40 años de Volver al Futuro: cómo un clásico eterno cambió la vida de una generación
40 años de Volver al Futuro: cómo un clásico eterno cambió la vida de una generación eterno cambió la vida de una generación Estrenada en los cines el 3 de julio de 1985, el filme de Robert Zemeckis quedó en el inconsciente colectivo amén de su historia y unas escenas memorables. Acá narramos la trastienda y la visión de la crítica. "Lo que nos presenta es la historia de un rebelde con causa", dice un especialista. SIGUE » SIGUE ». 40 años de Volver al Futuro: cómo un clásico eterno cambió la vida de una generación Pablo Retamal N. Pablo Retamal N. Una visita a la casa de sus padres en San Luis, Misuri, le disparó la idea al productor Bob Gale. Cuando bajó al desván del inmueble encontró una curiosidad, una reliquia. El anuario de graduación de su propio padre, quien, para su sorpresa, era el presidente de curso, dato con el que no contaba.
Seguro esbozó alguna sonrisa pícara, pero luego pensó: ¿ él y su papá habrían sido amigos si hubieran sido compañeros de curso? Con esa pregunta en mente, regresó a su hogar en California y se la comentó al cineasta Robert Zemeckis, con quien había trabajado en el fime Used Cars. A ambos les venía rondando la idea de realizar un filme sobre viajes en el tiempo, y el concepto de Gale les sirvió como disparador.
Así, la dupla comenzó a trabajar en Volver al futuro, De acuerdo al volumen Back To The Future: The Official Book Of The Complete Movie Trilogy, ambos decidieron situar la acción en 1955 pues calcularon que si un joven de los 80 retrocedía 30 años en el tiempo, sus padres tendrían su edad. La idea era que el mozuelo conociera a sus progenitores cuando estos fuesen tan adolescentes como él. Además, se trata de una época atractiva en términos narrativos, con el auge del rock and roll y la cultura juvenil. Son los años de los primeros hits de Elvis Presley y las películas de James Dean. Uno de los primeros fichajes fue el del personaje de Lorraine, la madre de Marty McFly, que recayó en la actriz Lea Thompson. Como sabemos, su personaje, una joven de 17 años se enamora -sin saberlo de su propio hijo.
Con formación de actriz, bailarina de ballet y danza moderna, sintió que el papel le encajaba muy bien. "Estaba perfectamente preparada para ese personaje -recordó a The Guardian-. Entendía tanto la luz como la oscuridad de Lorraine McFly y entendía lo divertido que era sentirse tan atraída sexualmente por tu hijo. Me pareció divertidísimo. Entendí su humor subversivo". Faltaba todavía el protagonista. El primer elegido fue el actor Eric Stoltz, y con él comenzó el trabajo. Sin embargo, después de cinco semanas, la dupla Zemeckis-Gale se dio cuenta de que el tono tan serio que Stoltz le imprimía a Marty McFly derechamente no iba a funcionar.
El intérprete tenía una mirada de los viajes en el tiempo como algo "filosófico" y "existencial", lo que no encajaba con el perfil blockbuster que le querían dar al proyecto. "No nos estaba dando el humor que creíamos que debía tener el personaje -recordó Gale a The Guardian-. De hecho, creía que la película resultó ser una tragedia porque termina en un 1985 donde gran parte de su vida es diferente.
Se puede discutir sobre eso: ¿ le impactaron los recuerdos de su nuevo pasado? ¿ Recordaba ambas vidas? Es una conversación interesante, y se vuelve más interesante cuanto más cerveza se ve más interesante cuanto más cerveza se La cinta dirigida por el cineasta Robert Zemeckis se estrenó el 3 de julio de 1985. bebe". Con Stoltz fuera, la dupla comenzó a buscar a un nuevo protagonista, a contrarreloj. El elegido fue un canadiense en quien ya habían pensado desde un inicio, Michael J. Fox. Por entonces, el actor se encontraba rodando la serie Lazos de familia, entonces, iba a ser un trabajo demandante. A pesar de eso, tomó el desafío. "(Michael J.
Fox) tiene talento, pero también se esforzó muchísimo en su papel, como los grandes comediantes de los años 20,30 y 40: las caídas, las tomas dobles, los escupitajos, la comedia física, el trabajar en un papel durante horas y horas como los grandes, como Laurel y Hardy Charlie Chaplin. Michael lo entendía", recordó Lea Thompson. Christopher Lloyd fue elegido como el científico Emmett "Doc" Brown. En un principio, rechazó el papel pero cambió de parecer cuando leyó el guión y lo convenció. Él no era la primera opción, sino John Lithgow, e incluso el nombre de Jeff Goldblum alcanzó a ser considerado. Unas escenas icónicas El filme hasta hoy es recordado amén de unos detalles. El primero, es el hecho de que Lorraine se enamora -sin saberlo de su futuro hijo, Marty. Este, desesperado, trata de que se fije en George McFly, su padre, para asegurar su existencia y la de sus hermanos.
