Cartas: LA LÓGICA DE ELIMINAR LAS CONTRIBUCIONES
Cartas: LA LÓGICA DE ELIMINAR LAS CONTRIBUCIONES Señor Director: Eliminar las contribuciones a la primera vivienda es una medida necesaria y justa en un pais donde la vivienda no es un lujo, sino un derecho básico. Muchas familias, especialmente adultos mayores, ven cómo el costo de mantener su hogar se vuelve insostenible por el peso de este impuesto.
Además, la contribución grava un bien que ya pagó impuestos al momento de su compra, lo que convierte este cobro en una forma de doble tributación que afecta principalmente a quienes han logrado acceder a su casa propia. Las contribuciones, en sus orígenes, buscaron financiar a las municipalidades, pero hoy se transforman en una carga que castiga a la clase media y a nuestros mayores. En 2035, uno de cada cinco chilenos tendrá más de 65 años, muchos con pensiones insuficientes, pero obligados a seguir pagando este impuesto solo por el hecho de vivir en su propia vivienda. Eliminar la contribución a la primera vivienda aliviaria a miles de familias sin afectar la solidaridad, pues las segundas propiedades, los bienes de inversión y las grandes fortunas seguirian aportando al financiamiento municipal. Sin embargo, implementar este cambio requiere una politica pública seria y de largo plazo que asegure recursos estables para los municipios mediante mecanismos progresivos y eficientes. No se trata solo de un alivio económico: es un acto de justicia y dignidad para quienes, la mayoría de las veces con un gran esfuerzo, han logrado adquirir una casa. Pablo Müller, Académico Facultad de Administración y Negocios Universidad Autónoma Señor Director: Cada nuevo semestre escolar suele ser un momento de análisis y evaluaciones que "muestran" lo aprendido y lo no adquirido. Esto no es exclusivo de la escuela, también ocurre en el ámbito universitario. Hoy parece haber consenso en que las habilidades de pensamiento, reflexión y argumentación están en baja, y las estrategias pedagógicas no logran ajustarse. Si bien el uso del lápiz y papel puede ser um factor, solemos obviar algo transversal al aprendizaje, y es el lenguaje.
Este no solo es un sistema simbólico que organiza lo que decimos, sino también cómo pensamos y jerarquizamos un discurso coherente, tanto oral como escrito, Esto no implica que todos los estudiantes tengan un déficit en el lenguaje, aunque podría incidir. Más bien, muchos no logran desarrollar estrategias para explicar, analizar o argumentar ideas. Por eso, es clave enseñar a escribir y ordenar ideas de forma jerárquica y estructurada, algo que puede lograrse con preguntas progresivas y contextualizadas. Lamentablemente, este modelo está limitado en el aula por múltiples factores exceso de estudiantes, poco tiempo, falta de entrenamiento docente y baja tolerancia a la frustración. Pensar implica elaborar ideas que reflejen nuestro conocimiento, y eso no siempre es inmediato. Una contra-pregunta puede gatillar un nuevo orden o una reformulación. Preguntar para pensar también implica aceptar no entender algo y pedir precisión, habilidad poco natural en menores y adolescentes. Valorar el preguntar y el precisar es urgente. Requiere flexibilidad, apertura y una emoción saludable que no afecte la autoestima. Pensar para preguntar y preguntar para pensar es una estrategia que merece una nueva mirada. Claudia Figueroa, Académica de la Escuela de Fonoaudiologia Universidad Andrés Bello * Las cartas publicadas no representan necesariamente el pensamiento de Diario El Pingüino y son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten. Si usted desea ser parte no dude en escribimos a editor@elpinguino.com. La extensión no debe superar 1.500 caracteres y el diario puede omitir o editarlo parcialmente.