Cuidado y tiempo de la niñez
Cuidado y tiempo de la niñez Señor Director: Vemos estos días una creciente preocupación sobre niñez y salud.
En abril, a nivel mundial se conoció el Reporte Cass, que intensificó el debate de unos años ya, en torno al aumento de la disforia de género infanto-juvenil y su abordaje en diversos países, algunos de los cuales han suspendido la medicalización temprana de menores de edad (bloqueadores, hormonas, cirugías). El estado actual del conocimiento indica que no conocemos los impactos de largo plazo de tratamientos y prácticas del enfoque afirmativo en niños y, por ende --como en todo ámbito de salud pediátrica--, corresponde actuar con la mayor precaución. Hoy resulta primordial comprender cómo se verifica esta atención en salud en nuestro país.
Desde 2021, existen guías clínicas de apoyo a la identidad de género emitidas por los ministerios de Desarrollo Social y de Salud, y es importante la pregunta sobre qué evidencia las sustenta, o exactamente cuántos niños, niñas y adolescentes son atendidos, o cómo se despliega su cuidado y el de sus familias, que asimismo necesitan respuestas acogedoras y compasivas para poder acompañar todo proceso --y no solo de transición-que involucre la salud de sus hijos e hijas.
En el largo camino de crecimiento y desarrollo de los cachorros humanos, un aspecto fundamental es el respeto a los tiempos de maduración (25 años establece la neurociencia), progresiones, subjetividad, desafíos y problemáticas de cada niño y niña.
Creemos que estamos hoy frente a un imperativo social urgente de reflexionar, dialogar generosa y responsablemente en torno a la evidencia y las prácticas que nos ayuden como país a prodigar la mejor respuesta de salud y cuidado ético para la niñez, en un sentido integral.
Atendiendo sin exclusión a todas sus necesidades, con visión de presente y futuro, y sin eludir responsabilidades adultas ni tampoco tragedias como la desolada realidad del sistema de protección, las violencias en barrios o escuelas, la crisis extensa de salud mental y cualquier padecimiento infantil que aún no atendemos acorde a su urgencia, y a la promesa de vidas mejores que nunca podemos olvidar. No hay solo fracasos colectivos de cuidado, sino oportunidades asimismo colectivas de fortalecerlo. VINKA JACKSON MICHELLE THOMAS RODRIGO VENEGAS Psicólogos. - - - -