacerban posturas ideológicas, extraviando el diálogo y el sentido de unidad. Cuando la ciudadanía plantea que quiere crecer, desarrollarse y proyectarse, y ese mismo anhelo se transforma en un objetivo país, se requieren medidas y políticas acertadas para lograrlo, no solamente excusas ni permanentes justificaciones. DIVISADERO, REGIONAL Editorial.