Autor: Renato Alvarado Vidal, médico puertomontino
Columnas de Opinión: La aventura que no fue
ace unos días estuvo firmando! libros enla “Sotavento” el H Premio Nacional de Ciencias Exactas y notable divulgador científico, el astrónomo José Maza.
En la ocasión, estando en una librería y con una temática del espacio exterior, con Moyra y otras amistades estuvimos conversando lo curioso queresulta estar viviendo el momento mismo en que se extingue toda una línea dentro de un género literario. Dentro delaciencia ficción ha habido un ámbito escénico que había permanecido vigente hasta ahora: la aventura espacial.
Estos, el viaje espacial tripulado; lo último es muy importante, ya quela gracia del cuento es que llevaba alos seres humanos a enfrentarrealidades desconocidas, insólitas y sorprendentes; llevabaal humano asituaciones límite y a interactuar con seres inteligentes no humanos, como en “Mission of Gravity”, de Hal Cle-ment.
Esa era nuestra vieja y buena ciencia ficción en la que el futuro deparabanavesrelampagueantes tripuladas por Flash Gordon, Dale Arden y el profesor Zarkov, o por el capitán Kirk, el señorSpock y eldoctor McCoy, lo mismo da, lo importante es queeran tripuladas y era lo humano lo que les daba sentido, la nave erasólo una máquina. Esto era el futuro, la antorcha de la humanidad llegaría alos másremotos confines del universo llevada por nuestras propias manos.
Pero en 2024 podemos preguntarnos: sisomos capaces de fabricar dispositivos con capacidad lógica, con la capacidad de aprender y de tomar decisiones autónomas, es decir, inteligenciaartificial, ¿qué sentido tiene equipar las naves espaciales con entes biológicos como nosotros? Como entes biológicos los humanos tenemos unos elevados requisitos tan sólo para mantenernos con vida. ¿Cuál sería el objeto de sobrecargar una nave con múltiples dispositivos destinados tan sólo a mantener el metabolismo humano; esto sin contar cono necesario para mantenerla salud mental? Asís como una línea literaria que pretendía reflejar el futuro, ha quedado como una muestra de como una cultura la nuestraimaginó una aventura que nunca fue, como una imagen de nuestros sueños, como el costumbrismo de nuestro tiempo. Cabe mencionar que el tripulante no humano hizo ya su estreno en 1968 en la película “2001, una Odisea del Espacio”, con guion de Stanley Kubrick y Arthur Clarke.
En esta historia el supercomputador HAL 9000, que es parte integrante dela propia nave, asume que debe hacer lo necesario para cumplirla misión encomendada, y lo hace como un remedo de ser humano, conlógica, con ego y con miedo, pero con una absoluta ausencia de sen-timientos.
Enlas futurasexpediciones espaciales, con naves inteligentes y sin conducción humana, ¿cómo nos vamos asegurar la lealtad de la inteligencia no humana? ¿ Qué le vamos a ofrecer a cambio desutrabajo? ¿ O van trabajar gratis para nosotros? ¿ Tendrán sus propios sueños, sueños de cosmonave, con horizontes de tiempo muy diferentesa losnuestros? Tal vez por aquívaya una temática para más ciencia ficción..