En un momento, Lorraine simplemente lo besa, y queda extrañada al sentir que había besado "a su hermano". Ese es el momento en que la tensión sexual se rompe y el joven Marty puede respirar un poco alividado. En términos de emociones, la escena fue compleja de realizar para Lea Thompson. Así lo recordó en charla con The Guardian: "Fue un papel difícil y muy peligroso. Tuve que desenamorarme de él con solo besarlo, y recuerdo a Bob Zemeckis obsesionado con ese momento. También fue difícil conseguir la toma porque era un coche clásico y no podían desmontarlo. Bob también estaba preocupado por el momento en que tuve que volver a enamorarme de George [el padre de Marty] después de que golpeara a Biff". "Tenía que estar locamente enamorada de mi hijo. Y eso incluía la excitación. Fue un acto interesante de equilibrio. Sé que estaban nerviosos. Pero es inocente en el sentido de que es como un impulso; ella no lo hace lascivo. Y terminó siendo divertido, extraño, tierno y sexy para la gente", agrega. La otra escena muy memorable ocurre en el Baile del Encanto Submarino.
El evento que termina siendo el salvavidas de Marty, el baile de la secundaria donde Lorraine y George se besan por primera vez, y que tiene al mismo Marty haciendo las veces de guitarrista del grupo encargado de la música Marvin Berry and The Starlighters. Una vez logrado que sus padres se besen, Marty, con guitarra en mano, se despacha una eléctrica versión de Johnny B.
Goode, de Chuck Berry, e "inventa" el rock n' roll (en rigor, en 1955 ya existía). El proceso fue demandante pero había algo adelantado: el actor ya sabía tocar la guitarra, pero tuvo que aprenderse la canción para verse creíble en pantalla. Para ello, la producción de la película le pidió al reputado guitarrista de sesión Paul Hanson que le enseñara a Fox a tocar la canción. Este, se lo tomó en serio, dedicó horas a practicarla y la logró dominar de manera competente. Según contó él mismo a Empire se sentía con tanta confianza que le dijo al director Robert Zemeckis que podía cortar el tiro de cámara a sus manos cuando quisiera, ya que sabía tocar. Luego, hubo que preparar la coreografía de Fox en el escenario del Baile del Encanto Submarino. Fue entonces que entró canto Submarino. Fue entonces que entró en acción el coreógrafo Brad Jeffries. Así desarrolló toda la performance de Marty McFly basado en lo que hacían leyendas como Pete Townshend, de The Who, Jimi Hendrix y Chuck Berry. Fueron horas de analizar videos y practicar pasos. El paso siguiente fue sincronizar la actuación de Michael J. Fox con la interpretación de la canción. Y acá viene la sorpresa: contrario a lo que cree, lo que se escucha en la película no es la interpretación del actor, sino el resultado de dos músicos profesionales. Estos fueron el músico Tim May y el mencionado Hanson, quien además apareció en pantalla como el bajista de The Pinheads, la banda de McFly. Aún así, la ilusión de que Marty enciende la pista con un viejo rock and roll funciona perfecto. Otro detalle: Fox tampoco es el que canta la canción. Quien cumple ese rol es Mark Campbell, integrante de Jack Mack and the Heart Attack. El hombre no fue acreditado para que la gente pensara que Fox cantó, pero a cambio recibió regalías de la banda sonora. El crítico de cine de Culto, Rodrigo González, comenta las claves del largometraje. "Volver al Futuro es una de las películas más optimistas, felices y disfrutables de los años 80. Una especie de sueño despierto de un Estados Unidos mejor y con fe el futuro.
Curiosamente, para tener toda esa esperanza debe recurrir a ese viaje a los años 50, que son la época dorada del país, el período de los convertibles rojos brillantes, el rock n'roll, las leches malteadas, las reinas del baile de graduación y las chaquetas de cuero negras". "Podría ser perfectamente una película tras el famoso logo de Trump, Make America Great Again.
No por nada, el presidente republicano Ronald Reagan la mencionó en uno de sus discursos en el Congreso como ejemplo del progreso americano y los llamados valores de ese país". "Lo que nos presenta es la historia de un rebelde con causa. El Marty McFly de Michael J.
Fox no es un marginado social a lo Marlon Brando en El Salvaje (1953) ni un incomprendido a lo James Dean en Rebelde sin Causa (1955), sino que un muchacho que encaja perfectamente en el molde social, que le enseña a su propio padre como arreglar las cosas en el pasado y que no tiene vergúenza de ser el modelo del éxito americano". "Hace todo esto, en las antípodas del antihéroe, y por añadidura, nos cae bien. Disfrutamos de su ingenio, gracia y buena suerte.
Es un real héroe adolescente, optimista a rajatabla y ayudado por un genio loco como el doctor Brown (Christopher Lloyd) en una sociedad donde el que gana no es el más fuerte, sino el más hábil e inteligente". "La película lanzó a la fama a Michael J. Fox, masificó el gusto por los skateboards, hizo que la ciencia ficción pudiera ser un género cómico e impregnó de nostalgia cincuentera a toda una generación que creció en los plásticos años 80". O.