De primera uno podía estar días enteros regando así nomás, con manguera. Con el riego a goteo se hace un uso eficiente del agua”. Al recorrer la huerta de la yumbelina, se puede notar que trata de sacar el máximo provecho de su suelo, ya que son pocos los espacios donde no hay plantaciones, esto a p
De primera uno podía estar días enteros regando así nomás, con manguera.
Con el riego a goteo se hace un uso eficiente del agua”. Al recorrer la huerta de la yumbelina, se puede notar que trata de sacar el máximo provecho de su suelo, ya que son pocos los espacios donde no hay plantaciones, esto a pesar de encontrarse en plena colina. Asimismo, según comenta la agricultora, a medida que va cosechando va plantando inmediatamente otra especie. “La tierra se trabaja y se cuida durante todo el año”, afirmó. Igualmente, Ana hace la precisión de que durante el invierno el proceso de producción puede ser un poco más lento. En otro punto en el que se detuvo la agricultora es en la ayuda que le ha proporcionado su familia. En compañía de su marido, su hijo y su nuera, cuenta Ana, ha podido hacer crecer su huerta y también ha podido innovar en distintas áreas, como en el caso de la agricultura sustentable. Ana siente un profundo arraigo con la actividad, porque “es mi rutina, es como lo que me da vida a mí prácticamente. A veces vengo a mi huerta y me olvido de todo.
Esto es algo con lo que me siento conforme, con todo lo que se está haciendo” Asimismo, y en base a su experiencia, para ella resulta extraño que cada vez existan menos agricultoras y agricultores y sostuvo que “hay harta gente que ha dejado esta actividad. Somos pocos, en este sector, los que vivimos de la tierra. Se ha perdido mucho”. Una de las causas que también identifica Ana es que también ya no se enseña a las nuevas generaciones la importancia de la agricultura para la alimentación de las comunidades. Lo último, asegura la agricultora yumbelina, la ha motivado a seguir aprendiendo nuevas técnicas y conocimientos para utilizar en su huerta. De hecho, aquello la llevó a emplear terrazas en el apoyo para desarrollar su labor. mujeres sobre la tierra.
Respecto de qué hacer a futuro para mejorar dicho panorama de inequidad, se señala en que la reducción de las desigualdades de género en los medios de vida, el acceso a los recursos y la resiliencia en los sistemas agroalimentarios es un paso decisivo para avanzar en la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, así como hacía unos sistemas agroalimentarios más equitativos y sostenibles.
Asegura, la misma entidad que, estas mejoras se pueden lograr si existen unas condiciones propicias y si las intervenciones están adecuadamente formuladas para abordar los desafíos multidimensionales e interrelacionados a los que se enfrentan mujeres y hombres.
Participación femeninaA raíz de la historia de esfuerzo de Ana, vale recordar que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, “la participación de la mujer en la fuerza de trabajo agrícola varía entre 20% en América Latina y 50% o más en ciertas partes de África y Asia”. Lo cual, claramente, da cuenta de la desigualdad de género que se vive en esta parte del mundo y Chile, claramente, no escapa a esta realidad.
De acuerdo con el documento de la misma entidad llamado “La situación de las mujeres en los ecosistemas agroalimentarios”, estos, además de ser una importante fuente de empleo para las mujeres en el mundo, en muchospaíses constituyen una fuente de sustento más importante para estas que para los hombres.
“Así pues, empoderar a las mujeres y cerrar la brecha de género en los sistemas agroalimentarios mejora el bienestar de las mujeres y sus hogares, lo cual significa reducir el hambre, impulsar la generación de ingresos y fortalecer la resiliencia”, enfatiza.
Las mujeres de los hogares agrícolas siguen estando en una situación de considerable desventaja en cuanto a la propiedad de la tierra en comparación con los hombres; en la mitad de los países que han informado sobre el indicador 5.a. 2 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible apenas hay protección legal para los derechos de las300lechigas en un día ha logrado cosechar la agricultora, Ana Estrada, de su terreno en Yumbel. para cultivar en la colina e indicó que “voy adquiriendo cosas nuevas. Y se están haciendo cosas que antiguamente no se hacían.
Como las terrazas que tenemos para cultivar en altura, además los invernaderos tampoco se veían antes”. En ese mismo deseo de que no se acaben las prácticas de agricultura sustentable, es que uno de los objetivos que tiene Ana junto con su familia es que el terreno donde tiene todos sus cultivos se transforme en un campo demostrativo, donde la comunidad, como por ejemplo escuelas, puedan ir a aprender a trabajar la tierra y así conocer lo valioso de la actividad con un resguardo del medio ambiente.. FOTO: CAROLINA ECHAGÜE M.