Autor: CAROLINA SANTIBÁÑEZ MONSALVE Docente, magíster en Neurociencias de la Educación
Las clases no pueden ser lo que eran
Señor Director: He compartido con docentes de diversos contextos, y en cada ocasión he percibido mucho malestar por un aumento de exigencias, sumado a un cambio de condiciones. Así las cosas, creo que hay que transparentar la urgente necesidad de un cambio de paradigma y evaluar qué de lo que se ha hecho siempre puede mantenerse hoy y qué es necesario abandonar. El cambio cultural entre quienes enseñamos y a quienes les enseñamos es enorme. Y si bien, siempre ha habido distancia entre las generaciones de aprendices y maestros, la brecha actual no es comparable. La irrupción del mundo digital, la globalización y la inmediatez han cambiado por completo el mundo en que vivimos y quienes lo habitan. Como docentes, es urgente que dejemos de pensar en la clase ideal para los estudiantes ideales y comencemos a planificar las clases necesarias para los estudiantes que tenemos.
Los períodos de atención son menores; la posibilidad de motivar es más compleja, dada la competencia desleal con los estímulos actuales; las relaciones sociales se hacen más difíciles de llevar, y hay más conflictos, dada la prevalencia de relaciones virtuales y la baja tolerancia a la frustración originada, entre otras cosas, por el fácil y rápido acceso a todo, la comodidad de la vida moderna y el entorno digital. Nuestros estudiantes ya no son lo que eran y no es una crítica, es que simplemente sus cerebros están respondiendo al mundo que hemos creado para ellos. Por lo mismo, nuestras clases tampoco pueden ser lo que eran.
Necesitamos revitalizar su sentido y significado, mantener la atención ofreciendo novedad, clases multimodales, con cortes; diversificar, monitorear y flexibilizar, y debemos comprender que pararnos frente a un curso ya no es suficiente para que se nos atienda. El decreto 67,83, Ley TEA, protocolos DEC e incluso la actualización curricular en debate, son directrices que no buscan acomodarse a la realidad actual, sino más bien transformarla. La pregunta crucial ahora es ¿ cómo acompañamos de manera efectiva a los docentes para este cambio? Necesitamos tomar acciones al respecto.