La ministra que dio el golpe de gracia a Trudeau y ahora quiere reemplazarlo
La ministra que dio el golpe de gracia a Trudeau y ahora quiere reemplazarlo EL DISTANCIAMIENTO de Trudeau y Freeland culminó en la renuncia de esta en diciembre, tras nueve años en el gobierno. "Una líder probada en batalla con las cicatrices para demostralo", es como se describe Chrystia Freeland, la exministra de Finanzas de Canadá que quiere ser la próxima líder del Partido Liberal y, por ende, la nueva premier, en reemplazo del dimitido Justin Trudeau.
Apodada como "la ministra de todo" por su rol bajo el gobierno de Trudeau, ha sido catalogada como inteligente, capaz y culta y ha fijado como su principal objetivo hacer frente a la amenaza de aranceles de Donald Trump, al que calificó como un "riesgo existencial para el país". Fue justamente esa polémica la que terminó obligando a Trudeau a dimitir, porque evidenció las diferencias internas sobre cómo llevar a Trump: si ser dialogante, como quería el Primer Ministro saliente, o presentar una defensa más dura, como quería Freeland y que dejó su cargo en reclamo por la postura de su jefe. "Discrepamos sobre el mejor camino a seguir para Canadá" dijo en un comunicado publicado en X.
En su carta de renuncia, hizo énfasis en preservar la capacidad fiscal del gobierno para enfrentar una posible guerra arancelaria con EE.UU. y evitar algo a lo que llamo "costos trucos políticos", en referencia a una serie de medidas para aumentar el gasto público de parte de Trudeau.
Tras su renuncia como su viceprimer ministra y su titular de Finanzas, Freeland ha intentado desmarcarse de su antiguo jefe, en una campaña que ella ha llamado "una verdadera liberación" y en la que "puede hablar con su propia voz". "Su principal desafío ahora es distanciarse aún más de Trudeau mientras explica cómo logrará hacer cambios, incluso si sirvió junto a él durante más de nueve años" explica a este diario Daniel Béland, director del Instituto de estudios canadienses de la McGill University.
La enemistad con Trump Para lograr esto, Freeland ha intentado mostrarse como una "luchadora" que puede resistir la inminente imposición de aranceles de parte de Estados Unidos, presidido por Donald Trump, a los productos importados desde Canadá. "La idea central de su campaña es que logró enfrentarse a Trump durante la renegociación del Nafta (el tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, que hoy se conoce como T-MEC) y que tiene la experiencia y las cualidades para enfrentarlo nuevamente" sostiene Beland. Su historial con Trump, sin embargo, podría suponer un problema en caso de asumir el cargo. Freeland ha sido una ávida crítica de Trump, a quien ha calificado de "matón" por sus tácticas de negociación.
Por su parte, el Presidente estadounidense celebró la renuncia de Freeland en diciembre, quien acusó a la saliente ministra de "tóxica", añadiendo que nadie "la echará de menos". Pero Freeland está determinada a demostrar que Trump se equivoca y no solo sobre la política canadiense. Originaria de Peace River, un pueblo de la provincia de Alberta, de padre granjero y madre abogada y descendiente de nacionalistas ucranianos.
Antes de emigrar a Canadá tras la Segunda Guerra Mundial, su abuelo, Mykhailo Khomiak, era editor de un diario nacionalista ucraniano en Polonia. "Chrystia Freeland parece tener un nacionalismo ucraniano igualmente fuerte", revela Laurie Adkin, profesora emérita de ciencia política de la Universidad de Alberta.
Freeland siguió ligada a Ucrania durante su paso por el gobierno, donde afirmó que había que defender a Kiev de la "guerra de agresión rusa" y ha jugado un rol crucial en organizar la implementación de sanciones occidentales contra Rusia tras su invasión. "Ella apoya a (el Presidente ucraniano, Volodimir) Zelenski incondicionalmente y ha sido la principal defensora de la ayuda militar canadiense a Ucrania", sostiene Adkin. Es justamente la posición sobre el conflicto que a Trump no le hace sentido. Una best seller No es lo único en lo que choca con Trump.
Autodefinida como "luchadora" y feminista", Freeland también es conocida por su libro de economía "Plutocrats", un best seller de The New York Times que plantea que en el mundo impera un sistema en el que los ricos ejercen su preponderancia en los gobiernos, en especial de países como Estados Unidos y Canadá. "Las personas que conocían su libro sin duda esperaban que su política fuera más de izquierda, pero quedaron decepcionadas", dice Adkin, para quien Freeland, al contrario, ha defendido abiertamente al modelo económico liberal que impera en Canadá.
Antes de entrar en política, Freeland estudió historia y literatura rusa en la Unviersidad de Harvard y tras obtener un máster en estudios eslavos en la Universidad de Oxford, trabajó como periodista para medios como The Washington Post y The Economist y ejerció como editora del diario The Globe and Mail y de la agencia Reuters. Tras dejar el periodismo, tuvo un meteórico asenso en el Partido Liberal. En 2013 fue electa como parlamentaria por Toronto central y en 2015 fue designada por Trudeau como ministra del Comercio internacional, hasta 2017 cuando fue nombrada como ministra de Asuntos Exteriores.
Sin embargo, el punto más alto de su carrera política se dio en noviembre de 2019, cuando Trudeau la nombró como viceprimera ministra y en agosto de 2020 como ministra de Finanzas, perfilándose como la mano derecha del premier, hasta diciembre de 2024, cuando renunció. Esa decisión fue un golpe de gracias para Trudeau que, estando ya debilitado en las encuestas de opinión pública y dentro del gobierno, perdía a una de sus más importantes aliadas. Poco después el Primer Ministro anunció su renuncia como líder liberal y, por lo tanto, como jefe de gobierno.
Un enfrentamiento con un rival popular Con las elecciones internas de los liberales programadas para este 9 de marzo Freeland tiene poco más de un mes para convencer a sus correligionarios de que es una mejor opción que su rival, el expresidente del Banco Central de Canadá, Mark Carney. Quien gane reemplazará a Trudeau en el cargo y será el candidato del partido a batirse con el líder conservador, el muy popular Pierre Poilievre. Es una tarea cuesta arriba.
En palabras de Andrea Perella, profesor de la Wilfrid Laurier University, "el nuevo líder, ya sea Freeland o cualquier otro, tendrá que ser muy convincente para que los canadienses empiecen a pensar de nuevo en los liberales". La ministra que dio el golpe de gracia a Trudeau y ahora quiere reemplazarlo Su dimisión como ministra fue lo que evidenció que Trudeau se quedaba solo en el gobierno y forzó su renuncia. Ahora busca ganar las elecciones internas y dar pelea a los conservadores. DANIEL MORENO C. { PERFIL Chrystia Freeland } THE CANADIAN PRESS VÍA THE ASSOCIATED PRESS.